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Columnas

Estas líneas...

+ Sara Valle: segunda oportunidad; es la gente, no los presidentes; LDC deja un Guaymas “en la calle”; ex candidatos a alcalde, la esperanza de mejorar el Cabildo; “El lito” debe explicar 91 MDP “extraviados”

 

GUAYMAS, Son.- Es poco común tener una segunda oportunidad para enmendar errores.

Mañana termina un mandato constitucional caracterizado por la soberbia, ambición y la confirmación de que cada día es peor la respuesta del político a su pueblo.

El presunto cambio que necesita el país –no solo en Guaymas el político dejó de pensar en los demás—habría iniciado en julio pasado, al elegirse un presidente de la República que predica la honestidad y el trabajo como norma. Ir a la práctica con estas bases morales presumidas, es ir a la mejora para tener el México que su gente y sus recursos pueden construir.

Porque no todo es el presidente y los recursos del país. Si la gente no tiene mentalidad de trabajo y unidad, el esperanzador triunfo de Andrés Manuel López Obrador no podrá hacer historia. No la que ha soñado.

Eso nos trae a Guaymas para recordar las poco comunes circunstancias que el Municipio vive.

La ineptitud --¿O mala fe?—de los funcionarios para hacer su trabajo y su mejoría material hace suponer que son unos ladrones, pero la autoridad no llega aún a la etapa de investigación y determinación de esa posibilidad.

Los problemas tradicionales modificaron prioridades. Hoy, Guaymas vive su peor momento en limpieza e higiene y lo resiente la salud de sus habitantes. Basura en todos lados es el reflejo principal, pero el derrame constante de aguas negras que riega la ciudad y termina en el mar, complica el problema que no puede resolver el sector Salud.

Sí, la basura es el principal problema. Le sigue el sobreendeudamiento, causado por culpables que andan libres por su experiencia en evadir el obligado proceso legal.

Sigue luego la seguridad pública. Es terrible lo que ocurre. Y las causas, conocidas por la autoridad máxima del país, no pueden combatirse porque el origen es la nutrida participación de nuestros jóvenes, que se vuelven expertos a partir de una cultura inducida en la cual ir a la escuela, aprender una profesión y respetar a los demás, es motivo de burla.

Ese es el problema de López Obrador en México; ese es el problema de Sara Valle Dessens en Guaymas.

La buena nueva sería que, ahora sí, los alcaldes hagan valer los votos de la gente y la autoridad, primero, luego la gente misma, los respalde y no tengan amenazas en sus espaldas cuando se trate de ejercer presupuestos a favor del bien común.

La señora Valle tiene un doble reto: no caer en las mismas malas prácticas de sus antecesores en el cargo a asumir este domingo, y demostrar que su experiencia de 1999, cuando fue expulsada del mando, le sirvió y ha madurado para poder luchar por su pueblo.

Ella cruza día a día calles y avenidas de la ciudad, barrios, poblados rurales, y al ganar una elección, --“haiga sido como haiga sido”, Calderón dixit--, ganó una gran responsabilidad. Si es cierto lo de su madurez, no cometerá los errores del pasado y nos encaminaremos a ver una nueva época en el mando municipal, afín a los propósitos constitucionales.

Si el pueblo la llevó al poder en 1997 y salieron mal las cosas, hoy tiene la oportunidad, una valiosa segunda oportunidad insisto, que pocos tienen, de enmendar yerros. Esperemos estar dentro de tres años aplaudiendo logros y celebrando que Guaymas es otro.

Un Guaymas sin la basura en las calles, donde los arroyos de aguas negras sean excepción, no regla; que la violencia se redujo, no se fomentó; y que las deudas municipales existan, pero se refleje lo pagado, en bienes y servicios a la vista.

Enhorabuena por el cambio. Que todo salga bien.

TIROS RÁPIDOS

1.- Varios regidores del Ayuntamiento que comienza a las 00:00 horas de este 16 de septiembre, tienen encima la mirada de la gente.

Uno de ellos, porque aceptó estar en ese cuerpo colegiado pese al descrédito de su figura, como es el alcalde actual Lorenzo De Cima, de quién nada se espera, excepto que responda por hundir a Guaymas a límites inconcebibles.

