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Columa 1

Lleno de historia, el mensaje de AMLO

CD. DE MÉXICO, 20 de noviembre de 2022.- Este fue el mensaje que dirigió al país Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, lleno ded razonamientos históricos, durante el evento que recuerda al movimiento revolucionario de 1910, celebrado este domingo en la capital de la República.

PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR:

"Amigas, amigos.

Autoridades y servidores públicos de las Fuerzas Armadas y del gobierno de la República.

Familiares de militares, marinos, ascendidos este día.

Mexicanas y mexicanos:

Las fechas de la Revolución mexicana nunca podrían pasar inadvertidas para quienes estamos sinceramente comprometidos con hacer valer las libertades, la igualdad, la justicia, la democracia y la soberanía.

Son varias las lecciones que nos dejó la Revolución, pero hay dos enseñanzas mayores:

Una es que las dictaduras o las oligarquías no garantizan la paz ni la tranquilidad social.

Y la otra es que los gobiernos democráticos sólo pueden tener éxito si atienden las demandas de las mayorías y, en consecuencia, consiguen a cambio, como recompensa, el apoyo del pueblo.

Consideremos esta paradoja: los regímenes autoritarios terminan siendo subversivos, así las opresivas condiciones políticas, económicas y sociales del porfiriato provocaron la Revolución. La lección es que ningún modelo económico funciona si se sostiene con las armas y si la prosperidad de unos pocos se sustenta en la esclavitud y el empobrecimiento de muchos.

Desde su inicio, la dictadura porfirista se orientó a favorecer a los ricos y dio la espalda a los pobres. Aunque Porfirio Díaz era de origen humilde, siempre procuró pertenecer a los de arriba y agradar a potentados nacionales o extranjeros.

Logró culminar sus pretensiones aristocráticas cuando contrajo matrimonio con Carmen Romero Rubio, una joven de 17 años que pertenecía a la alcurnia mexicana, hija de Manuel Romero Rubio, antiguo ministro de Relaciones del presidente desterrado, Sebastián Lerdo de Tejada. Don Daniel Cosío Villegas sostenía que esa ceremonia, esa boda, es quizá el primer brote aristocrático ostensible de la vida mexicana desde la caída del imperio.

Con el porfiriato comenzó la época de los grandes negocios al amparo del poder público. Por ejemplo, en mayo de 1881 se llevó a cabo una maniobra que puede considerarse precursora de las prácticas del influyentismo y de la corrupción política del México moderno.

El secretario de Hacienda, Francisco de Landero y Cos, vendió a Ramón Guzmán, Sebastián Camacho y Félix Cuevas 36 mil acciones de la línea de trenes de México a Veracruz — inaugurada por Lerdo—, que hasta entonces era la única vía férrea en el país.

El gobierno aceptó que le pagaran por cada una de las acciones de la empresa 12 libras esterlinas, cuando ese mismo día en la bolsa de Londres éstas se cotizaban en 16 libras y la tendencia iba al alza. Uno de los compradores y beneficiarios del fraude era Ramón Guzmán, quien seis meses después firmaría como testigo de Carmelita en su boda con Porfirio.

Es un mito, una mentira alentada por los conservadores, que en esa dictadura se gobernó con honradez y disciplina administrativa y financiera. Por el contrario, ahí empezó la política del rescate de la quiebra a las empresas de los potentados, tipo Fobaproa.

Estas decisiones en beneficio de las élites fueron, en buena medida, responsables del endeudamiento del país, que llegó a ser equivalente a cinco veces su presupuesto anual. Por lo demás, la corrupción política prevaleció en todo el periodo porfirista.

La inversión privada, a pesar de ser supuestamente la palanca principal del crecimiento, fue escasa y, obviamente, de carácter meramente lucrativo, antisocial y antinacional.

El porfirista Francisco Bulnes asegura que la mayor cantidad de obra pública realizada durante ese régimen se financió mediante la emisión de bonos y contratación de deuda. Según su análisis, la inversión privada para obras como la hidroeléctrica de Necaxa, que costó 70 millones y llegó en total a 286 millones de pesos de aquellos tiempos; sin embargo, la obra financiada con deuda pública se estima en 667 millones de pesos, es decir, 69 por ciento más que la inversión privada nacional o extranjera.

Conviene destacar que el monto mayor de la deuda contraída por el gobierno fue el destinado a construir 18 mil kilómetros de vías férreas de concesión federal, pues en 1908, dos años antes de que estallara la Revolución, se rescató a las empresas extranjeras que poseían los bonos de los ferrocarriles con un costo de 500 millones de pesos, el 52 por ciento de toda la inversión pública y privada aplicada durante el porfiriato en obras e industrias de nacionales y extranjeros.

