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Columa 1

Este fue el mensaje de Claudia Ruiz Massieu

CD. DE MÉXICO.- Agradezco mucho la presencia de mis compañeras y compañeros de partido.

Saludo con mucho afecto a las señoras ex presidentas y a los señores ex presidentes de nuestro instituto político.

Muy buenas tardes a todas y todos.

Permítanme desde aquí saludar a nuestro compañero y militante, el Presidente de la República Enrique Peña Nieto.

Consejeras y consejeros: gracias por su respaldo.

Soy una mujer a quien el partido le ha dado muchas oportunidades, que han ido acompañadas de lecciones valiosas.

Gracias al PRI fui legisladora. Aprendí lo que es defender al partido y representar nuestras causas desde la oposición. Es una realidad que conozco, porque la he vivido, y no le tengo miedo.

Gracias al PRI, he sido candidata y he hecho campaña en mi estado, en Guerrero, al lado de la militancia. Hace seis años perdí mi elección. Por eso conozco, a nivel personal, lo que significa una derrota: lo que implica levantarse, replantearse y seguir adelante.

Con ustedes, participé en el esfuerzo para recuperar, de la mano de nuestro Presidente Enrique Peña Nieto, el Gobierno de la República, después de 12 años. Por eso sé lo que es superar la adversidad: con trabajo y disciplina, pero sobre todo con un proyecto de partido.

Gracias al PRI acompañé al Presidente en la acción de gobierno en distintas secretarías de Estado.

Yo no represento a ningún grupo ni corriente. Les pido su confianza para representarlos a todos ustedes.

Vengo con humildad, responsabilidad y amor por nuestro partido, para pedir el apoyo, el acompañamiento y el respaldo de sus bases.

Vengo no sólo a protestar un cargo: vengo para hacer un compromiso personal con cada priista. Porque antes que dirigente soy militante.

El liderazgo genuino no es algo que se adquiere el día que se rinde protesta para desempeñar un cargo: se gana cada día; con cada palabra que se pronuncia y con cada acción que se ejecuta.

Para renovar al PRI, igual de importante que tomar decisiones, es no eludir responsabilidades. El deber primordial de una nueva dirigencia es hablar de frente, hablar claro y hablar con la verdad.

Con esta convicción, me dirijo a ustedes como lo exige la nueva realidad: con franqueza, e incluso, con crudeza. Sólo así: sin miedo a las palabras, entendiendo dónde estamos, podemos diseñar nuestro futuro.

Asumo esta responsabilidad, en el momento más difícil en la historia moderna de nuestro partido.

El 1 de julio la ciudadanía nos castigó con su rechazo. No sólo ganó una nueva fuerza política: también se reconfiguró radicalmente el equilibrio de poder, en todos los niveles de representación, y en prácticamente todo el país.

El PRI enfrentará un escenario que jamás habíamos experimentado: ser simultáneamente oposición al Poder Ejecutivo, y un partido minoritario en el Poder Legislativo.

La misma situación se replica en diversos gobiernos estatales, congresos locales y ayuntamientos.

Ante ello, no hay que señalar al adversario para buscar explicaciones. Para encontrar respuestas, hay que voltear a vernos a nosotros mismos. Como partido, todos somos corresponsables.

Hay que decirlo, no supimos defender nuestro Partido.

Nos olvidamos de nuestros orígenes cuando abandonamos la acción política de base. Privilegiamos el pragmatismo sobre nuestros principios, nos dejamos seducir por el poder.

Cerramos en las cúpulas las decisiones que le pertenecen a la militancia, y al hacerlo la marginamos y nos desdibujamos.

Nos acercamos demasiado a las élites y nos distanciamos de las causas ciudadanas. Pasamos más tiempo en los despachos que en las calles.

Se nos olvidó que un partido promueve causas, gestiona para dar respuestas a las necesidades sociales, y es el gobierno quien da solución, mediante políticas públicas.

Nos alejamos de la realidad social. Nos faltó sensibilidad.

Permitimos que otros se apropiaran de nuestras banderas, perdimos identidad y legitimidad, como el partido popular de México.

No alzamos la voz a tiempo para denunciar y castigar la corrupción que se generó en nuestras propias filas.

Dejamos que los cínicos y abusivos, mancharan la imagen y lastimaran la reputación de los millones de mujeres y hombres honrados, patriotas y trabajadores del PRI: los militantes que tocan las puertas y piden el voto por nosotros; los servidores públicos que trabajan incansablemente por México; los liderazgos sociales que son la cara del partido en cada rincón del país.

