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Agustin Rodriguez

Estas líneas...

Horizonte negro en Empalme EMPALME, Son.- Me llamó al teléfono Rolando Corral, aquel dirigente sindical alguna vez problema para las labores de la planta Ford Hermosillo, luego estudiante ejemplar cuando lo enviaron (¿exilio?) a formarse como técnico en Japón, de donde regresó a asesorar dirigentes maquileros regionales.

Siguió de asesor, sabe mucho de ello, y está a cargo los obreros de esa industria que da a la región unos 14 mil empleos. Lo estaba desde que el “Kiriki”, Carlos Enrique Gómez Cota, hoy alcalde, era interpósita persona como secretario general.

Me pidió acompañarlo en un desayuno y acepté porque me llamó la atención el tema: “Primera reunión para trabajar por un solo objetivo”. Dejó el misterio abierto y allá vamos, al fin era mañana sabatina de escasa actividad.

Quedé complacido. Rolando no siguió el “speech” de los dirigentes sobre la lucha obrera, la unidad, el entendimiento con el patrón y esas cursilerías del discurso común. No. Llamó a una docena de jovencitos y les pidió expresar lo que piensan. Son becarios y salen adelante porque el sindicato maquilero les paga sus estudios. Cómo no hacerlo, si son hijos de obreros, tienen 9 de promedio y no tienen dinero. Al revés de cuando los fondos sindicales se usaban para usura.

Pues allá van los chamacos de secundaria y preparatoria que como oradores hacen palidecer a muchos políticos regionales. Y no son mentirosos. Expusieron el Empalme que ven y no le fue muy bien a quienes han gobernado la plaza. Héctor Laguna Torres, por ejemplo, quien según la visión general confirmada por los chamacos, dejo un pueblo abandonado y en manos de la delincuencia; servicios pésimos y el desvergonzado cobro eficientísimo.

Estas líneas...

GUAYMAS, Son.- Cuando llegó Mario Cuén Aranda a comparecer ante la Fiscalía Anticorrupción, Sonora cree ver los nuevos tiempos prometidos, los de imponer orden donde la corrupción y la impunidad se asentaron fincando el cinismo de funcionarios convencidos de haberse vuelto dueños del patrimonio de la entidad.

Exalcalde refugiado años en la Administración Portuaria de Guaymas, reapareció con Guillermo Padrés y pronto ocupaba la tesorería estatal. Lo acusaron, pero había un muro formado por ministerios públicos, jueces y magistrados que servían al amo.

Cuén comenzó a oler a dinero. Sus empresas multiplicaban ventas al Gobierno de Sonora, más caro por cierto que en el mercado, fluyendo con rapidez el pago, contrario al viacrucis del proveedor común.

Días después, Roberto Romero López, exsecretario de Gobierno, cruzaba el mismo umbral donde Odracir Espinoza blande el sable de la justicia, pero su rostro no tuvo la rigidez mostrada por Cuén. Su sonrisa nunca desapareció y respondió a preguntas. A todos dejó contentos su “actuación” en esa pasarela y dejó la impresión de no tener vela en el entierro de la corrupción asfixiante vivida por Sonora el sexenio previo. Para otros, solo fue más cínico.

Estas líneas…

¿También tú, Ernesto?

GUAYMAS.- Adolfo García Morales ilustra de algo que no debiera sorprendernos.

Lo hace con eufemismos como “desorganizada” y con “deficiente manejo administrativo”, pero el nuevo secretario de Seguridad Pública pone luego puntos sobre las íes para describir la deplorable condición en las que Ernesto Munro Palacio dejó la dependencia.

Se me hace poco, pero así déjenlo, citar un quebranto de 75 millones, pero da color de identidad del ahora ya viejo Nuevo Sonora, al citar el déficit: 294 millones de pesos.

Hablar de pesos no es problema tan grande en un país que produce tanto dinero con el cual le daría muy buena vida a sus ciudadanos, dándole mejor uso. Lo es cuando como cita la cruda descripción de García Morales, llega la “desorganización, falta de ética y dispersión en manejo de recursos públicos”.

Estas líneas...

Urge la renovación moral GUAYMAS.- Pocos se sorprendieron cuando los nuevos directivos de Economía en Sonora confirmaron triquiñuela y media hecha con los recursos destinados a promover el crecimiento, y la cereza del pastel fue el tiradero de uniformes escolares en una bodega propiedad del beneficiario del contrato que le compró millones de prendas de dudoso origen.

Tampoco cuando la Secretaría de Educación y Cultura habla de lo que todos sabían –menos los investigadores, fiscales y jueces—pero nunca se atacó: más de 2 mil millones de pesos no se encuentran y el programa de transformación educativa insignia del padrecismo, fue un fraude que enriqueció a pocos y arruinó a muchos.