Esta operación de rescate a las empresas ferrocarrileras extranjeras fue tan onerosa para México, que el periodista John Kenneth Turner, escritor del libro México bárbaro, asegura que en el negocio de la compra de los ferrocarriles a las compañías extranjeras el ministro de Hacienda, José Ives Limantour, y Pablo Macedo, hermano de Miguel Macedo, subsecretario de Gobernación, se repartieron una utilidad de nueve millones de dólares en oro.

La versión de Bulnes es distinta, pero no menos indicativa de corrupción. Afirma que, en la compra de acciones de las empresas ferrocarrileras, Julio Limantour, hermano del secretario de Hacienda, contó con información privilegiada y con un crédito del Banco Nacional adquirió anticipadamente acciones que circulaban a bajo precio en el mercado de Nueva York para después venderlas a precio elevado al gobierno mexicano, representado por el hermano del fervoroso especulador.

Con tales hechos, se puede entender cómo se pensaba y actuaba en el régimen porfirista: el hombre fuerte, el caudillo o dictador no sólo compartía ese estilo o forma de gobierno, sino lo encarnaba; admiraba a los llamados hombres de negocio y en especial a los foráneos, mientras despreciaba al pueblo raso, a los pobres de su país.

En su pensamiento, por ejemplo, los indígenas dueños originarios del territorio acaparaban, según él, las tierras, y había que despojarlos por la fuerza para entregarlas a particulares, emprendedores, nacionales o extranjeros.

Las llamadas campañas contra los mayas, mayos y yaquis fueron en realidad una segunda conquista, no menos brutal que la de 1521. Sin considerar la represión de los mayas y de otros pueblos indígenas, el gobierno federal empleó contra los yaquis cuatro mil 800 soldados y tres mil contra los mayos, o sea, la cuarta parte del Ejército. Esta guerra de exterminio, que significó asesinar a 15 mil yaquis, no sólo es la más infame prueba del carácter dictatorial del régimen porfirista, sino uno de los capítulos más vergonzosos de nuestra historia patria.

Un trato parecido recibieron los obreros que trabajaban de sol a sol, sin derecho de asociación ni protestas, so pena de despidos y hasta de cárcel. En 1906, en las negociones obrero-patronales de la industria textil de Veracruz, Puebla y Tlaxcala, lo único que aceptaron los patrones del pliego petitorio de los trabajadores fue que sólo laborarían de las 6:00 de la mañana a las 8:00 de la noche, menos dos intervalos de 45 minutos para el almuerzo y la comida.

Y cómo olvidar la brutalidad aplicada en las matanzas y encarcelamientos de obreros y dirigentes de las huelgas de Cananea, en Sonora; y Río Blanco, en Veracruz.

Pero, al final, ni el autoritarismo ni la esclavitud ni el tan cacareado progreso pudieron impedir que surgiera la Revolución.

Turner, periodista estadounidense, ya citado en su libro escrito en vísperas del jolgorio porfirista del centenario de la Independencia, acertó al decir: ‘En México existe hoy un movimiento nacional para abolir la esclavitud y la autocracia de Díaz’, y agregaba: ‘Bajo el bárbaro gobierno mexicano actual no hay esperanza de reformas, excepto por medio de la revolución armada’.

Y así fue. Un hacendado de ideas libertarias y lleno de bondad, Francisco I. Madero, convocó al pueblo el 20 de noviembre de 1910 a tomar las armas contra la dictadura porfirista.

El 14 de febrero de 1911, Madero entra al país, se pone al frente de los revolucionarios y, luego de fracasar en Casas Grandes, monta el cerco para la toma de Ciudad Juárez, Chihuahua con el apoyo militar de Pascual Orozco y Francisco Villa.

El triunfo en Ciudad Juárez desató con más fuerza la Revolución en el país: casi todas las capitales y las ciudades importantes fueron ocupadas por diversos grupos adheridos al maderismo.

El 21 de mayo, en la noche, frente a la aduana de Ciudad Juárez, se firmó el convenio de paz que incluía el compromiso de renuncia de Porfirio Díaz, el nombramiento de Francisco León de la Barra, secretario de Relaciones, como presidente interino, y la expedición de la convocatoria a elecciones generales en los términos previstos en la Constitución, entre otros acuerdos.

El 25 de mayo de 1911, Porfirio Díaz renuncia a la presidencia que había ocupado legal, formal y, de hecho, durante 34 años. El viejo dictador, ahora en calidad de expresidente, salió de la Ciudad de México el mismo día por la noche rumbo al puerto de Veracruz protegido por una escolta al mando del general Victoriano Huerta, y el día 27 embarcó en el vapor Ypiranga rumbo a Europa.

Mientras tanto, Madero viajaba de Ciudad Juárez a la capital, y en todo el trayecto es aclamado por el pueblo, mas no tanto como el 1º de junio de 1911, cuando hizo su entrada triunfal aquí, en la Ciudad de México, donde lo recibieron alrededor de 100 mil personas.

