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Agustín Rodríguez

Estas líneas...

+ Perdí la apuesta: Guaymas amaneció limpio; Otto Claussen en medio de la sospecha; más radiodifusoras GUAYMAS, Son.- La emblemática calle Miguel Alemán está limpia. Es miércoles 1 de Marzo y el Carnaval de 2017 ha pasado a la historia con los mismos pros y contras acusados por quienes miran la feria según les haya ido en ella.

También conocida como calle 20, nació al ganarse suelo al mar con el malecón tras los trabajos de la Dirección de Obras Marítimas que en los años 40 y 50 era parte de la Secretaría de Marina, donde mandaba el general Rodolfo Sánchez Taboada, a quien los guaymenses le reconocimos –por si no lo sabían—todo el apoyo para consolidar un puerto marítimo de altura que hoy nos conecta con el mundo en un intercambio comercial medido en toneladas. Creo que más de 8 millones por año, según cifras de Edmundo Chávez Méndez, director de la paraestatal concesionaria de este movimiento.

Para conocimiento general, el busto del general hace 4 años fue hurtado y vendido como en 150 pesos a un chatarrero, pero los malandrines autores de la felonía pronto andaban en la calle con la venia de los responsables de proteger los bienes públicos, en este caso la señora síndico de la época, Oralia Sánchez, y el secretario del Ayuntamiento, Ramón Leyva Montoya. Del segundo no me sorprende.

Si quieren más cultura, los malandrines del cuento eran parte del “staff” panista que ayudó al PAN a ganar en 2015, cuando Ernesto Munro mandó 40 patrullas y unos 300 agentes de la Policía Estatal –él era secretario de Seguridad Pública—a apoyar el ataque de la mapachería albiceleste financiada por el ahora defenestrado padrecismo.

Pero hablamos del Carnaval. Se acabó. Y lejos de encontrar la ciudad sucia, cual costumbre, amaneció limpia. Perdí una apuesta y me da gusto. Yo dije que Miguel Quiroz, presto para la ira por lindar con la intolerancia, no podría con el paquete. Me calló la boca y ahora debo pagar la cuenta del próximo desayuno con cercano amigo que padece exégesis azul.

Ni siquiera gente de los juegos mecánicos que debe acampar en el malecón comercial, repitieron esa mala práctica que casi hacía volver el estómago a quienes hacen sus ejercicios o conviven en esa explanada que para eso se creó, para convivencia, no para que los dueños temporales del pueblo se la apropien y le saquen jugo en aras de embolsarse unos pesos.

Ahora, a esperar cuentas. Pero le anticipo, caro lector, que consiga una buena silla. Dar cuentas habla de transparencia y eso no se les da a las autoridades. Y esta vez, las cuentas se evadirán más fácilmente porque el Ayuntamiento regaló la fiesta del pueblo a una empresa lejana, si hablamos en geografía, pero muy cercana si el nepotismo es el cristal con el que se mira.

Fue un carnaval austero. La marcha de los carros alegóricos, atractivo principal seguido de los artistas que justifican la borrachera nocturna –el real negocio, por eso lo regalan o lo venden barato—, dejó mal sabor de boca.

Solo eso se podía esperar. Se lo dijeron a los señores dueños de la empresa Ajedrez, que presumió cosas que no hizo para apropiarse de la fiesta, disolviendo de facto –el Consejo fue papel sanitario—al Instituto de Festividades, donde la titular hizo cosas como cobrar en dos nóminas del Ayuntamiento y manejar a su nombre anuencias de alcohol.

Ajedrez, propiedad de un pariente muy cercano del secretario particular de Lorenzo Decima, no puede apelar a su condición de empresa ajena. Hay dinero público en la mezcla. La fiesta popular nacida en 1888 pertenece al pueblo y el Ayuntamiento debe hacerla porque “vox populi, vox Dei”.

Y vino porque hay dinero. Los políticos concesionan lo que deje dinero. Y si es dinero fácil, mejor. El Carnaval se vende solo. Pero hoy no pueden decir que hubo buenos eventos y peor, la austeridad reflejada en la marcha de carros alegóricos está lejos de situarnos en los escenarios nacionales.