Si la alterativa política que triunfó el 1 de julio no tenía ni la mitad de nuestras estructuras, ni de nuestros gobiernos, ni de nuestra militancia, ¿por qué ganaron?

Nos ganaron con nuestras propias armas: supieron escuchar mejor a las bases y a los ciudadanos, ofrecieron cosas concretas para demandas específicas.

Tuvieron mayor capacidad para entender que toda actividad política tiene una dimensión ética, que la gente no sólo vota por intereses, sino por esperanza y por principios.

Hay muchos militantes que hoy sentimos frustración, incertidumbre y también agravio. Esto no se debe únicamente al resultado electoral. Su raíz es más profunda.

Se debe a que no supimos valorar las aportaciones de nuestros militantes, reconocer su mérito o abrir espacios de inclusión.

Contratamos consultores externos, para que nos ayudaran a interpretar la realidad y tomar decisiones, apagando la voz de nuestros verdaderos expertos: los militantes que conocen de primera mano, y mejor que nadie, la realidad de cada rincón del país.

Como a todos ustedes, tampoco me gusta la situación interna que vivimos. No es lo que los priistas merecemos.

En este momento decisivo, no podemos permitir que nuestro dolor o el enojo sean más grandes que la determinación para salir adelante. La angustia y la frustración no son un plan de acción.

Encausemos nuestra energía para reformarnos. Que el miedo y el enojo no nos paralicen ni destruyan. No confundamos cambio con ruptura.

Hagamos de la adversidad una oportunidad para dejar vicios y ataduras. Hay que atrevernos a imaginar cosas nuevas para la nueva realidad.

Concluyamos el periodo de reflexión y diagnóstico en el que estamos. Que sus resultados sean el punto de partida del proceso deliberativo, incluyente, abierto, donde participen todas las voces, las expresiones y opiniones de nuestro partido.

Necesitamos una reforma de fondo y forma, donde estemos dispuestos a poner todo sobre la mesa: tanto lo que queremos conservar, como lo que necesitamos cambiar.

Una reforma que atienda los temas fundamentales del partido, que hemos aplazado por demasiado tiempo.

Entender de qué se trata el PRI en el siglo XXI: ¿cuál es nuestra definición ideológica, cuáles son las causas puntuales que debemos abanderar?

Establecer cómo debe ser la relación del PRI con el gobierno, con la ciudadanía y con su propia militancia.

Prevenir de forma realista, y castigar de manera contundente, los casos de corrupción en los que incurran nuestros integrantes.

Comprender cuáles son las expectativas de los sectores sociales que nos rechazan, cómo fue que les fallamos, y qué respuesta le vamos a ofrecer.

Saber, ante todo, para qué queremos recuperar el poder, y cómo debemos ejercerlo para conservarlo.

Este ejercicio colectivo va a durar meses. No es el trabajo de una sola persona o un grupo, es de todos. Debemos hacerlo en casa, en los espacios institucionales.

Juntos iremos definiendo tiempos, método y acciones. Mi responsabilidad es conducir, durante un año, este esfuerzo que nos llevará a definir la reforma que queremos.

La tarea de ejecutar esa reforma será responsabilidad de la dirigencia que elijamos dentro de un año.

Compañeros y compañeras:

A punto de cumplir 90 años, el PRI se encuentra ante un cruce de caminos: estamos en una transición entre el partido presidencialista y vertical del Siglo XX, cuyas inercias aún no terminan de agotarse, y el partido democrático y horizontal del Siglo XXI.

Tengo la convicción de que, frente a este escenario, los priistas solamente tenemos una alternativa: tomar acciones concretas.

En lo interno, asumir una cultura democrática que ponga a la militancia en el centro del Partido. Dejemos de obsesionarnos con la unanimidad y aceptemos las diferencias como algo natural.

Seamos un partido que no privilegie la capacidad técnica sobre la sensibilidad social; que recupere la gestión como vocación permanente no solo como un instrumento electoral de coyuntura.

Volvamos a ser un partido de causas, no de cuotas, donde los militantes avancen por su mérito y su esfuerzo.

Que el partido sea el primero en defender y respaldar a sus gobiernos, pero también el primero en vigilarlos y exigirles cuentas.

En este siglo ninguna organización política puede excluir, limitar o discriminar a las mujeres y a los jóvenes.

Compañeras y compañeros:

Nos urge que las mujeres priistas ocupen más espacios de liderazgo a todos los niveles: en las dirigencias, en los municipios, estados y en el plano nacional.