El comportamiento de la oposición durante el gobierno democrático legal, legítimamente del presidente Madero, el comportamiento de la oposición durante el gobierno democrático del presidente Madero es muy aleccionador de cómo los de arriba, los oligarcas, la mayoría de la prensa, los intelectuales acomodaticios y los políticos corruptos, suelen ser amigos de mentira y enemigos de verdad.

Como revolucionario y después como presidente, Madero actuó con rectitud, congruencia y respeto a las libertades, pero por lo complejo del asunto o por error político no logró hacerse de una base social para sostener su proyecto democrático y enfrentar así a la reacción conservadora.

En contraste, a diferencia del maderismo, la derecha aprovechó el ambiente de libertades para aglutinar a todos los que sentían amenazados sus intereses, y fue articulando una base civil de apoyo al golpe militar. En la propia Ciudad de México, aquí, se formó un grupo de jóvenes reaccionarios de clases altas y medias que alentaban el cuartelazo y animaban a la población a rebelarse contra el presidente Madero.

Aun con la nefasta actuación de estos fifís, la canallada mayor la ejecutaron militares, políticos, y Henry Wilson, el embajador estadounidense en México, el embajador más siniestro de todos los tiempos de Estados Unidos en nuestro país.

No voy a relatar lo acontecido en los últimos días del gobierno del presidente Madero, ni su dolorosísimo asesinato, sólo diré que se trata de uno de los episodios más abominables de la historia de nuestro país.

En todo caso, la traición contra Madero ayuda a entender el porqué de nuestra estrategia política. Si no estuviéramos respaldados por la mayoría de los mexicanos, y en especial por los pobres, ya nos habrían derrotado los conservadores o habríamos tenido que someternos a sus caprichos e intereses para convertirnos en simples títeres o peleles de quienes ya se habían acostumbrado a robar y a detentar el poder económico y político en nuestro país, ya se sentían los dueños de México.

Amigas, amigos.

Integrantes de las Fuerzas Armadas:

Los ejecutores del cuartelazo fueron militares del antiguo régimen porfirista como Victoriano Huerta, Bernardo Reyes, Félix Díaz, Manuel Mondragón, Gregorio Ruiz, Juvencio Robles, Aureliano Blanquet, Francisco Cárdenas y otros que habían hecho carrera cometiendo atropellos en distintas regiones del país y que se habían ganado la fama de represores por la brutalidad con que trataron a los pueblos indígenas para despojarlos de sus tierras, aguas, bosques y otros bienes comunales.

El 18 de febrero, mientras en la Ciudadela son cruelmente asesinados Gustavo Madero y Adolfo Bassó, el presidente Madero, el vicepresidente Pino Suárez y el general Felipe Ángeles son aprehendidos aquí, en el Palacio, y encarcelados en la intendencia.

Por la tarde, Victoriano Huerta notifica a todos los gobernadores y a las autoridades militares en un escueto y nefasto telegrama que ‘autorizado por el Senado he asumido el Poder Ejecutivo estando presos el presidente y su gabinete’.

Lamentablemente, esta felonía fue acatada por casi todas las autoridades civiles y castrenses. Sólo un gobernador, Venustiano Carranza, reunió esa noche a sus colaboradores en su casa de Saltillo, Coahuila, y les hizo ver la necesidad de desconocer al usurpador.

Al día siguiente, el 19 de febrero de 1913, se dirige al Congreso y sostiene que ‘el Senado, conforme a la Constitución, no tiene facultades para designar al primer magistrado de la nación, no puede legalmente autorizar al general Victoriano Huerta para asumir el Poder Ejecutivo y, en consecuencia, el expresado general no tiene la legítima investidura del presidente de la República’.

Ese mismo día, la Comisión de Puntos Constitucionales del Congreso local aprobó un dictamen desconociendo a Huerta y concediendo facultades extraordinarias al gobernador Venustiano Carranza para crear las Fuerzas Armadas y sostener el orden constitucional de la República.

Ese es el origen del actual ejército. Por eso, el Día del Ejército se celebra precisamente el 19 de febrero. Este es el origen del actual ejército, que surge del pueblo para defender la legalidad, la democracia y hacer valer la justicia.

Tengo en mi poder el cuestionario que todavía en 1916 debían llenar quienes deseaban al ingresar al Ejército. Entre otras cosas, se les preguntaba si habían ocupado, cito textualmente, ‘un cargo en la época del dictador Porfirio Díaz o en la época de la usurpación del asesino y traidor Victoriano Huerta’.

A lo largo de su historia, es más lo bueno de esta institución militar que los errores o sus manchas, muchas de ellas no atribuibles a los mandos militares, sino a los gobiernos civiles que en algunas ocasiones las han utilizado indebidamente, han utilizado a las Fuerzas Armadas para reprimir al pueblo.