Vamos a dejarlo así. Ha habido peores y mejores carnavales. El problema es que el lucro del funcionario en turno le impide ver la filosofía de la fiesta y por ello evita organizar un grupo responsable para hacerla crecer al nivel de Mazatlán o Veracruz, por citar dos ejemplos de éxito. Si hay éxito, habrás más gente atenta y será más difícil echarse esos pesos a la bolsa.

No, no me pidan pruebas. De por sí soy risueño y querer hacerme cosquillas. De lo que hablo, es la falta de amor al suelo, de compromiso ausente, que nos hunde más como comunidad. Vean a Guaymas y luego me dicen. El Carnaval, sus “resultados”, son muestra de lo que ocurre en la mente de la gente, de los que mandan y de quienes reciben encomiendas para terminar creyéndose jefes.

OTTO, LLAMADO A CUENTAS

Este jueves 2 de Marzo de 2017 será un día memorable. No. No porque nació alguien famoso o hubo un evento histórico que amerite izar la Bandera Nacional. Es porque se ponen a prueba dos caracteres:

1.- El de Otto Claussen Iberri, quien se placeó durante el Carnaval criticando todo lo que veía. Y eso que no vino Julión Alvarez y no se lo llevó Lorenzo Decima a su casa de Playa de 30 millones de pesos, si la tuviera (precios de abril de 2015, según revelación de Javier Lamarque Cano en campaña perredista), a cantar a costillas del erario.

Claussen debe presentarse en Contraloría Municipal, si es cierto eso de que tiene respeto por las leyes, y explicar por qué gastó dinero de los guaymenses en pagar la vigilancia de su residencia en Hermosillo donde ha vivido desde hace casi 4 décadas. El pago fue a una empresa de seguridad privada que también debe aclararse a quien pertenecía, pues de pronto desapareció, en una especie de “que no quede huella, que no, que no…”, como decía aquel famoso tema de “Bronco”.

Yo agrego: no es solo eso. Ya en el lugar --si viene el cuestionado exalcalde--, será notificado que tiene como 356 demandas más por las que debe responder. Ese es el reto. Me iré temprano para encontrar buen lugar. Habrá mucha gente que incluye aplaudidores de la película pasada y hasta las víctimas del síndrome de Estocolmo, que pese al trato sufrido del nazi teutón, lo defienden a capa y espada.

2.- El de Lorenzo Decima, quien pareciera, pinta su raya y confirma que no es cómplice del cercano y corrupto pasado. En alguna ocasión, su antecesor presumía tener a su lado a los mejores abogados de Sonora y qué bueno. Los va a necesitar.

Si el actual alcalde no puede hacerlo rendir cuentas y no encuentra eco en el contralor Fernando Ortega López, o en el agente del ministerio público en turno y el juez de la causa en instancias locales y federales, habrá, al menos, cumplido su deber cívico de denunciar pecados cometidos. Allá nuestra sociedad si sigue tolerando, incentivando con aplauso y reconocimiento incluso, la leperada que cada día nos hunde más.

TIROS RAPIDOS:

1.- Hace unos días amaneció vandalizada la escollera convertida en andador y mirador frente a la Playa de Miramar, una obra de gran nivel. Parafraseando a un amigo mío, quizá mejor de lo que merecemos.

La respuesta pronta vino de los Bomberos Voluntarios de Guaymas, que la repararon. Mi reconocimiento a esos valiosos hombres y mujeres que comanda don Alberto Osuna Agramón.

2.- El Senado de la República aprobó una reforma a la Ley Federal Contra Delincuencia Organizada, para que cuando tres o más personas se organicen para cometer delitos contra el ambiente, sean sancionadas, así, como integrantes de la delincuencia organizada.

Se podrá investigar, procesar y sancionar a quienes capturen, posean, trafiquen, comercialicen o atenten contra la vida silvestre, con mayor severidad. Para cumplir este propósito, el Ministerio Público y la Policía Federal podrán intervenir comunicaciones telefónicas, infiltrar agentes en los grupos delictivos, realizar operaciones encubiertas y solicitar prisión preventiva oficiosa ante los Jueces federales del sistema penal acusatorio.

