Si, van sobre Otto GUAYMAS.- En mi barrio había plantas que atraían `mayates´, el escarabajo cuyo nombre proviene del náhuatl máyatl, y para que no haya otras interpretaciones agrego lo que me dice el diccionario: coleóptero polífago de la familia de los escarabeidos que se halla en la mitad sur de América del Norte.
Destaca el color verde brillante y metálico en vientre y patas. Lo cito porque los atrapábamos para atarles un hilo en sus patas y hacerlo volar en círculos. A veces se nos soltaba el hilo y surgía la expresión “voló el mayate con todo y hebra”. Viene al caso por lo siguiente:
En medio del desaseo –¡cochinero, más bien!— que muestra el análisis contable sobre el uso de los dineros de la gente de Guaymas, se reflejan leperadas no solo tipo Fantomas (“la amenaza elegante”, aquel personaje de revistas en los 70), ladrón de cuello blanco que ejemplificaba los cómos artísticos de la estafa, el hurto… la ladronada pues.
También hay huellas donde el cinismo ganó a la discreción y se gastó dinero que paga el pueblo, en frivolidades como el puro o el coñac del oficial mayor; el viaje `acompañado´ del contralor o el regidor, pasando por la fiesta y el regalo o atención al favorito(a). Cosas así.