En el ámbito latinoamericano, e incluso en comparación con lo sucedido en otros países del mundo, las Fuerzas Armadas de México con excepcionales, porque nunca han pertenecido a la oligarquía: los soldados, marinos y oficiales vienen de abajo y tienen como origen e identidad el México profundo.

Ahora, en esta nueva transformación, como en los orígenes, existe una convivencia estrecha y fraterna entre el pueblo uniformado y el pueblo civil. Tanto la Secretaría de la Defensa como la Secretaría de Marina son pilares fundamentales del Estado de derecho democrático y social.

Con las nuevas reformas a la Constitución, el Ejército y la Armada nos continuarán apoyando en labores de seguridad pública y la Guardia Nacional se terminará de consolidar bajo la dirección de la Secretaría de la Defensa.

Estoy seguro que seguiremos contando con Fuerzas Armadas para defender nuestra soberanía e integridad territorial, y al mismo tiempo serán garantes de la seguridad pública como cuerpos de paz y de progreso con justicia.

Felicito a todos los oficiales de Marina y Defensa que ascienden este día histórico, 20 de Noviembre, y los convoco a mantener siempre en alto la lealtad al pueblo y el amor a la patria.

Muchas gracias.

Destacan 6 marchas en México

CD. DE MÉXICO, 13 de noviembre de 2022.- En México la indignación y hartazgo por la inseguridad, violencia y corrupción, han llevado a la sociedad a manifestarse para exigir a los gobiernos en turno un cambio.

Es importante destacar las marchas del 2 de octubre de 1968 y la del 10 de junio de 1971 (el Halconazo) ya que sentaron un precedente histórico para las movilizaciones sociales en México, cuando el gobierno inhibía los movimientos sociales y el papel de las mujeres no era tomado en cuenta como ahora.

En 5 sexenios y tres alternancias en el poder (PRI, PAN y Morena) se han realizado 6 grandes marchas contra la inseguridad (1997, 2004, 2008, 2011, 2014 y 2020).

En 23 años, desde Ernesto Zedillo Ponce de León al de Andrés Manuel López Obrador, cientos de miles de personas han tomado el zócalo capitalino y las principales plazas públicas del país para exigir justicia, alto a la violencia, la inseguridad y la corrupción.

La última gran marcha antes de la que se realizó este domingo 13 de noviembre, fue por el clima de violencia contra las mujeres, el 8 de marzo (2020), en el marco del Día Internacional de la Mujer.

Este es un recuento de estas manifestaciones sociales y el contexto en que se desarrollaron.

1.- Marcha contra la inseguridad del 29 de noviembre de 1997

El 13 de noviembre de 1997 la Asociación de Mujeres por la Defensa de los Derechos Civiles (AMDEC) se manifestaron en el parque Rosario Castellanos, cerca de Los Pinos, para dirigir una carta al Presidente Ernesto Zedillo en la que exigían que el Estado garantizara protección a los mexicanos “para transitar y vivir sin temor.”

16 días después decenas de miles de personas tomaron las calles para gritar ¡Ya Basta!

2.- Rescatemos México. Marcha del 27 de junio de 2004

En 2004 Andrés Manuel López Obrador era jefe de gobierno del entonces Distrito Federal y lo rodeó la polémica de haber denominado a la marcha, convocada por la organización México Unido Contra la Delincuencia, entre otras, como una “marcha de pirruris”, influenciada por grupos de ultraderecha.

Durante ese periodo, correspondiente al sexenio de Vicente Fox, se vivió un repunte de la violencia que cobró la vida de más de 3 mil personas. Reportes de distintos medios  discrepan: a la “Marcha Blanca” por la paz, unos señalan 200 mil y otros hasta 350 mil asistentes.

3.- Iluminemos México. Marcha del 30 de agosto de 2008

En 2008 miles de mexicanos ataviados de blanco, velas, cirios y linternas exigieron alto a los homicidios, robos ejecuciones y extorsiones. Bajo la consigna de “si no pueden, renuncien”, (dicha por Alejandro Martí y dirigida a las altas esferas del poder), el movimiento aglutinó, según autoridades, 80 mil personas; otras fuentes aseguraban al menos 200 mil ciudadanos.

En ese año, de enero a agosto, los conteos oficiales de incidencia delictiva, violencia y homicidio consignaban la pérdida de más de tres mil vidas a causa del crimen organizado, cifra que rebasó la estadística de muertes de todo el año anterior. Felipe Calderón, entonces presidente, había declarado la “guerra contra el narcotráfico”.

4.- Marcha del 6 de abril de 2011

Convocada y encabezada por el poeta Javier Sicilia, cabeza del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, exigió alto a la violencia generada por la lucha contra y entre cárteles de la droga. Manifestantes exigían la renuncia del presidente Felipe Calderón por considerar fallida su estrategia contra el narcotráfico.