¿Y a nosotros qué? Bueno, traficar camarón, totoaba y otras especies marinas, es parte de lo que se quiere evitar. Estamos advertidos, pues.

3.- En Guaymas-Empalme, zona conurbada, operan cinco estaciones de radio, dos de ellas del empresario y político nacido en Vícam, Heriberto Lizárraga; una de la familia Padilla, empalmenses radicados en Guaymas; una del empresario local Fernando Astiazarán, administrada por su hijo Mario; y una del originario de Coahuila Javier Carrizalez.

Pronto habrá 8, al licitarse frecuencias FM por parte del Gobierno Mexicano y la Secretaría de Gobernación consigna que las obtuvieron un empresario obregonense cercano al grupo Larsa Comunicaciones; Roberto Lemenmeyer, inversionistas turísticos en San Carlos; y el joven empresario guaymense Julio Luebbert Mazón, quien deja huella de su capacidad ya establecido en la capital del Estado.

Eso es bueno porque traerán nuevos contenidos y mentalidades distintas. También indicador de lo que podría darse en el terreno de la política, pues todos tienen relación con el poder en la entidad.

Estas líneas...

+ Cabildo: Albertano contra Abertano; Otto: Que no quede huella; Todos contra el muro, pero NO al gasolinazo          GUAYMAS, Son.- Anochecía y la sesión del Cabildo --misteriosas a la vista del escaso público que las presencia-- se estancaba en la discusión de un tema que hizo abandonar el recinto, airados, a los 3 regidores priístas, el punto 6 de los 19 que sobrecargaron el orden del día.

Solo los regidores saben lo que aprueban, se supone. Obvian lectura, pues antes les envían información en gruesos legajos que dudo, hayan leído completos alguna vez. Mea culpa y lo celebraré si me equivoco.

Este lunes, la exhibición de valemadrismo hacia la comunidad se dio en aras del partidismo y el interés meramente particular –“son solo tres años pues”, me dijo con sonrisa cínica un cínico político varias veces regidor en su cínica carrera política--, pues los priístas se fueron y más tarde supe, había línea “de Hermosillo”. Ellos que lo expliquen.

Y la discusión de quienes se quedaron se centró en el capulinesco yo creo, yo pienso, a lo mejor, quizá, tal vez sobre si corregían o no el nombre del trabajador Abertano Castillo Segovia, quien en otros documentos aparece como Albertano y, pues, hay que confirmar si es o no ¿no?

Después de media hora de alegatos a un tema que les es ajeno, resuelven dejarlo y exhortar al interesado a hacer los cambios en el lugar que de por ley corresponda. Tan fácil.

Punto bueno para Fernanda Caballero, la señora síndico, su celosa observación de hacer las cosas bien al ceder o intercambiar suelos. No se vale lo que ya ha sucedido, que funcionarios improbos se apropian de terrenos–demasías le llaman, tan buscadas por los profesionales de estos hurtos al patrimonio municipal— reservados para equipamiento o área verde.

Pero la banalidad de los regidores les impide ver lo trascendente. Nadie pidió analizar 5 ó 6 puntos donde el alcalde propuso recibir poder para que él y el secretario negocien cosas. También aprobaron y nadie supo describirlo, el gasto millonario en desayunos escolares cuyo origen, precio, calidad y destino desconocen. Por eso no avanza este pueblo. Creo que ya no iré a observar las sesiones del Cabildo, al menos en este trienio.

OTTO, QUE NO QUEDE HUELLA

Cuando llegó Carlos Zataráin a la alcaldía de Guaymas quiso limpiar la bahía de Guaymas, entonces una enfermante laguna de oxidación.

Su experiencia en el Instituto del Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable, hoy Comisión Estatal del área, le permitió avanzar rápido y hasta dragó un buen espacio tras gestionar el cese de arrojos de aguas negras. Le siguió aquel clavado al mar con sus colaboradores para demostrar que ya estaba limpio este cacho de mar.

Aprovechó para derribar el adefesio del Cine Terraza Guaymas. El entonces gobernador Eduardo Bours no lo quería, pero no revolvió gimnasia con magnesia y le dio a Zataráin 4 millones de pesos para comprar el terreno donde más tarde se haría un proyecto del Fondo Nacional de Turismo, que también construyó la bella marina que allí opera.