La visión, entrega, capacidad para trabajar en equipo que tenemos las mujeres, son imprescindibles para construir un partido fuerte e igualitario que refleje a nuestra sociedad.

Otra tarea fundamental es acercarnos a las nuevas generaciones. Necesitamos ser una alternativa para los jóvenes, para avanzar sus causas y convertirnos en un vehículo en el que se desarrollen.

Que con su energía, creatividad y talento nos vigoricen. Que encuentren en el partido una plataforma de participación real, para incidir en el futuro de México.

No podemos olvidar que México es un actor muy relevante en el ámbito internacional. Esa posición responde a un legado que construyó nuestro partido.

Debemos retomar ese liderazgo entre los partidos afines del mundo, voltear a ver lo que pasa fuera de nuestras fronteras y ser parte de los grandes debates globales.

Sin embargo, debemos de estar conscientes de otra realidad: la ciudadanía no va a premiar la reforma del partido. Esta es una necesidad urgente, pero interna: darle estabilidad, certidumbre y rumbo al PRI.

Lo que la ciudadanía evaluará en las próximas elecciones, no es lo que hagamos adentro, sino lo que hagamos afuera: nuestros resultados y honestidad donde seamos gobierno; nuestra congruencia y valentía donde seamos oposición; nuestras conductas y actitudes personales como priistas.

Hasta el 30 de noviembre, el partido contará con un liderazgo natural en torno al cual aglutinarnos. Nuestro reconocimiento y, por supuesto, lealtad institucional, al Presidente de México, Enrique Peña Nieto.

Una vez que entre en funciones el nuevo gobierno, debemos articular un gran frente opositor, a todos los niveles, entre el partido y cada uno de nuestros espacios de representación.

Este gran bloque priista debe operar igual que un banco de peces. Como un solo cuerpo compuesto de muchos integrantes, que trabaja en perfecta sincronía: en el mismo sentido, con el mismo ritmo y hacia el mismo objetivo.

En el Poder Legislativo, seremos la oposición firme, crítica, valiente y vigilante que los mexicanos necesitamos.

Seremos un verdadero contrapeso, que le hable de frente al Gobierno Federal: con argumentos, con ideas y con principios.

Estaremos atentos a que el Gobierno use el poder que se le acaba de otorgar para servir, para beneficiar al pueblo, no a sus incondicionales.

Para tomar decisiones con visión de Estado, no con intención electoral.

Seremos una oposición constructiva, pero no permisiva.

No bloquearemos los proyectos que le convengan al país, porque para el PRI primero está México.

Pero con igual determinación, rechazaremos aquello que comprometa la estabilidad del país; el patrimonio de las personas, el bienestar de nuestras familias y los derechos de los trabajadores.

Defenderemos, como causas irrenunciables: el régimen democrático de división de poderes; el pluralismo político; la libertad de expresión y la sociedad de derechos para todos.

Seremos los principales defensores del Pacto Federal, de la soberanía de los Estados y la libertad de los municipios.

A todos los mexicanos que nos dieron su confianza les decimos: vamos a representarlos con pasión, con inteligencia y con dignidad. Sus causas son nuestras causas: las vamos a defender y promover desde los congresos, los ayuntamientos y los gobiernos de los estados.

Estamos en campaña permanente.

Tenemos frente a nosotros meses de mucho trabajo, esfuerzo y sacrificios.

No puedo prometerles que el recorrido será fácil, ni cómodo. Al contrario: les aseguro que será la batalla más ardua que hemos librado en muchas décadas.

Lo que sí puedo asegurarles, es que el PRI conserva la fuerza, la energía, el espíritu y la voluntad de renovarse.

Lo que pase con nuestro partido está enteramente en nuestras manos, y de nadie más: ni de nuestros adversarios, ni de las circunstancias.

Caminaremos este trayecto juntos. Estaré en la primera línea, no adelante sino al lado de ustedes. Dirigiré con la fuerza del ejemplo, antes que con el peso del cargo. No les pediré nada que no esté yo dispuesta a hacer.

Que no quede duda: estamos en pie de lucha. Porque tuvimos una derrota dolorosa, pero no definitiva. Porque en la democracia las victorias pueden ser contundentes, pero nunca permanentes.

Si nuestros adversarios pudieron conquistar el poder partiendo de menos, por supuesto que nosotros podremos recuperarlo contando con mucho más.