Y dos más, porque fueron candidatos a alcalde como fue también De Cima.

Sergio Carlos García Rascón, hotelero y filántropo, cuya honestidad garantizaría buena fiscalización de las cuentas municipales; y Ernesto Uribe, quien quiere ver lo que puede hacer en esos espacios hasta hoy propiedad de políticos egoístas o de quienes creyeron poder hacer algo bueno por la ciudad, pero terminaron desilusionados y molestos.

Tienen ambos, Sergio y Ernesto, capacidad, conocimiento, moral y ética. Por eso es que la gente espera de ellos lo mejor. Lo mismo que esperan de la alcaldesa del cercano futuro, por lo cual harían magnífico equipo.

Si me pregunta, no se espera mucho del regidor del Partido Verde, Daniel Cardoso. Los demás, van en el paquete. Es cuestión de conciencia lo que harán.

2.- El Secretario de Seguridad Pública, Adolfo García Morales, se cansó de que nadie lo pele entre los alcaldes electos, para escoger ternas de la cual surgirá el jefe policíaco.

Dice que deben reunir requisitos ineludibles para ocupar ese cargo y si no los cumplen, no firmará ni los permisos para portar armas, los reportará a la PGR como dice la ley y les aplicarán sanciones que incluyen pena corporal. Prisión, pues.

Pero en el pasado algunos alcaldes dieron ese paso sin “pelar” a anteriores secretarios y no pasó nada. García Morales ya dijo lo que sigue y está bien el tiro ese de esperar que la ley se imponga.

3.- Circula en el cibermundo a detalle, información de municipios que no han explicado a la gente lo que hacen con su dinero.

Uno de ellos es Guaymas: están perdidos 91 millones de pesos en la opacidad de los contadores municipales que dirige el tesorero Enrique “El lito” Bueno Guerra, cuya presunto buen papel en el mismo cargo cuando gobernó Carlos Zataráin González, se ensucia por no explicar dónde están esa y otras cantidades más grandes. Si evade lo que la ley le exige, andará en vueltas dentro de poco… o tras las rejas, por aquello de los hilos delgados.

Y tan gritón que salió Lorenzo De Cima a la hora de señalar que Otto Claussen era el peor villano del mundo y vendió Guaymas para comprar casas blancas y mil cosas más.

¿Cundió el mal ejemplo?

Estas líneas...

GUAYMAS, Son.- Terminó la polvareda levantada por la ambición de transportistas hermosillenses, que vieron un presunto momento de debilidad en el Gobierno de Sonora y presionaron por un alza en el costo del pasaje urbano, mostrando uñas y dientes con las que siempre afectan la débil economía popular.

Es difícil entender qué les hizo perder de vista la firmeza de quien ahora gobierna a la entidad y su mensaje reiterado de trabajar juntos sin aprovecharse de nadie, para así salir de problemas tan graves que heredó de la administración anterior que, esa sí, “chipileó” con espléndidas tajadas a los negociantes aludidos y algo tuvieron que ver en ello varios de sus funcionarios, pues al final de su chamba, ya se habían hecho de mulas Pedro en ese sector.

Midieron fuerza y chocaron con pared. Hoy sabemos del dineral que les dieron y el poco resultado de subsidios para apoyar a estudiantes; hubo facilidades para formar una empresa que los organizara y fuesen más productivos y, no. No mejoraron unidades, pagan mal a sus operadores, evaden cuotas del IMSS e Infonavit y mil lindezas más que los pintan como son.

Y aquí, los que saben se preguntan en qué estaba pensando “El pín”, Eduardo González, al sumarse a ese intento inmoral de la garra siniestra transportista capitalina que él intenta imitar en Guaymas.

Este puerto no tiene las distancias de Hermosillo ni la competencia y grado de eficiencia (y aún así hay quejas) de aquella ciudad; tampoco se suma a programas útiles al usuario y de pilón, sus colegas usan muchas unidades en mal estado, sin placas de circulación en numerosos casos, condiciones mecánicas y ecológicas que violentan leyes y normas y carecen del seguro de viajero. Pero no se preocupan de ser descubiertos, pues todos saben que tránsito Municipal o la Dirección del Transporte en este heroico puerto jamás hacen su trabajo.