El sucesor de Zataráin, Antonio Astiazarán, aprovechó la inercia y convenció a Bours de terminar el nuevo malecón y la magnífica explanada donde habría turismo y comercio; la lamentable derrota del experimentado empresario Carlos Zaragoza (PRI) ante el improvisado César Lizárraga (PAN), hizo quemar la cosecha y frenó esos proyectos. Quienes tomaron el mando municipal dejaron caer todo y se acabó el sueño de crecimiento que había nacido.

Lizárraga fue un pez chico en el mar de tiburones y pagó muy caro el aprendizaje. Luego vino Otto Claussen y el teutón fue el “tiburón blanco” de ese mar, pues hizo negocios desde que llegó y a juicio de sus propios amigos, se le pasó la mano.

Por eso Lorenzo De Cima (PAN), su sucesor, ordenó al contralor Fernando Ortega (PRI), precisar malos manejos que no son, ni por mucho, los principales. Como no lo encuentran, hábil como es para evadir la ley y sus vericuetos, le dejan por escrito en la Tribuna del Puerto algunos pecados no capitales. En este caso, “solo” que no debió contratar obras sin aprobación del Cabildo. Y recuerda el documento que el abogado Ramón Leyva, secretario del Ayuntamiento, refrendó cada uno de esos contratos ilegales.

También que el Claussen que enloda el apellido, pagó a una empresa de seguridad privada para cuidar su casa de Hermosillo, en el número 22 de Uvalama y bulevar Los Sabinos, donde vive hace años, 533 mil 533 pesos del dinero de los guaymenses incurriendo en “desvío de recursos para usos particulares”.

Pero no aparece nada en ese extenso documento publicado en escaso espacio y microscópica letra, firmado por el señor Ortega y atestiguado por Jorge Alán Carlos Ojeda y Edith Nájera Solís, del negocio más grande de Otto, el que entracaló al pueblo, el crédito de 360 millones solicitado a la banca y que finalmente alcanzó 400, de los cuales solo entraron a la caja 315. Si, en el camino se perdieron, por decirlo de alguna manera, ¡85 millones!

Aunado a la poca experiencia de Lorenzo de Cima, más su falta de colaboradores hábiles y la abundancia de politicastros presupuestívoros, este duro golpe es lo que tiene hundido al puerto, con suciedad, malos servicios, escaso alumbrado, pavimentos en deplorable estado y cuestionable seguridad pública, esto último producto de los experimentos hermosillenses que ahora tienen al frente de esa importante área a un guardaespaldas de un destacado empresario capitalino.

A De Cima le falta exhibir en otra publicación todo el fondo de esa deuda injusta, ilegal, y hacer que se proceda, ya, contra los culpables encabezados por Otto, de la grave afectación que se vive.

CONTRA EL MURO, SI, PERO NO AL GASOLINAZO

No hubo éxito en la manifestación de un grupo de guaymenses contra el gasolinazo el sábado y domingo pasados. Ni lo habrá mientras esos movimientos no surjan de gente representativa pero alejada de cargos públicos.

Los políticos ya no movilizan. No se confía en ellos y lo confirmarán en 2018. Pero, es un hecho, la gente no acepta el gasolinazo.

A Enrique Peña Nieto se le respalda en su respuesta al llamado a repeler al extraño enemigo que osa profanar con sus plantas el suelo Patrio. Luego se le pedirán cuentas de sus despilfarros y por qué y a quiénes beneficia su política del ya rebasado neoliberalismo cuyo pináculo fue en el sexenio de Carlos Salinas.

Ya sabemos el resultado de esas políticas, no se tiene que esperar a ver “el bienestar” que se supone, llegará con las reformas impuestas. Ese discurso también está agotado.

Estas líneas...

+ A cumplir la ley, pero con el vecino de enfrente          GUAYMAS, Son.- El monarca oculto entre las gruesas paredes de piedra que desde 1899 alberga la sede del poder municipal, pareció recibir un chispazo de sensibilidad y decidió atender un clamor de los guaymenses: redujo la nómina.