Consejeras y consejeros:

Me comprometo a ser una Presidenta receptiva, que trabaje desde el diálogo abierto, no desde los despachos cerrados, con todos los sectores, organizaciones y expresiones del partido.

Encabezaré una dirigencia que esté afuera, con ustedes: en las calles, en el territorio, buscando el contacto directo con los ciudadanos.

Una dirigencia en la que todos los priistas se vean reflejados: porque abandera sus causas, representa sus intereses y cumple su palabra. Una dirigencia de la que puedan sentirse orgullosos.

En un plazo no mayor a 60 días, convocaré a la elección de un Secretario General que surja de nuestras filas, que complemente y fortalezca al Comité Ejecutivo Nacional.

Amigas y amigos compañeros de partido:

Les ofrezco lo más valioso que tengo: mi palabra, mi trayectoria y el prestigio, que he construido a lo largo de toda una vida de servicio público y de militancia priista.

Compañeros, los invito a cerrar filas, para reformarnos y para fortalecernos.

Cerremos filas para defender a nuestro partido, para defender a nuestra casa.

Cerremos filas para servirle a la gente y para encarar el futuro.

Juntos y en unidad, lo vamos a lograr.

¡Qué viva el PRI!

La carta que envió la maestra

+ No dará entrevistas porque "ha estado aislada" y quiere reunir información de lo que sucedió

 

CD. DE MÉXICO, 8 de Agosto de 2018.- Esta es la carta íntegra de Elba Esther Gordillo, exlideresa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, al quedar en libertad este martes en la noche.

"El día de hoy (7 de agosto) a las 23:30 horas recibí por parte del Primer Tribunal Unitario en Materia Penal del Primer Circuito, la notificación del decreto de mi absoluta e inmediata libertad, debido al sobreseimiento que recayó en la causa penal bajo la que me encontraba sujeta.

"Sin embargo, debido a la muy larga situación de aislamiento a la que me he visto sometida, me es necesario un plazo para asimilar privadamente las evidentes emociones que se derivan de un hecho tan importante en lo personal.

"Por lo anterior, he decidido no tener ningún contacto con medio de comunicación nacional o extranjero alguno, pues considero que esta etapa que me ubica en una nueva circunstancia debe ser adecuada y suficientemente recibida y vivida en familia.

"El próximo lunes 20 de agosto habré de convocar aquellos medios de comunicación que tengan interés en conocer mi opinión y posición sobre los sucesos relativos; con oportunidad informaremos lugar y hora", señala la carta de la ex líder de la SNTE.

Gordillo estuvo en prisión domiciliaria en su departamento en Polanco (CDMX) desde el 16 de diciembre de 2017.

La Carta de la OCV San Carlos

Guaymas, Sonora a 01 de agosto 2018.- Este es el comunicado emitido por la Oficina de Convenciones y Visitantes Guaymas San Carlos, en respuesta a la medida del Departamento de Estado de los Estados Unidos de sugerir a sus ciudadanos no visitar este destino:

Estimados todos

Presente.-

No es fundamental para OCV hacer una declaración en función de ese comunicado, como bien saben somos un ente privado y como tal, debemos cumplir nuestra función que es promover e impulsar el destino Guaymas - San Carlos.

Sin embargo y a la luz de estas declaraciones y las situaciones en las que podría derivar, hacemos las siguientes precisiones:

• La advertencia la hace una dependencia federal del Gobierno de los Estados Unidos únicamente a sus empleados. Esta no es una advertencia al turismo en general.

• Es común que las dependencias del Gobierno de los Estados Unidos hagan declaraciones alarmistas que inhiban la visita de connacionales a México para que la derrama económica generada por visitantes extranjeros se quede en su país.

• Los retos que enfrentan los cuerpos de seguridad en los tres niveles de gobierno son un tema real, sin embargo, los índices de hechos de violencia en nuestro destino son muy inferiores a los que se presentan en otros municipios de nuestro estado y en las entidades vecinas.

• Seguimos siendo un destino turístico seguro y prueba de ello es que hemos mantenido una ocupación similar a la del año 2017 y con respecto al periodo vacacional vamos 5 puntos porcentuales arriba en comparación con el año pasado.

• Es en los tiempos difíciles donde más se requiere del esfuerzo y la unión de los actores del sector, y es bajo esa premisa que OCV Guaymas San Carlos continúa con la labor para la que fue creada: promover el destino a nivel regional, nacional e internacional.

