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México firma el protocolo de Nagoya

  • El Protocolo contribuirá a la protección de los recursos genéticos de cada estado a través de medidas encaminadas a combatir la llamada “biopiratería”.
  • México es el cuarto país del mundo con mayor riqueza biológica y genética, por lo que la conservación y uso sustentable de sus recursos naturales es una prioridad de la política ambiental del país.

México, D.F., febrero 25 de 2011.- En congruencia con la política nacional sobre conservación y el uso sustentable de la diversidad biológica, México firmó hoy, en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, el Protocolo de Nagoya sobre Acceso a Recursos Genéticos y Participación Justa y Equitativa en los Beneficios que se deriven de su utilización.

El Protocolo de Nagoya reafirma los derechos soberanos de los Estados sobre sus recursos naturales y promueve la conservación y uso sostenible de la diversidad biológica, la protección al medio ambiente y la erradicación de la pobreza, lo que a su vez contribuye a alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

El Protocolo también destaca la importancia de la transferencia de tecnología y la cooperación en materia de investigación e innovación, permitiendo otorgar un valor agregado a los recursos genéticos y su justa y equitativa utilización.

México participó activamente en la negociación de este nuevo instrumento, y en conjunto con otros países megadiversos, logró que su ámbito de aplicación se extendiera a los recursos genéticos y a sus derivados (aromas, resinas, aceites, venenos, polen, entre otros), en los que radica la mayor parte del valor y los beneficios potenciales resultantes de la utilización de dichos recursos, utilizados en medicamentos, vacunas, sueros, contravenenos, anticoagulantes, cosméticos, perfumes, aromatizantes y bebidas estimulantes, entre muchos otros productos.

Este instrumento brinda a la comunidad internacional certidumbre sobre los mecanismos legales para acceder a los recursos genéticos, evitando la llamada “biopiratería”, y promueve la equidad y la justicia al establecer compromisos y disposiciones que obligan a los usuarios de los recursos genéticos a hacer participes de los beneficios derivados de su utilización a los países proveedores de dichos recursos.

Asimismo, el Protocolo reconoce la importancia de los conocimientos tradicionales en la conservación de la diversidad biológica y el uso sostenible de sus componentes, exhortando a los países a instrumentar medidas para proteger y beneficiar a las comunidades indígenas y locales, en caso de que sus conocimientos tradicionales asociados a los recursos genéticos sean utilizados.

El Protocolo de Nagoya fue adoptado el 29 de octubre de 2010, en la ciudad japonesa de ese nombre, durante la Décima Conferencia de las Partes de la Convención sobre Diversidad Biológica. Fue abierto a firma el 2 de febrero de 2011, en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York y hasta el momento ha sido suscrito, además de México, por Argelia, Brasil, Colombia y Yemen.