El siempre lejano del pueblo, Lorenzo De cima, quizá se cansó de la advertencia, vuelta acusación, de tirar mucho dinero en gente ociosa, principalmente funcionarios a los que se les aprobó una quincena por “méritos en campaña” –léase prociónidos--, y ordenó al jefe de personal correr a 150, algo así como 12% del personal, que al decir del propio Alberto Albín, exadministrador del Delfinario –director de facto casi un año, cuando abandonó el cargo sin dejar de cobrar el ahora priísta Carlos González Nemer--, permitirá ahorrar millón y medio de pesos al año.

No es mucho, pero ya es algo en medio del opaco uso que se le da a los 700 millones de pesos anuales de presupuesto guaymense.

Sin embargo, se cuestiona por qué corren a gente de décadas en labores y dejan a improvisados panistas que trajo el distante Lorenzo al apropiarse de la silla que antaño era para representantes populares.

Doy razón parcial al cuestionamiento, porque ha de usted saber, entre reacciones por despidos destacan las de funcionarios y regidores. Estos últimos exigieron un asesor aparte del “bono” decembrino, el fondo de Ayuda social y los 6 mil pesos mensuales de gasolina al cual se aferran, excepto Marcos Ulloa, del partido Convergencia, quien púbicamente ha renunció a él.

Pese a quejarse del gasolinazo, nadie secundó a Ulloa. El edil sin partido Porfirio Villa, no renunciará al vale porque no sabe el uso que le darán al dinero. Ha de creer el experredista que se lo robarán el tesorero y el oficial mayor, Arturo Lozano González y Germán González Véjar, personajes hoy sumidos en el descrédito por la contabilidad oculta entre las piedras de Palacio, que los ubica como sicarios del crimen financiero contra Guaymas.

Creerlo o no, es distinto a tener los pelos de la burra en la mano, cosa difícil, pues presumen los señalados pagar mucho para no ser tocados ni con el pétalo de una rosa. Olvidan que, como el olor a guayaba, es fácil percibir cuando se eleva el nivel de vida entre ellos, lo cual incluye a varios más cuyas esposas ya viajan a Tucson o Las Vegas, cuando hace poco apenas completaban para la despensa en el Súper del Norte, porque como presume el empresario Servando Carbajal, allí sí alcanza porque alcanza, aunque sea uno diputado.

Y el tercero en la escala de crecimiento económico en medio de la opacidad municipal, sería el secretario del Ayuntamiento, Alán Jaramillo, enlodado hasta las rodillas en temas de dinero que no se puede contabilizar, pero la estructura legal complica hace suponer que tampoco le pasará nada.

Volviendo a los corridos, el regidor Gabriel Sánchez espetó a Beto Albín cómo podrá liquidar a la gente de años trabajando allí, y solo encontró encogimiento de hombros y un dedo índice apuntando hacia la oficina del presidente De Cima –es el decir, tampoco ese día estaba allí--, con la muy profundamente razonada afirmación de “allá pregúntale al jefe”.

Por lo demás, el comunicador Guillermo Urías advirtió a los despedidos que deben acudir a los tribunales, ya, pues en un mes se pierde derecho de reclamo. Es decir, Carlos Mexía –director jurídico-- tiene la mañosa orden de ganar por cansancio en ese juego del Tío Lolo contra los trabajadores.

ALCANZA, PERO PARA QUÉ

La declaración de Susana Corella Platt, diputada federal por Guaymas sobre dinero entregado a los diputados, hizo pensar en la necesidad de hacer que los políticos vuelvan a dirigir la política.

Es genial escuchar los ejemplos de la vieja usanza, como cuando el general Santos describía a la moral como “un árbol que da moras”; o al chihuahuense Bernardo Aguirre acusando que “vivir fuera del presupuesto, es vivir en el error”.

Recordemos ocurrencias como las del sonorense Robles Toyos al señalar que “los búfalos” del caborquense Salomón Fazz, amigo de José López Portillo, usaban sombrero porque algo deberían tener en la cabeza. Salidas espectaculares como las de Samuel Ocaña acosado por la prensa para “abrirse” por quién sería el mejor candidato tricolor, pidiendo “a mí déjenme con mis tigritos”, refugiado como estaba en el Centro Ecológico de Sonora.