De 2008 a 2011, según cifras oficiales, hubo un repunte en muertes por la guerra del narcotráfico. Se estimó en 35 mil las muertes durante esos 4 años.

5.- Marcha pacífica por Ayotzinapa del 20 de noviembre de 2014

A casi 3 meses de desaparecer 43 normalistas de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, había gran indignación y a nivel internacional se manifestaron en solidaridad con los padres buscaban a sus hijos y acudían al zócalo capitalino a exigir respuestas del gobierno de Enrique Peña Nieto.

En Canadá, La India, Argentina e Italia, se manifestaron. En Cd. de México, personas vestidas de negro salieron del Ángel de la Independencia al Monumento a la Revolución, y Tlatelolco rumbo al Zócalo.

No se tiene una cifra exacta de cuánta gente acudió a la protesta.

6.- Marcha contra la violencia de género. 8 de marzo de 2020

Con motivo del Día Internacional de la Mujer, y con el antecedente de varias marchas para exigir alto al acoso y la violencia feminicida, se realizó la marcha multitudinaria de más importante y nutrida que se haya registrado en México.

La cifra oficial del Gobierno de Cd. de México, indica participación de unas 80,000, pero organizadoras y asistentes a esta protesta señalan que la cifra fue mucho mayor. Colectivos feministas que organizaron la marcha invitaban a los hombres a abstenerse de participar en la mega marcha o, de hacerlo, integrarse en el contingente mixto que saldría en la retaguardia de la movilización.

Este domingo 13, la marcha para defender al INE, convocada por los opositores al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, dijeron que tuvo la participación de entre 10 mil y 12 mil personas; los organizadores señalaron más de 200 mil.

El discurso de José Woldenberg

CD. DE MÉXICO.- Este fue el discurso que José Woldenberg pronunció en defensa del Instituto Nacional Electoral este 13 de noviembre en el Monumento a la Revolución:

“Estamos aquí reunidos con un solo objetivo claro y trascendente: defender el sistema electoral que varias generaciones de mexicanos construyeron, que ha permitido la convivencia y competencia de la pluralidad y la estabilidad políticas, la trasmisión pacífica de los poderes públicos y la ampliación de las libertades.

Todo eso constituye un patrimonio común y por ello estamos aquí, ciudadanos de muy diferentes orientaciones políticas y extracciones sociales, militantes de partidos, integrantes de organizaciones sociales y personas sin filiación política que deseamos que México sea la casa que nos cobije a todos.

Estamos aquí ejerciendo nuestros derechos. El derecho a manifestarnos, a opinar, a reunirnos de manera pacífica para expresar nuestras preocupaciones y aspiraciones. Somos parte de una marea de opinión que aprecia y defiende la democracia.

Como país fuimos capaces de edificar una germinal democracia. Dejamos atrás el país de un solo partido, de un presidencialismo opresivo, de elecciones sin competencia ni opciones auténticas, de poderes constitucionales que funcionaban como apéndices del Ejecutivo, de medios de comunicación mayoritariamente oficialistas, para abrirle paso a la expresión y recreación de la diversidad política, a elecciones libres, disputadas y creíbles, a Congresos plurales, gobiernos de diferente orientación, pesos y contrapesos en el entramado estatal y sin duda una espiral virtuosa que amplió el ejercicio de las libertades.

Y para que ello fuera posible se requirió de movilizaciones, luchas, denuncias, acuerdos —muchos acuerdos— y sobre todo conformar normas e instituciones electorales capaces de ofrecer garantías de imparcialidad y equidad a la diversidad de fuerzas políticas que modelan el país. Ocho reformas se llevaron a cabo entre 1977 y 2014 y los resultados están a la vista. Fue necesario edificar autoridades electorales autónomas, tribunales capaces de desahogar la aguda conflictividad, construir condiciones equitativas de la competencia, puertas de entrada y salida para las distintas corrientes políticas que cristalizaron en partidos, y de manera paulatina pero sistemática nos acostumbramos a la diversidad, a las contiendas competidas, a las alternancias en los ejecutivos, a los congresos plurales y a los mecanismos de diálogo, negociación y acuerdo que los mismos reclamaban.

Quiero llamar su atención sobre un solo hecho: la alternancia constitucional y pacífica (subrayo, pacífica) del poder presidencial ocurrió, por primera vez en México, gracias a ese proceso democratizador. En casi doscientos años de vida independiente, nuestro país nunca lo había logrado.

Esa democracia se construyó con el trabajo de millones, de varias generaciones de mexicanos y mexicanas, cuyo edificio culminante fue el del Instituto Nacional Electoral. Ese gran cambio histórico no puede ser explicado sin la existencia de nuestro sistema electoral.