Por eso nadie “pela” al titular de esa oficina y se le considera cómplice, aunque en realidad sería empleado de los mismos empresarios que, insisto, fueron metidos en el juego perverso de querer asustar con el petate del muerto a quien menos debieron.

Hoy buscan corregir su actitud soberbia, voraz, y afirman que pueden mejorar el servicio. Debieran retomar conciencia para entender que prestar el servicio del transporte, es una concesión para ayudar al ciudadano de a pie, no para enriquecerse ni para fortalecer grupos lesivos a la sociedad que lejos de entender la tormenta que está encima en el país, se suman a complicarla.

En cuanto a la respuesta de la autoridad, los sonorenses la celebraron. Hay mando y se ejerce. Los concesionarios del transporte urbano creían que no, quizá por lo sucedido el pasado 1 de julio. Ya estarían convenciéndose de su equivocación.

Ah, y Sonora también reconoce a la señora gobernadora Claudia Pavlovich, por tomar otra bandera social. La de pedir reversa a la extorsión de Capufe en carreteras. Sí, ahora es más caro el peaje. Ya sabe usted ¿No?

El consejo de administración de esa empresa oficial, quiere más dinero para repartir entre los dueños de ese negocio (empresarios, disfrazados de consejeros), del bolsillo de los mexicanos que pagan por todo, y de más, cosa que supongo, pronto acabará con el triunfo de quien prometió acabar con esas corruptelas y por ello se le otorgó el voto mayoritario, para sacudirse a partidos y personajes vueltos rémora nacional.

Qué bueno. Algo está cambiando en el país y el resultado será una sociedad no digo que más justa, pero sí menos injusta.

TIROS RÁPIDOS

1.- Antes nos sorprendíamos y decíamos “¡Increíble!”. Ya no.

Me refiero a la poca sorpresa de los guaymenses al enterarse que a dos cuadras de las oficinas de la Procuraduría General de la República operaba una “casa de seguridad” del “crimen organizado”.

Tuvieron que venir agentes de la Gendarmería Nacional a atajar la creciente criminalidad en el puerto, para “descubrir” ese sitio donde había residuos de drogas, un auto extranjero, 4 fusiles de asalto y 2 armas cortas, entre otros útiles de uso bélico.

Nunca se sabrá oficialmente lo que pasaba allí, pero si se hace ese alarde, entonces está en un brete la PGR, autoridad responsable de perseguir el delito por encargo de la Nación.

2.- El Ayuntamiento guaymense autorizó demoler jardineras y fuente en el fraccionamiento Royal, dentro del San Carlos Country Club, y eso ha irritado a muchos de los 170 propietarios de lotes y viviendas en dicho espacio.

Aunque son propiedad privada, forman una vía que ha sido entrada y salida a esa colonia y la costumbre hecha ley, les hace reaccionar y prepararse para demandar a la comuna. No hubo suficiente mano izquierda para tratar con los propietarios, quienes ven lo que hoy ocurre y lo que ocurrirá mañana cuando vendan lotes y edifiquen residencias: les quitarán la vista ofrecida en el contrato de compraventa hace décadas, cuando Sidek/Situr, de los hermanos Martínez Huitrón, invertía en este destino turístico, pasando estafeta a la familia Grossman y hoy al estadounidense Lenny Manson hijo.

Cuando los residentes afectados llamaron a la Policía, en la Comisaría respondieron que “sólo hay una patrulla y no hay para la gasolina”. Qué pena.

3.- Duro y a la cabeza los reportajes de Televisa contra los productores pesqueros del Golfo de Cortez, principalmente sardineros y sus redes de arrastre que, dicen sus entrevistados, dañan el fondo marino y afectan severamente su ecología.

Puede ser. Pero hace 20 años saben esos mismos productores, la intención de fondo del gran capital, el de los ricos que mueven el mundo: cerrar el golfo y explotarlo turísticamente en unos puntos, y comenzar la minería y la extracción de gas y petróleo en otros.