Más cercanas, las declaraciones de Eduardo Bours cuando la crítica opositora elevaba el tono y sugería mejoras para Sonora, defendiéndose con su “son más las echadas que las ponedoras”. Finalmente lo derrotaron, pero eso es otra historia.

A lo que me refiero es que el político es vago y sale de apuros. Y esa vagancia le ayuda a hacer el bien para su gente y, como no pudo hacerlo doña Susana, con claridad poner en su lugar a sus adversarios políticos.

El problema de la diputada nuestra fue no dimensionar las cosas al explicar qué hace y cómo con el dinero público que recibe en el Congreso. La impresión que dejó es que lo gasta egoístamente en ella y no le alcanza para pagar el glamour con el que se le relaciona.

De haber tenido la vagancia que dan los años en la calle, en el mitin o en la plaza, donde cada paso cuesta por esa costumbre del político de saludar con sombrero ajeno, hubiese salido del embrollo con facilidad. Por no tenerla, la señora Corella sufrió esta sacudida que pone en riesgo su futuro en el ambiente.

Queda esta interrogante: ¿No habría ocurrido lo mismo a “Kiki” Díaz Brown, a “Kity” Mazón, “Roger” Díaz Brown, “Prosperito” Ibarra y tantos “juniors” que, favorecidos por la vida –no es malo tener dinero, por supuesto—llegan a posiciones de lucha por el pueblo, sin entender lo que necesita el pueblo?

Porque ya dijeron algo similar el senador poblano panista Javier “Coopelas o cuello” Lozano y la sonorense Ana Guevara y no, el polvo no se levantó tanto.

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+ Buen ejercicio de Jorge Vidal; Guaymas, principal receptor de grandes inversiones; turismo, en "veremos"          GUAYMAS, Son.- El salón “Yaqui”, nombre muy representativo para Sonora, la mañana de este lunes fue sede de un buen ejercicio de Jorge Vidal, el longevo delegado del Banobras –duró casi 30 años lustrando esa silla--, a quien Claudia Pavlovich llamó para convertirlo en titular muy productivo, se ha visto, en la Secretaría de Economía.

El “Yaqui” es un espacio muy utilizado para eventos en el Hotel Armida, el de mayor dinámica en el puerto al convertirse en el centro de negocios guaymense por excelencia, como explicaba Héctor Zaragoza, tercera generación del clan fundador quien no cesa en su ir y venir acomodando cosas en la expansión y modernización de servicios de la hostería fundada allá por los años 50.

Vidal Ahumada tuvo gran convocatoria. Desde promotores empresariales de alto calibre como Félix Tonella, y Antonio de la Llata, productor e industrializador pesquero, hasta Carlos “El cacho” Zaragoza y Rogelio Sánchez, impulsor este último del basketbol que eleva a sus “Ostioneros” en el plano nacional.

La lista es larga, representativa, muy interesada en escuchar lo que el titular estatal de Economía diría sobre cómo el “gasolinazo” que tambalea a Sonora y cómo lo defenderá. Cabe mencionar, hubo comentarios reprobatorios por la ausencia, vuelta costumbre, del alcalde Lorenzo De Cima, quien estaría acusando recibo de los obuses lanzados por medios con los que confronta por vaya usted a saber qué motivos.

Habló don Jorge de inversiones y avances de Sonora, con datos en unos casos ya divulgados por la gobernadora Claudia Pavlovich; en otros, inéditos, sorprendiendo a los presentes.

Destacó la inversión en minería, en energía que incluye la renovable, la influencia de éstas en lo inmobiliario y algunas rutinas de crecimiento del campo, sobre todo en la producción e industria hortícola.

No desbordó optimismo, pues sabe que el gasolinazo pega duro, a todos. También que fue medida “dolorosa pero necesaria”, pero ni al caso tocar el tema de por qué llegan a ser necesarias.