La titularidad del Poder Ejecutivo ha cambiado y lo ha conquistado el partido A, el partido B y el partido C. El Poder Legislativo ha recogido los cambios en las preferencias políticas de millones de mexicanos; las minorías de ayer son las mayorías de hoy y en todo el país, ese proceso se repite y se ha naturalizado a lo largo de casi tres décadas.

No llegamos a una estación final. Tampoco a un paraíso. Apenas a una germinal democracia pero que nos ha permitido asentar la pluralidad política y que la misma pueda coexistir y competir de manera pacífica.

El problema mayúsculo, el que nos ha traído aquí, el que nos obliga a salir a las calles, el que se encuentra en el centro de la atención pública, es que buena parte de lo edificado se quiere destruir desde el gobierno. Es necesario insistir en eso, porque significa no sólo una agresión a las instituciones existentes sino a la posibilidad de procesar nuestra vida política en un formato democrático.

México no puede volver a una institución electoral alineada con el gobierno, incapaz de garantizar la necesaria imparcialidad en todo el proceso electoral. Nuestro país no merece regresar al pasado porque lo construido permite elecciones auténticas, piedra angular de todo sistema democrático.

México no puede destruir las destrezas profesionales, los conocimientos adquiridos y el compromiso de los funcionarios que integran los servicios profesionales electorales.

México no puede centralizar todos los procesos electorales en dos instituciones descomunales, no sólo porque somos —según la Constitución— una república federal, sino porque ni el INE ni un solo Tribunal podrán realizar con eficiencia lo que hoy encuentra cauce y solución en 32 entidades soberanas.

Otra vez intento ilustrar lo que digo con evidencias. Desde la última reforma electoral en 2014, se han disputado en los estados y la Ciudad de México, 55 336 cargos de elección popular, entre ellos 55 gubernaturas, 93 legislaturas y 5932 ayuntamientos. Tan sólo el año pasado los institutos estatales registraron 275 424 candidaturas locales. Con tales números ¿es deseable y posible concentrar, centralizar y administrar ese universo político en una sola institución?

Por eso, México no puede deshacerse sin contemplaciones del entramado federalista en materia electoral sin perder en eficacia y confianza. Tampoco de los tribunales en materia electoral porque siguen siendo necesarios para desahogar el permanente litigio que acompaña nuestras elecciones.

México no merece una reforma constitucional en materia electoral impulsada por una sola voluntad por más relevante que sea. Hay importantes lecciones en el pasado: las reformas que fueron fruto de voluntades colectivas forjadas con los métodos probados y comprobados del diálogo y el acuerdo.

México no puede ni debe trasladar el padrón electoral a otra institución porque el INE ha cumplido con creces en la elaboración de un listado confiable, cuyas credenciales se han convertido de facto en cédulas de identidad ciudadana.

México viviría conflictos evitables, innecesarios, interminables y costosos si las normas electorales no son producto del consenso de las principales fuerzas políticas del país.

Quienes estamos hoy aquí, ciudadanos todos en el ejercicio de nuestros derechos, sabemos, porque lo vivimos, que en nuestro país laten diferentes formas de pensar, distintos intereses y cuerpos valorativos, diversas plataformas políticas e ideológicas, y que sólo desde el autoritarismo más ciego se puede aspirar a homogeneizar esa riqueza de expresiones. Por el contrario, nosotros valoramos esa diversidad porque creemos que en ella radica parte de la riqueza de nuestra nación y por eso estamos obligados —sí: obligados— a garantizar su expresión, coexistencia y competencia civilizada.

Y es en ese horizonte en el cual elecciones auténticas, libres, equilibradas, resultan insustituibles. Nuestro futuro no puede ser resultado de la seducción por un pasado que en buena hora fue desterrado.

Las próximas citas electorales deben contar con las mismas garantías que las del pasado inmediato: padrón confiable, equidad en las condiciones de la competencia, imparcialidad de los funcionarios profesionales, conteo pulcro de los votos, resultados preliminares en la noche y por supuesto que ganadores y perdedores sean definidos por el voto de los ciudadanos y sólo por ellos.

Hacemos un llamado a todos los grupos parlamentarios —sí, a todos— sin exclusiones ni excepciones, los que conforman las Cámaras del Congreso Federal y de los 32 congresos en las entidades, a que defiendan lo edificado en materia democrática y no conduzcan a nuestro país a una etapa venturosamente superada: la del autoritarismo que se auxiliaba de autoridades electorales a modo.

El día de hoy refrendamos nuestro profundo compromiso con la democracia y por ello defendemos un sistema electoral que nos cobija a todos y que permite la coexistencia de la diversidad y la substitución de los gobiernos por vías pacíficas y participativas. Ese es el México que queremos: un México para todos, un México cuya diversidad cuente con un formato para su convivencia y competencia.

Por ello decimos:

No a la destrucción del INE.

No a la destrucción de los institutos locales.