El reino Unido y los Estados Unidos, serían los principales beneficiaros, así que no riñan en lo local, empresarios y cooperativas, pues el real enemigo no está aquí y tiene una amplia capacidad para enfrentarlos y desplazarlos.

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+ Cambio de políticos, pero no mucho; Sonora acumula muchos legisladores; Aguilar, el idealismo de un diputado; coinciden: la basura, problema peor que la seguridad y el endeudamiento; diputado electo limpia la ciudad; Gilberto Gutiérrez, merecido homenaje

GUAYMAS, Son.- El nuevo Congreso federal no es muy distinto a los del ayer.

Decirle que la Cámara de Diputados es presidida por Porfirio Muñoz Ledo es ejemplo, pues el personaje comenzó su carrera política en el priísmo de Luis Echeverría y lleva décadas saltando de sigla en sigla.

Pero la lista es larga e incluye nombres que solo son interpósita persona de “dinos” como don Porfirio Alejandro Muñoz Ledo y Lazo de la vega (así se llama).

Sonora tiene 11 diputados federales y ya despachan, como lo hacen en el Senado Lilly Téllez, Alfonso Durazo, Sylvana Beltrones, Damián Zepeda y Patricia Mercado; el TRIFE dejó fuera a Jesús Zambrano, el añejo “traga balas”.

De entrada, ya difieren criterios entre partidos “chiquillada” ayer, hoy mayoría, y atrae que no olvidan –el PT y Movimiento Ciudadano— la propuesta de reducir precios de la gasolina. A ver si se puede y si el próximo presidente se atreve.

La elevada presencia de Sonora en ambas cámaras, principalmente con los espacios que se regalan por la bondad del sistema, finalmente –dice la teoría-- nos conviene.

En cuanto al 04 Distrito Electoral de Sonora, me congratulo que el nuevo diputado sea un muchacho idealista y con mentalidad para el trabajo útil, productivo, afín al desarrollo de las comunidades que representa. Ajeno a los intríngulis que implica llegar al cargo por recomendación o componendas que a poco, resueltas en lo oscurito, nos perjudican tanto.

Heriberto Aguilar hace 12 años acompaña a Andrés Manuel en la lucha por la transformación de México. También esperaba, convencido, que el cambio se diera más temprano que tarde, y ya lo mira con el resultado electoral, la integración del congreso y la “organización del pueblo”. Todo por la vía pacífica.

Caminó, cayó, se levantó y siguió; fueron 12 años de organización en barrios, comunidades indígenas, pueblos, valles, sierra. Logró comités de base en cada Sección Electoral, “la semilla de la participación consciente en esta lucha que representaba el cambio para los mexicanos”, dice el diputado federal.

Hoy es consciente de que son los depositarios del anhelo de cambio de millones de mexicanos “que ya estaban hasta la coronilla de tantos agravios y atropellos; el pueblo demostró que siempre habrá castigo en las urnas y que no quedará impune el abuso del poder”.

Sigue la responsabilidad histórica y dice que no van a fallar, que serán “totalmente distintos al clásico político del sistema, dedicado a enriquecerse del erario público y nosotros pagamos las consecuencias”.

Celebra el “clic” con la ciudadanía, el planteamiento de acabar con la corrupción e impulsar la austeridad republicana para que el funcionario viva, como expresaba Benito Juárez, la honrosa medianía. Lo aplaudo. Buscarán la honestidad como forma de vida y de gobierno.

Y su responsabilidad como legislador, dice Heriberto parafraseando a López Obrador, la cumplirá “bajo los principios de vida en las que encuentro felicidad: no robar, no mentir y no traicionar al pueblo”.

Reconoce que tienen la oportunidad y condiciones históricas para que entre todos y desde abajo, “pongamos a México en la ruta donde el pueblo viva con dignidad, justicia, seguridad, prosperidad material y prosperidad en el alma”.

Y remata: “tengan la confianza… no les fallaremos”.

Aguilar Castillo ha regresado al 70% de los poblados que visitó en campaña por su actual cargo, lo cual le agrega simpatías a las captadas cuando comenzó a divulgar la existencia del Movimiento de Regeneración Nacional, luego a posicionar las siglas y después para pedir el voto.