Jorge Vidal Ahumada, añejo delegado del Banobras en Sonora –duró, me decía alguna vez, casi 3 décadas—hoy pone orden en la Secretaría de Economía y trata de sacar del bajo cero a Sonora y devolverlo al buen camino.

Pero todos los rubros están en rojo y desenredar la madeja será un gran triunfo. Luego, faltará confirmar castigo a los culpables, que andan por allí, entre la gente y en varios casos, son “dignos representantes” de la sociedad a la que han agraviado tanto.

La duda es si podrán exigirles cuentas del dinero del contribuyente que debió llegar a la tarea social, a las obras, al adecuado manejo administrativo, el que tanto se dijo se gastaba en condominios, terrenos de playa, ranchos, mansiones, viajes, etc.

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La ciudad nos necesita         GUAYMAS.- Fuera grillas. Hoy la ciudad necesita de la solidaridad porque más de 10 mil personas fueron golpeadas por la lluvia y la mayoría perdieron todo, así que sumarse a los grupos de apoyo que llevan paliativos a estas familias, es el paso del momento en el puerto.

Es increíble lo que puede hacer el agua. El retrato lo muestra la colonia Adolfo de la Huerta, al este de la ciudad, por donde se llega desde el sur volteando a la derecha y donde en el pasado había un paraje rematado por un cañón con par de afluentes formando el arroyo. La necesidad la creó el asentamiento en suelos propiedad del expresidente nativo de Guaymas, que su  descendencia donó para esa gente, por ello el homenaje guaymenses de oficializar con su nombre a la colonia.

No tienen la culpa por asentarse allí. Necesitaban un trozo de suelo y como “paracaidistas” llegaron los primeros en los años 70. Así los llamaban. Si sirve de consuelo, Pemex, con toda su capacidad técnica y económica, se asentó con su planta receptora de combustible frente al muelle, en el desemboque del mismo arroyo y viera los estragos que le causa cada cinco o seis años.

Dañó también camiones y muros en el negocio del transportista Alfredo Suárez Ríos, pero el hombre --de raza le viene al galgo—lejos de sentarse a lamerse sus heridas, arregla su espacio y envía el resto de sus capacidades a auxiliar a la gente damnificada, principalmente de la colonia Adolfo de la Huerta.

Eso explica el por qué hace tiempo Claudia Pavlovich lo vio y pensó que sería un buen aliado cuando se tratara de hacer cosas buenas por Guaymas. No se equivocó y ahora lo confirma.

Y con él, llegan otros empresarios como el Luis “Lichy”Bueno, Jesús Fajardo y sus hermanos; Alfonso Valencia, Beto Vázquez y Jesús Saldaña –discúlpenme si olvido nombres—a aportar su grano de arena, qué créanme, es mucho más que un grano. Qué agradecidos debemos estar también con los marinos de la Armada de México que con pico y pala ayudan a quienes debieron salir de sus casas cuando el arroyo llegó con sus embates. Y con la Policía, que día y noche se esforzó por ayudar a todos e ir a donde se les necesitara. Me consta también el esfuerzo del alcalde Lorenzo De Cima y su gente, que no durmieron la noche de sábado y madrugada de domingo pensando en qué hacer y haciéndolo, por la gente.

Y qué ejemplo de Claudia Pavlovich, la gobernadora. En charcos, arroyos y lodazales, acompañó a los damnificados y con el rostro marcado por el impacto de ver la devastación, instruyó el accionar inmediato. Allí apareció la solidaridad de muchos.

También la intolerancia y estrechez de otros, pero es parte del espectáculo que da la gente sin conciencia. Me quedo con lo primero, porque emociona, llega al corazón.

Hago un espacio para agradecer la respuesta de Jesús Saldaña. Sabe de la permanente escasez de recursos de la comuna y por su cuenta reparó luminarias en el malecón turístico, barrió algunos espacios y podó plantas junto al mar. Mejoró un poco. Si así fuésemos todos sería mucho mejor el puerto. Se lo agradecen muchas familias, deportistas y jóvenes que día a día utilizan el espacio.

Buena noticia es que en Empalme el problema no fue tanto, sobre todo porque el alcalde Carlos Gómez cota ha recibido no uno, varios baldes de agua fría al hurgar en las cuentas de la Tesorería Municipal. No logra convencerse de la capacidad depredadora de la que fue capaz su antecesor, el pitufo exveterinario Moisés Laguna Torres, a quien le irá bien si no lo lincha el exrielero pueblo.

De regreso a la gobernadora Pavlovich, me reportan que viajo a la ciudad de México, donde buscará recursos para enfrentar las contingencias que se viven en estos momentos por los fenómenos climáticos, pero agregará el esfuerzo para salir del hoyo excavado por el sexenio previo, sobre todo en caminos, cuyos destrozos por el olvido oficial ahora paralizan muchas de las tareas económicas de Sonora. No se vale, pero eso se hizo, ahora a corregir. Quién nos manda.