• Queremos destacar que durante este 2018, se concretó una inversión récord en materia de promoción de nuestro destino, con una cifra de cuatro millones 668 mil 418 pesos, lo cual será utilizado para posicionar el destino de Guaymas / San Carlos en el mapa turístico nacional e internacional.

• El sector turístico de este destino ha reportado una excelente temporada vacacional de verano, en donde los prestadores de servicios han registrado importantes números en materia, además de que el índice de ocupación hotelera está por arriba de lo que se registró en la misma fecha del año anterior.

Campaña Turística 2018:

El objetivo de nuestras campañas de promoción turística es aumentar la afluencia de turistas regionales, nacionales e internacionales. Esta campaña busca posicionar al destino de Guaymas San Carlos, como el mejor destino de playa y práctica de turismo de aventura en Sonora, difundir nuestros hoteles complementándolo con la oferta que brindan los prestadores de servicios turísticos y por ende aumentar la ocupación hoteles y derrama económica en el municipio.

El destino tiene mucho que ofrecer: hospitalidad, práctica de buceo y snorkel por el acuario del mundo, pesca deportiva, con sus torneos de pesca, actividades de aventura, deportes extremos al aire libre, turismo de reuniones, turismo náutico y las espectaculares bodas en playa.

Es por ello por lo que nos publicitamos en diversos medios especializados como lo son: prensa, revistas, banners webs, carteleras, spots y menciones en televisión, cada una distribuida estratégicamente en diversas nacionales como internacionales: Jalisco, Nuevo León, Ciudad de México, Sinaloa, Chihuahua, Baja California Norte, Tucson y Phoenix Arizona. Esto sin dejar de fuera a Sonora.

Teniendo este año una inversión histórica de 4millones 668 mil 418 pesos. Sin más por el momento me despido.

Atentamente,

Lic. Luis Arturo Mungarro López

Presidente de Consejo Directivo

La "colombianización" de México

GUAYMAS, Son., 1 de Agosto de 2018.- Hace 8 años, Ernesto Samper Pizano, quien fuera presidente de Colombia, publicó en el diario madrileño El País, un artículo donde plasmaba sus impresiones respecto a lo que debieron hacer para poner freno, dar reversa y encaminarse a acabar con el crimen organizado que en el tráfico de estupefacientes tenía su principal fortaleza.

El país se iba al fondo, las familias se desmembraban, la juventud se perdía, la práctica criminal al alza no abonaba a la confianza internacional y debieron realizar acciones que describe con claridad.

La situación actual de México, recordada dolorosamente en esta región las últimas semanas por la ola violenta que nos sacude, hace que Muralsonorense.como recuerde y exponga el artículo publicado por el político suramericano, como una receta viable para encaminarse a la misma meta: recuperar el país, recuperar a México y nuestras ciudades.

Este es el documento:

“Los sapos, como animales que son de sangre fría, no pueden percibir con facilidad los cambios lentos en la temperatura de su entorno; se han realizado experimentos patéticos sobre esta extraña condición colocando algunos de estos pobres batracios en recipientes con agua fría que se va calentando, lentamente, hasta que, al llegar al punto de ebullición, se cocinan vivos sin darse cuenta.

Algo parecido les sucede a las sociedades víctimas de fenómenos como el del narcotráfico; la dialéctica de la plata o el plomo que a través de la corrupción o de la intimidación utilizan los carteles para comprar o conseguir protección jurídica y política frente a sus crímenes, termina produciendo un efecto anestesiante en la opinión nacional que no se da cuenta de que, de esta forma, las organizaciones criminales van destruyendo progresivamente las instituciones que deberían derrotarlos.

La lucha contra el narcotráfico debe estar por encima de las ideologías y ser una política de Estado

En Colombia vivimos este fenómeno en los años ochenta cuando el terrorismo y la corrupción propia de los grandes carteles desafiaron abiertamente la fuerza pública, la justicia, el periodismo, los partidos políticos, los organismos de control y los intelectuales independientes. Nadie podía considerarse a salvo de los disparos de sus sicarios suicidas o de los cheques corruptores de sus cuentas bancarias escondidas.

El embrujo se rompió cuando el cartel de Medellín ordenó el asesinato del candidato presidencial Luis Carlos Galán que había levantado en solitario unos años atrás la bandera del combate contra el crimen organizado. Su audacia le costó la vida pero sirvió para que el país se despertara y se diera cuenta de que los poderosos carteles no desfallecerían hasta no ver arrodillados o enterrados a quienes consideraban, dentro del sistema, como sus enemigos.