Insisto, es una propuesta joven, con ideales y hoy tiene oportunidad de demostrar que el México que comienza será bueno para todos. Si no pueden ellos, nada podrá contra ese monstruo que ha devastado el país por décadas y que ahora con votos aplastaron.

TIROS RÁPIDOS:

1.- Dos encuentros de la alcaldesa electa Sara Valle Dessens con ex alcaldes –ella lo es, aunque a medias--, dejan claro que las cosas no están bien y deben sumar experiencia para salir adelante.

Es increíble, pero a los graves problemas de seguridad pública y de endeudamiento excesivo, los “ex” sobreponen el de la basura, con todo lo que implica. Tienen razón, da vergüenza Guaymas, pero decírselo al actual alcalde es pelearse con él.

Y seguirán estos encuentros, agregándose empresarios propositivos para salir de esta inercia perniciosa que estamos viviendo.

2.- Rodolfo Lizárraga Arellano es diputado local electo. También regidor.

El sábado movilizó a docenas de sus seguidores y fueron a lavar el Malecón Turístico de Guaymas. Cambiaron el aspecto sucio de ese espacio que, lamentablemente, fue abandonado por la autoridad, que solo se acerca cuando cobra cuota de vendedores semifijos, responsables en gran parte del deterioro de ese bello espacio.

Rodolfo es así. Igual dejaría que las cosas siguieran como están, pero no es tan inconsciente.

De paso, un espontáneo estaba este domingo bacheando la calzada Agustín García López y un preventivo ilustraba: “bacheo voluntario”.

Alguien lamentó que estas acciones sirven para que algún vivales meta una factura a Tesorería y se pague por limpieza. Esa es la confianza que le tienen al Ayuntamiento.

3.- Homenaje en Hermosillo al abogado y notario público Gilberto Gutiérrez Quiroz. Al develar el señalamiento en una calle, la gobernadora Claudia Pavlovich y la alcaldesa Angelina Muñoz, reconocieron la trayectoria del homenajeado.

Estaba don Gilberto orgulloso por el cariño que percibía hacia su figura y a su recta trayectoria de servicio a los demás. Agente del ministerio público, juez, Magistrado del Supremo Tribunal de Justicia; Síndico y 58 años como docente. Pero lo mejor: un caballero.

Humilde, don Gilberto dijo que “recibo más de lo que merezco”. No es cierto, merece más. Que la vida lo conserve mucho tiempo.

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+ Volverá el apoyo a cooperativas, dice dirigente; quebrarlas, divorció a los guaymenses; Sara, ya en lugar de Lorenzo; el PT va por su cuenta y se aleja de Morena

 

GUAYMAS, Son.- Jesús Presiche Olachea es un dirigente de pescadores nato.

De Punta de Arena, donde comenzó la historia de Guaymas como puerto y donde su abuelo y padre se forjaron entre el sol, el mar, la habilidad para construirse sus pequeñas barcas con sus manos y cruzar a vela el Mar de Cortez.

Era joven Presiche cuando el neoliberalismo salinista derribó al sector social y su sector entregó cuanto tenía, mediante la legalidad propia de las transiciones sexenales a la banca, que lo remató entre sus cuates.

Allí acabó el imperio forjado por las cooperativas pesqueras que alcanzó talla internacional y que elevó el nivel de vida de los hombres de mar, gracias sobre todo al carácter del legendario líder Florentino López Tapia.

Recuerdo a “Don Flor” sentado en la sede de la Federación de Cooperativas Pesqueras “Sur de Sonora”, en calle 23 y avenida Abelardo L. Rodríguez. Daba instrucciones y se acataban. Era un gran liderazgo. Allí lo vi encumbrarse también en política.

Después, en la siguiente sede de calle 30 y Serdán. Ya hablaba de  comercio internacional con el esfuerzo pesquero y de la etapa que seguía: industrialización, mercados, pesca con apoyo satelital y tecnología de punta en cada área.