Yo puedo decirlo: falló la previsión. Y hay culpables de esa falla. Lo peor sería que los mismos culpables de fallar lo hayan hecho por premeditación afín a sus bolsillos, como presumimos todos los mexicanos y por ello está así el país, manifestándose y exigiendo cuidar el patrimonio, reducir el gasto y castigar a los culpables, lo cual incluye hacerles devolver lo sustraído.

Pero volvamos al ejercicio. Fue bueno. Hizo hablar a los empresarios y plantearon cosas cuando escucharon lo que había, lo que se gestiona, la importancia de que no se cancela ningún proyecto pese a la turbulencia y el buen augurio que eso representa para esperar buenos números, como los que Sonora aportó en 2016, que incluyen crecimiento de 4 o más puntos y unos 40 mil empleos. Que así sea.

Ecos del evento

1.- Buena observación de Hugo Delgado: hay dos pozos ociosos que aportan 200 litros de agua por segundo y el ejido San José de Guaymas está dispuesto a traspasarlos. Traerse esos 400 litros es mucho más barato para completar lo que Guaymas necesita, que la desalinizadora de 350 millones de pesos que solo daría 300 litros y un dolor de cabeza en materia ambiental.

2.- La mitad del agua que Comisión Estatal del Agua vende cara y de pésima calidad, se desperdicia en infraestructura anacrónica. Si la arreglan, habrá de más.

3.- Félix Tonella lamentó el mal mensaje de suprimir el vuelo Hermosillo/Los Angeles, mientras Héctor Platt Mazón intentaba explicar arreglan los platos rotos dejados por Antonio Berúmen, su antecesor en la Comisión estatal de Turismo.

4.- Entusiasmó saber que aparte de los proyectos para producir energía por parte de la CFE con más de mil 200 millones de dólares, también los hay del consorcio francés Blumex Power; y de Bateve Solar, una filial de ICA de los hermanos Quintana, que invertirán por separado 150 millones de dólares cada uno.

5.- Azamara vuelve en viaje exploratorio. Sigue oscuro el panorama de los cruceros turísticos, pero es bueno saber que el día 15 de febrero llega uno de sus buques con cerca de dos mil pasajeros; en mayo vendrá otro. No es mucho, pero…

6.- La producción del campo está en buen momento, sobre todo la de exportación y el valle Guaymas-Empalme es ejemplar. Marcos Llano explicaba brevemente lo que en detalle, tardaría mucho en exponer, pero se resume en esto: hay mucha producción y ahora falta mano de obra.

7.- Carlos Zaragoza se preocupa por la pesca y quiso saber cómo harán para reducir la carga que implica el gasolinazo, “diselazo” en este caso, para mantener activa una flota que ya batallaba para producir alimentos y empleo en un ambiente complicado en mercado, precios y clima.

8.- De paso, ya terminada la productiva reunión, Rogelio Sánchez de la Vega habló de básketbol donde hace una encomiable labor, y los esfuerzos para recuperar la posición de México en ese deporte donde Guaymas destaca gracias a la Cibacopa. Si todo sigue bien, pronto tendría un gimnasio para hasta 5 mil personas para hacer crecer el deporte ráfaga y producir jugadores de talla nacional, con expectativas mundiales por supuesto. Lo trataron en la ciudad de México la pasada semana.

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+ Vuelve la era de los pactos          NOGALES, Son.- Esta gélida frontera se calentó al volverse escenario de escándalo con agentes policíacos disparando y macaneando ciudadanos, cuya respuesta se dio con piedras y palos –o viceversa--, pero aclarar por qué y quiénes lo provocaron, no es lo importante.

Desgasta más demostrar eso que mantener la vista en el objetivo determinado por quienes resolvieron elevar su protesta en principio, por el alza a los combustibles. Parafraseo a editorialistas nacionales –y a la población en general que lo ha repetido por años—cuando digo que el alza en cuestión, solo es la gota que derrama el vaso.

¿Qué llenó el vaso?

Por décadas se ha arrojado solo un poco de la riqueza nacional a las mayorías. La mayor tajada se pierde en negocios disfrazados de fortalecimiento a la economía, programas sociales cuyo costo es superior a lo que llega –argumento de su existencia-- a las masas, y más directamente, al gasto suntuoso, cínico, del aparato gubernamental para que la alta burocracia viva cual monarca, con un pueblo cada vez más pobre. Parece cuento de Víctor Hugo ¿No?