A partir de la Constitución de 1991 la clase dirigente colombiana asumió de frente el combate del narcotráfico y sus secuelas como una política de Estado que, independientemente de cualquier consideración ideológica, debería comprometer a todos los Gobiernos en la erradicación de estas organizaciones criminales.

Se revisaron esquemas operativos, se protegieron jueces y periodistas, se depuró la policía, se expidieron normas draconianas sobre penas y cárceles, se consagró la extinción del dominio de bienes producto del crimen, se reglamentó el lavado de activos y, posteriormente, durante mi Gobierno, se restableció la extradición de nacionales.

Esta decisión, que tuvo ribetes de una cruzada, al principio considerada suicida, nos permitió desarticular los carteles de Cali y Medellín y sentar las bases de una política coherente que todavía hoy, 20 años después, se aplica.

México está a tiempo de aprender la dolorosa lección colombiana de los años ochenta. Aunque el presidente Calderón ha declarado la guerra a los poderosos carteles de la droga en México, existe la percepción afuera de que esta lucha la está librando solo ante la mirada crítica o escéptica de muchos sectores que piensan que se trata de una política del Gobierno que no los compromete.

Algunos de ellos, como mi buen amigo Jorge Castañeda y el propio ex presidente Fox, inclusive hablan de conseguir una especie de acuerdo de paz con los narcos para regresar al modus vivendi de los últimos años y restablecer así un supuesto "balance" entre la criminalidad y la institucionalidad.

Si este acuerdo llegara a darse, sería el comienzo del fin del Estado de derecho de México porque encarnaría la versión mexicana de la teoría del apaciguamiento de Chamberlain quien proponía dejar que Hitler invadiera solamente a sus vecinos para no exacerbar más allá sus ánimos imperialistas.

Los mexicanos podrían colombianizar en el mejor sentido su estrategia de lucha contra la droga si consiguen convertirla en una política de Estado y adoptan medidas de fondo como las que se adoptaron en su momento en Colombia en relación con el combate de las fuentes de financiamiento y reciclaje de los dineros obtenidos con el crimen.

Proponer a estas alturas, como lo han hecho con alguna ingenuidad algunos intelectuales mexicanos, la legalización de la droga como una salida alternativa es como ofrecerle lecciones de natación a un sobreviviente en la mitad de un naufragio.

Lo que aquí está en juego no es si las drogas ilícitas deben o no ser reprimidas -y la discusión es válida en un contexto distinto- sino la propia supervivencia de las instituciones mexicanas como parte de un Estado social de derecho internacionalmente reconocido. Esta decisión colectiva debe partir de consenso sobre la gravedad de la situación para evitar que al país, como en el cuento del sapo, lo cocinen lentamente las fuerzas criminales que hoy lo intimidan.

Ernesto Samper Pizano fue presidente de Colombia.

* Este artículo apareció en la edición impresa de El País, del martes 5 de octubre de 2010

La carta que AMLO envió a Trump

+ Genera esperanza en los mexicanos; se percibe la intención de devolver a México su capacidad de desarrollarse

 

CD. DE MÉXICO.- El texto siguiente es la carta enviada por el virtual presidente mexicano electo, Andrés Manuel López Obrador, y su contenido creó un ambiente con tendencia a mejorar las negociaciones bilaterales entre México y los Estados Unidos, sobre todo en la renegociación del Tratado de Libre Comercio, acuerdo que traza metas comerciales de los tres países del norte de América:

“Sr. Donald J. Trump

Presidente de los Estados Unidos de América

Deseo, en primer término, agradecerle la buena disposición y el trato respetuoso recibido por parte de usted a partir del pasado 2 de julio cuando sostuvimos una amplia conversación telefónica. Aprecio también la asistencia de una delegación de secretarios de su gabinete y otros altos funcionarios a mi oficina, para iniciar conversaciones sobre el futuro de la relación de nuestros países.

Como lo adelanté en nuestra conversación, le comparto la siguiente propuesta cuyo fin es iniciar una nueva etapa en la relación entre México y Estados Unidos basada en el respeto mutuo y la identificación de áreas de entendimiento e intereses comunes.

Propongo a usted, en primer lugar, hacer un esfuerzo por avanzar integralmente en las áreas sustantivas en las que está la esencia de la relación bilateral: el comercio, la migración, desarrollo y seguridad. Desde luego, existen otras áreas muy relevantes en nuestro futuro, pero considero que es necesario encontrar un camino común en estos cuatro temas para poder avanzar en otros puntos de la relación bilateral.