No a la destrucción de los tribunales locales.

No a la pretensión de alinear a los órganos electorales a la voluntad del gobierno.

No al autoritarismo.

Sí a la democracia.

Sí a un México democrático.

Monumento a la Revolución, 13 de noviembre de 2022

José Woldenberg

Entretelones

+ Tranza: El exalcalde "Kiko" Munro y su sucesor señalados por fraude con terrenos en Puerto Peñasco

HERMOSILLO, Son.- Graves problemas se le vienen encima al diputado Ernesto Roger Munro Jr, mejor conocido como el Kiko Munro, al denunciarse cuantioso fraude inmobiliario contra ciudadanos de Estados Unidos en Puerto Peñasco, ilícito en donde está involucrada su esposa Martha Herlinda Pivac Carrillo y su cuñado, el actual presidente municipal, Jorge Pivac Carrillo.

Se trata de un despojo de 1 hectárea propiedad debidamente escriturada a nombre de Rick y Julie Hatch, ubicada en la zona de mayor desarrollo hotelero y de condominios en la llamada playa de Arizona, cuyo valor en el mercado es de unos 5 millones de dólares y que la familia Pivac Carrillo se apropió con una inversión de 300 mil dólares mediante la simulación de actos jurídicos, a través de los buenos oficios de la notaría 76 a cargo de Chastre Alexandra Encinas Leyva.

La tranza fue en los tiempos del Kiko Munro como alcalde electo de Puerto Peñasco y es hasta ahora que los afectados recurrieron el congresista de Arizona Walt Blackman para hacer pública la denuncia, luego de irregularidades procesales y al temor de los afectados, enterados de cómo se dirimen en México ese tipo de controversias que mantenían en el limbo su denuncia de despojo.

Detrás de ese trinquete está el ahora vasallo de Vicente Terán en el Congreso del Estado, ya que como se sabe, “El Mijito” es el dueño en turno de la franquicia denominada PES, a donde el Kiko migró luego de no tener el soporte de su papá el Neto Munro desde la dirigencia estatal del PAN.

Nos comentan, que solo falta que salga por ahí la escritura fraudulenta con el endoso, también notariado en favor del ahora diputado local o que haya constituido una sociedad con su esposa y su cuñado, y qué le costaría meter a su papá.

La fraudulenta trama: Rick y Julie Hatch, originarios de EEUU y visitantes asiduos a ese balneario, compraron la propiedad frente al mar en Puerto Peñasco en 2013; para operarla erigieron la empresa Coca & Hatch Properties.

A mediados de junio de 2015, la notaría 78 certificó documentos sobre presunta reunión entre personas asociadas a la empresa de los Hatch, lo cual resultó una simulación de un acto jurídico nunca realizado, pero que sirvió de fachada para que un tal Roberto Trahin Rodríguez, nombrado en la asamblea ficticia como gerente general, solicitara un préstamo al ahora alcalde de Puerto Peñasco, poniendo como garantía de pago a esos 10,000 M2 en las inmediaciones del inconcluso Home Port.

Obvio que al tratarse de una tranza el préstamo no fue pagado y por eso, tal como lo habían previsto, la propiedad del terreno pasó a manos del ahora presidente municipal, quien se desempeñaba como director de varias empresas y desarrollos inmobiliarios, operación concretada ya en ejercicio del Kiko Munro como alcalde y su esposa como primera dama, involucrada en el acta notarial de la asamblea no realizada, en donde también aparece el nombre de una socia que había fallecido en el 2008.

O sea, mediante la falsificación de firmas, simulación de actos jurídicos avalados por Notario Público, asumieron una propiedad ajena; pidieron prestado y la pusieron como garantía de pago; el préstamo no fue cubierto y fácil, se quedaron con ella, y hágale como quieran.

Señalado de ilícitamente transferirse a sí mismo la propiedad, el ahora alcalde alega que él es también el perjudicado, porque a como ve las cosas, se quedará sin el dinero que le prestó a Trahin Rodríguez y sin la propiedad, aunque él debe saber bien en donde encontrar a ese personaje, si es que no lo inventó, aunque tal dilema lo deberá resolver la Fiscalía General de Justicia del Estado, ya que en comunicado de prensa informó que ya indaga ese desaguisado y que incluso ya giró orden de aprehensión, se supone contra ese fantasmal sujeto, de quien lo único que se sabe, es que es cercano al Munro viejo.

El caso es que el congresista de Arizona hizo suyo ese litigio y su reclamo suena muy fuerte luego del sospechoso enredadero del expediente 0426/2016, en el que señalan presuntas responsabilidades contra la familia Pivac Munro, los Notarios Públicos 28 –Ivonne Corral Gaona– y 76, al encargado del Registro Público de la Propiedad y al Director de Catastro Municipal de Puerto Peñasco.