Todo acabó en 1991. El salinismo no dejó piedra sobre piedra. Y para Guaymas y empalme terminó una etapa de prosperidad. También el crecimiento no recuperado y surgió un divorcio vigente entre las familias del puerto, cuyo primer reflejo fue la primera derrota priísta de la historia, al saltar al PAN José Ramón Uribe y aplastar en las urnas a Manuel Ibarra Legarreta, un empleado del poder, nunca aceptado por los votantes.

Pero no dejaron llegar a Uribe. Este personaje de empresa y hábil político rechazó la propuesta indecorosa de ocupar la silla para recibir órdenes. Pero tampoco se pudo sentar Ibarra, quien anduvo años batallando para recuperar lo invertido, hasta que lo rescató Armando López Nogales, quien lo hizo titular de Obras en el Estado. Le fue muy bien. Compró casa en exclusiva zona naranjera y allá se quedó. José Ramón sigue en sus negocios y se le ubica cercano a figuras prominentes del morenismo.

La divagación sirva para centrar el por qué de muchos de los problemas del puerto, incluidos, lo vi hace unos días, los reclamos de pescadores por los 800 kilos ahorrados por barco –la flota era de unos 420 navíos—cuyo producto de la venta iba a dar a fideicomisos bancarios que a juicio del luchador social Gonzalo Rodríguez Cacho, desaparecieron en la rebatiña –así le llamó-- de políticos y empresarios corruptos.

(Nota: recordé el libro titulado “Quién se ha robado mi queso”, al ver a un viejo pescador sentado frente a la oficina de la Asociación de Viudas y Pensionados, en Avenida XV, calle 26, con su mirada perdida en el horizonte. Esperan, 27 años después, que alguien les devuelva ese dineral)

Volviendo a Presiche: anuncia apoyo federal a partir de 2019, para cooperativas de pescadores.

Y expone proyectos. El principal, un programa de cien barcos de pesca múltiple, dinero para insumos y combustible barato. Todo lo pagarán con lo que van a producir.

La duda sobre si producirán o no, la mata Presiche con este dato: “lo que presume el productor privado, lo produce el pescador”. Y apela a la comprensión del futuro régimen para el apoyo no solo a los pescadores que él representa, sino a los que representan a 100 mil familias solo en el Pacífico.

En cuanto a que se cerrará el golfo y lo dedicarán al turismo o a la extracción petrolera, no se complica: “nosotros no depredamos, hasta pedimos barcos que no arrastren –como las actuales redes de camaroneros y sardineros—para pescar y dejar sin daño el fondo marino, el que quieren los turisteros para pescar y bucear o hacer arrecifes”. El petróleo, advierte, es un tubo y no contaminará si no lo dejan fugar.

Da solidez a sus expresiones haber participado con la dirigencia de la Confederación Nacional de Cooperativas, en lo que sería “lectura de cartilla” mutua con la Comisión de Pesca y Acuicultura.

De allí fue llamado a intercambiar impresiones con Heriberto Aguilar, diputado federal electo por el 04 Distrito –y cercanísimo a “ya saben quién”— a quien encantó la propuesta, afín a la meta de rescate al sector social, víctima hoy de la ambición neoliberalista.

Falta poco. Si así sucede, le irá bien a Presiche y a unas 60 cooperativas en las que influye o dirige. Mejor aún, a la industria pesquera para recuperar su positivo resultado a favor de todos.

TIROS RÁPIDOS:

1.- Sara Valle Dessens se reunirá este sábado con ex alcaldes guaymenses –ella, a medias, lo es— para intercambio de experiencias. Plancharán ideas porque quienes estuvieron en el lugar al cual volverá ella el 16 de septiembre, siempre quieren tener una manita metida allí.

Programas para Guaymas incluyen ya a la señora Valle. Hasta en comisiones en Phoenix y Tucson y del Gobierno Estatal. Sí, debiera ser Lorenzo de Cima, pero el pésimo alcalde que sufrimos ya no quiere queso…

2.- Rodolfo Lizárraga Arellano está de moda.

El diputado local electo está en muchos foros y se da tiempo para intentar solución al grave problema de la basura.

Y nos aclara: El PT del cual es coordinador estatal hace años --costumbre petista-- resolverá por su cuenta, pero dan el “aval irrestricto” al Acuerdo Político de Unidad y Acción Legislativa firmado con MORENA y PES.