México, señor presidente Trump, es el hogar para el mayor número de estadounidenses que viven fuera de la Unión Americana. De la misma forma, Estados Unidos es el hogar más grande de mexicanos fuera de nuestras fronteras. Considero que el entendimiento que le propongo en esta carta nos debería conducir a un trato, digno y respetuoso de estas comunidades.

En materia de comercio, me parece que vale la pena hacer un esfuerzo por concluir la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Pienso que el prolongar la incertidumbre podría frenar inversiones a mediano y largo plazo, lo cual evidentemente dificulta el crecimiento económico en México y, por ende, la estrategia del gobierno que habré de encabezar, que busca generar empleos y mejores condiciones de vida para todos los mexicanos. En este punto le propongo reanudar las negociaciones con la participación de los representantes de México, Canadá y Estados Unidos. Nuestro equipo de transición participaría en coordinación con los funcionarios del actual gobierno mexicano.

Respecto a migración, debo comentar que el propósito más esencial de mi gobierno será lograr que los mexicanos no tengan que migrar por pobreza o violencia. Procuraremos que la emigración sea optativa y no necesaria. Nos esforzaremos en lograr que las personas encuentren trabajo y bienestar en sus lugares de origen, donde están sus familiares, sus costumbres y sus culturas. Para lograr este propósito fundamental, el gobierno entrante llevará a cabo el más grande esfuerzo que se haya realizado nunca en México.

El nuevo proyecto de nación que llevaremos a la práctica consistirá en desterrar la corrupción, abolir la impunidad, actuar con austeridad y destinar todo lo que se ahorre a financiar el desarrollo del país.

Desde el 19 de diciembre de este año, dispondremos de mayor inversión pública la cual será utilizada como capital semilla para fomentar la inversión privada y para destinar presupuestos significativos a la producción, la creación de empleos, la reactivación del sector agropecuario y energético, la educación, la cultura y la salud; así como el financiamiento del desarrollo regional de sur a norte, con la puesta en práctica de proyectos para retener a la población en sus pueblos, ampliando oportunidades de trabajo y bienestar.

Así, por ejemplo, vamos a sembrar un millón de hectáreas de árboles frutales y maderables en el sureste del país, tanto para efectos de restauración ecológica, como para crear cuatrocientos mil empleos. Se fomentará el turismo en el Caribe y en las zonas arqueológicas de las culturas olmeca y maya, porque vamos a construir una línea férrea para un tren de alta velocidad que recorrerá la ruta Cancún-Tulum-BacalarCalakmul-Palenque.

También se creará un corredor económico y comercial en el Istmo de Tehuantepec. Este proyecto implica aprovechar la ubicación estratégica de esta franja del territorio nacional para unir al Pacífico con el Atlántico y, con ello, facilitar el transporte de mercancías entre los países de Asia y la costa este de los Estados Unidos. Se trata de un corredor de 300 kilómetros, donde se construirá una línea ferroviaria para el transporte de contenedores. Se ampliará la carretera existente, se rehabilitarán los puertos de Salina Cruz y Coatzacoalcos, se aprovechará el petróleo, el gas, el agua, el viento y la electricidad de la región, y se instalarán plantas para ensamblar piezas y fabricar artículos manufactureros. Toda esa franja del Istmo se convertirá en zona libre o franca. Como es obvio, este proyecto se llevará a cabo sin menoscabo de nuestra soberanía y se promoverá con la participación del sector público, privado y social. En este caso, como en cualquier otro proyecto, se tendrán en cuenta los impactos ambientales y no se pasará por encima de los derechos de los pobladores y de los propietarios de las tierras, por el contrario, serán tomados en cuenta, consultados e incorporados como parte sustantiva del proyecto. En particular, los dueños de las tierras que formarán parte de este corredor serán invitados a participar como accionistas de la empresa que se constituya con este propósito. La construcción de estas obras y las fábricas que se instalen, generarán un importante número de empleos y se evitará, con ello, que los jóvenes de la región sigan emigrando hacia el norte en busca de trabajo.

Asimismo, fomentaremos el desarrollo a lo largo de los tres mil ciento ochenta y cinco kilómetros de frontera con Estados Unidos y allí se creará una zona libre o franca para promover la inversión, el desarrollo productivo y tecnológico, así como la creación de empleos. Esta será la última cortina para retener trabajadores en nuestro territorio.