Por eso es la protesta. La gasolina encendió la violencia que no surgió del pueblo aún cuando en él haya ira justificada, sino de figuras que se dedican a confundir y cobran por ello.

Sonora vivió ya eso pero por fortuna la ira no llevó más lejos. Dos agentes policíacos fueron lesionados y seguramente se castigará a los culpables. Pero no deben quitarse los ojos del tema principal. El gasolinazo fue la cereza del pastel en la aceptada –es cultura-- práctica gubernamental de apropiarse de los bienes públicos, en el buscar el poder para adueñarse de todo y repartir a criterio muy personal.

Llegada al clímax la corrupción y la impunidad, es hora de enmendar errores pero no invitando un trozo de ese pastel a grupos de poder y sus membretes. Falta pensar en el México del futuro, el que termine con estos golpes y prepare para su propia sobrevivencia a las nuevas generaciones, de por sí amenazadas por el cruel egoísmo de las cúpulas.

Se ocupa el México que crezca, no en el que todos ponen y unos cuantos ganan; no el que regala sus bienes a cambio de migajas; no el expuesto al abuso de los extranjeros  en complicidad con los apátridas desde adentro; un México que realmente aproveche sus potenciales.

Esa es la meta, no pelear contra la Policía ni que ésta dé vuelo a sus armas. Eso nunca ha dado buen resultado en ningún país, aunque lo sugieran políticos que ya perdidos en el laberinto del poder, lo vean como solución.

Por eso hubo muchos que nos preocupamos al ver el intento de arreglar las cosas anunciado este lunes por un presidente que nos hizo recordar los apuros de Miguel de la Madrid con su Pacto por la Estabilidad Económica, refriteado por Carlos Salinas de Gortari como Pacto de Solidaridad.

Todo experiencia, el líder de la CTM Carlos Aceves del Olmo los recordó, pero Peña Nieto reviró que “a diferencia de décadas pasadas, cuando era imperativo corregir la inestabilidad de nuestra economía, este Acuerdo con los sectores productivos es para preservar lo alcanzado como Nación”.

Será duro cuando tenga que responder a este nuevo cuestionamiento: ¿Qué es y dónde está lo alcanzado por la Nación?” Si no estamos como entopnces ¿por qué volver a lo de entonces?

Además, el Consejo Coordinación Empresarial acusa recibir el documento para su análisis, dos horas antes de su aprobación. Ora vez, pues, haciendo cambios para que nada cambie.

Pensar en el futuro tendrá que volverse un ejercicio de la sociedad responsable, pues ninguno de los partidos que tanto cuestan al erario, ofrecen figuras con capacidad de llevar a buen puerto la nave. Ese es el segundo problema para los mexicanos y urge trabajar también en la materia.

De antemano se aclara que el proyecto de hacer candidato a Luis Videgaray, un sujeto formado en el extranjero y enfocado a trabajar con el yerno de Donald Trump –amiguismo, compadrazgos--, puede ya no considerarlo el PRI. Igual ocurriría en el PAN, con la esposa de Felipe Calderón, quien el pasado sexenio inauguró los gasolinazos que de tanto ir al pozo, terminaron rompiendo el cántaro.

YA HAY EFECTOS

En Sonora, la CTM, como debe ser, sale en defensa de la clase trabajadora. Sustenta con números reales lo que dice el dirigente estatal Javier Villarreal, quien habla ya de 18 por ciento de aumento en la canasta básica. Y todavía falta.

Claudia Pavlovich ha prometido apoyo al sector transporte de pasajeros, para que no aumenten tarifas. Pero puede hacerlo durante tres meses, y luego…

El dólar sigue subiendo y empresarios se quejan de problemas en la importación de equipo y refacciones para sus negocios. Los que exportan, resuelven sus problemas y hasta tiene posibilidad de elevar sueldos, en solidaridad con sus obreros, pero otros, como la industria de la construcción –por eso se ha retrasado terminar “La 4”--, lo enfrentan inermes.