El representante legal de los Hatch en México, contratado para la recuperación de su propiedad, luego de 7 años de estar pagando por sus servicios, retiró todas las pruebas que había presentado ante el juzgado que lleva el asunto y de pasadita los reclamantes fueron amenazados de muerte, lo cual se nos figura fue la gota que derramó el vaso y causa para hacer la denuncia pública.

Mr. Blackman señaló evidencias de que Pivac Carrillo estaría utilizando su posición como alcalde para impedir que los Hatch tengan acceso a información sobre la operación. Además, expuso que hay una investigación criminal en contra del edil que “terminó abruptamente y sin explicación”.

Y la denuncia comentada se hace pública, pocos días después que el gobernador Alfonso Durazo Montaño acompañó al Colegio de Notarios de Sonora, en la asamblea donde se formalizó la reelección de Julio Rascón Soria en la presidencia y ahí convocarlos a la transparencia y que su ejercicio se apegue estrictamente a la honestidad al intervenir en asuntos entre particulares.

A ver qué hace la fiscalía con este asunto, toda vez el gran impacto que tiene en inversionistas del otro lado el que vivales aprovechen sus posiciones de poder político y de gobierno para aprovecharse de ellos, cuando Puerto Peñasco es un destino muy importante de capitales de ese estado del suroeste de Estados Unidos.

El INE sí se toca

+ Los presidentes que sí tocaron al INE; de 5, cuatro hicieron reformas electorales

CD. DE MÉXICO.- La frase “el INE no se toca” está de moda en una parte de la sociedad mexicana y es la bandera para la marcha que se realizará el próximo domingo.

Se les olvida que cuatro de los últimos cinco presidentes de la República han hecho reformas electorales, es decir han tocado al INE.

Carlos Salinas de Gortari creó el antecedente del actual Instituto Nacional Electoral (INE), el Instituto Federal Electoral y después lo modificó en su mismo sexenio, por lo menos en dos ocasiones.

Con Ernesto Zedillo Ponce de León, en 1996, el Congreso de la Unión realizó una nueva reforma electoral al aprobar la modificación del artículo 41 constitucional, así como un nuevo Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales.

Con Felipe Calderón, en 2007 se realizó una nueva reforma electoral que otorgó al IFE 53 atribuciones más.

Con Enrique Peña Nieto, en 2014 se realizó una nueva reforma electoral y se creó la nueva Autoridad Electoral de Carácter Nacional: El Instituto Nacional Electoral.

Pero el INE no se toca, a pesar de que en su historia de IFE e INE por lo menos 10 de sus presidentes y de sus consejeros se han visto involucrados en escándalos, ya sean electorales o hasta económicos y financieros.

¿Quiénes crearon y difunden la frase “El INE no se toca”?

-Líderes del PAN, del PRI y del PRD, tres partidos que han sido acusados de falta de democracia en sus elecciones internas, pero promueven al INE como si fueran democráticos.

-Empresarios como Gustavo de Hoyos y Claudio X González Junior. El primero ha sido acusado (hasta en tribunales) por la falta de democracia interna en la Confederación Patronal de la República Mexicana (nada más hay que ver el caso del empresario chihuahuense Carlos Chavira. El segundo, nunca ha participado en elecciones, pero su padre fue uno de los promotores de la antidemocracia en las elecciones internas de organismos empresariales.

-Organismos no Gubernamentales, muchos de los cuales han sido acusados de fraudes o desvíos de fondos o simplemente de falta de transparencia en el manejo de sus finanzas.

Pero eso sí los empresarios, los partidos y organismos no gubernamentales (convocados por Claudio X. González y Gustavo de Hoyos) se han convertido en los paladines de la democracia, porque aseguran que el gobierno actual pretende destruir al INE y basan sus mensajes en mentiras como las siguientes:

1.- El presidente quiere destruir al INE. En la iniciativa nunca se habla de la desaparición del instituto, sino de una reforma electoral, que busca entre otras cosas reducir el número de diputados y senadores.

2.- El presidente quiere manejar directamente las elecciones. Por el contrario, se intenta que  los tres Poderes de la Unión tengan una mayor participación en aspectos electorales e incluso la ciudadanía aumente su injerencia al elegir de manera directa a los consejeros.

3.- El INE es transparente e incorruptible. En las tres últimas elecciones presidenciales, el instituto permitió, violando las leyes, por ejemplo, el financiamiento a candidatos y, sobre todo, a campañas negras.

Lamentablemente, creo que ha faltado una verdadera campaña en todos los foros, para contrarrestar la información. Ayer escuché en Los Periodistas una frase que dijo Horacio Duarte que quizá debería ser utilizada por quienes están en favor de la reforma electoral: El INE no se destruye, se transforma.

Dice el filósofo del metro: INE significa Instituto de la Negación Extrema. (Diario Ejecutivo)