De manera puntual señalo lo siguiente: se van a recorrer las aduanas mexicanas hacia el sur, tierra adentro, de veinte a treinta kilómetros de la línea divisoria; en la zona libre o franca se reducirá el Impuesto sobre la Renta (ISR) a 20 por ciento; el Impuesto al Valor Agregado (IVA) será de 8 por ciento en promedio, la mitad de lo que se cobra en la actualidad. Específicamente, en las ciudades fronterizas de México se aplicará la misma tasa impositiva que en el lado estadounidense; es decir, en California, cobran 8.5 por ciento, en Arizona, 8.2; en Nuevo México, 7.5; y en la frontera con Texas, 8.2 por ciento; se reducirán Impuestos Especiales a la Producción y Servicios (IEPS) para establecer tarifas y precios de gasolina, diésel y electricidad, iguales a los de Estados Unidos; desde el 1 de enero de 2019, en toda la zona libre de la franja fronteriza, se aumentará el salario mínimo a cuando menos el doble de lo estipulado en la actualidad.

Se trata de un asunto de justicia y sin riesgos de inflación porque habrá, como lo hemos dicho, reducción de impuestos y de precios de energía, de tal manera que, al subir el salario y bajar otros precios, el nivel general de precios quedaría igual o, incluso, podría bajar; en todas las ciudades de esta zona libre fronteriza se llevará a cabo un plan de desarrollo urbano integral que incluirá el ordenamiento del uso del suelo, la introducción de agua potable, drenaje, pavimentación de calles, construcción de vivienda, guarderías, unidades deportivas, espacios culturales, escuelas, hospitales y otras obras y servicios.

Habrá muchos cambios, señor presidente Trump. Y en este nuevo ambiente de progreso con bienestar, estoy seguro que podremos llegar a acuerdos para enfrentar juntos tanto el fenómeno migratorio como el problema de la inseguridad fronteriza, sobre la base de la cooperación para el desarrollo y bajo la premisa de que la paz y la tranquilidad son frutos de la justicia. Todo ello con absoluto respeto a los derechos humanos.

También, como se lo manifesté en nuestra conversación telefónica, considero que debe atenderse de manera integral y de fondo el problema migratorio, mediante un plan de desarrollo que incluya a los países centroamericanos, donde millones de habitantes no tienen oportunidades de trabajo y se ven obligados a salir de sus pueblos para buscarse la vida y mitigar su hambre y su pobreza.

Le comparto que mi gobierno está dispuesto a presentar a nuestro Congreso de la Unión la iniciativa y propuesta presupuestal para contribuir con recursos económicos y experiencia propias en este esfuerzo conjunto. Si en este plan participamos Estados Unidos y México e incluimos a los países centroamericanos, aportando cada uno de acuerdo a la dimensión de su economía, podríamos reunir una considerable cantidad de recursos para el desarrollo de la región, los cuales se destinarían en un 75 por ciento a financiar proyectos para crear empleos y combatir la pobreza, y el restante 25 por ciento, al control fronterizo y a la seguridad. De esta manera, reitero, estaríamos atendiendo las causas que originan el fenómeno migratorio. Al mismo tiempo, cada gobierno, desde Panamá hasta el Río Bravo, trabajaría para hacer económicamente innecesaria la migración de sus ciudadanos y cuidar sus fronteras para evitar el tránsito ilegal de mercancías, armas y tráfico de drogas, lo cual, consideramos, sería la forma más humana y eficaz de garantizar la paz, la tranquilidad y la seguridad de nuestros pueblos y naciones.

Señor presidente Trump, espero sus comentarios a mi planteamiento que busca alcanzar un entendimiento amistoso y de respeto mutuo con usted, con su pueblo y con la gran nación que representa.

México y Estados Unidos han sido dos países que, entre otras cosas, por su situación geográfica han tenido una historia en común fuera de serie. Ha habido momentos de tensión y diferencias como otros de entendimiento y respeto. Nos unen muchas cosas buenas. Lazos que no se pueden romper: cultura, idioma, tradiciones y, sobre todo, una larga amistad y mucha solidaridad. En honor a todo ello es que debemos seguir trabajando de la mano para ayudarnos mutuamente.

En cuanto a lo político, me anima el hecho de que ambos sabemos cumplir lo que decimos y hemos enfrentado la adversidad con éxito. Conseguimos poner a nuestros votantes y ciudadanos al centro y desplazar al establishment o régimen predominante. Todo está dispuesto para iniciar una nueva etapa en la relación de nuestras sociedades, sobre la base de la cooperación y la prosperidad. Hagámoslo.

Le mando un abrazo afectuoso,

Andrés Manuel López Obrador