En términos petistas: “Juntos Haremos Historia llega a la mayoría de edad y cada partido podrá tomar sus propias decisiones, siempre buscando los consensos y el común acuerdo, así como trabajar por la gobernabilidad y el buen gobierno del estado de Sonora”.

Pero queda claro: Jorge Tadei y Jaime Moreno Berry no van por el mismo camino.

3.- In crescendo el escándalo generado por el diputado federal electo Alfonso Ramírez Cuéllar al anunciar que el Gobierno Federal quitará los recursos para obras a Estados y Municipios para que no se los roben los alcaldes y gobernadores.

Y vieran la cantidad que habla, como resultado de la corrupción con la que se ha manejado el dinero de los mexicanos en las últimas décadas. Se escandalizará usted, por más conocedor que sea de los vericuetos de la grilla.

Este fue el mensaje de Claudia Ruiz Massieu

CD. DE MÉXICO.- Agradezco mucho la presencia de mis compañeras y compañeros de partido.

Saludo con mucho afecto a las señoras ex presidentas y a los señores ex presidentes de nuestro instituto político.

Muy buenas tardes a todas y todos.

Permítanme desde aquí saludar a nuestro compañero y militante, el Presidente de la República Enrique Peña Nieto.

Consejeras y consejeros: gracias por su respaldo.

Soy una mujer a quien el partido le ha dado muchas oportunidades, que han ido acompañadas de lecciones valiosas.

Gracias al PRI fui legisladora. Aprendí lo que es defender al partido y representar nuestras causas desde la oposición. Es una realidad que conozco, porque la he vivido, y no le tengo miedo.

Gracias al PRI, he sido candidata y he hecho campaña en mi estado, en Guerrero, al lado de la militancia. Hace seis años perdí mi elección. Por eso conozco, a nivel personal, lo que significa una derrota: lo que implica levantarse, replantearse y seguir adelante.

Con ustedes, participé en el esfuerzo para recuperar, de la mano de nuestro Presidente Enrique Peña Nieto, el Gobierno de la República, después de 12 años. Por eso sé lo que es superar la adversidad: con trabajo y disciplina, pero sobre todo con un proyecto de partido.

Gracias al PRI acompañé al Presidente en la acción de gobierno en distintas secretarías de Estado.

Yo no represento a ningún grupo ni corriente. Les pido su confianza para representarlos a todos ustedes.

Vengo con humildad, responsabilidad y amor por nuestro partido, para pedir el apoyo, el acompañamiento y el respaldo de sus bases.

Vengo no sólo a protestar un cargo: vengo para hacer un compromiso personal con cada priista. Porque antes que dirigente soy militante.

El liderazgo genuino no es algo que se adquiere el día que se rinde protesta para desempeñar un cargo: se gana cada día; con cada palabra que se pronuncia y con cada acción que se ejecuta.

Para renovar al PRI, igual de importante que tomar decisiones, es no eludir responsabilidades. El deber primordial de una nueva dirigencia es hablar de frente, hablar claro y hablar con la verdad.

Con esta convicción, me dirijo a ustedes como lo exige la nueva realidad: con franqueza, e incluso, con crudeza. Sólo así: sin miedo a las palabras, entendiendo dónde estamos, podemos diseñar nuestro futuro.

Asumo esta responsabilidad, en el momento más difícil en la historia moderna de nuestro partido.

El 1 de julio la ciudadanía nos castigó con su rechazo. No sólo ganó una nueva fuerza política: también se reconfiguró radicalmente el equilibrio de poder, en todos los niveles de representación, y en prácticamente todo el país.

El PRI enfrentará un escenario que jamás habíamos experimentado: ser simultáneamente oposición al Poder Ejecutivo, y un partido minoritario en el Poder Legislativo.

La misma situación se replica en diversos gobiernos estatales, congresos locales y ayuntamientos.

Ante ello, no hay que señalar al adversario para buscar explicaciones. Para encontrar respuestas, hay que voltear a vernos a nosotros mismos. Como partido, todos somos corresponsables.

Hay que decirlo, no supimos defender nuestro Partido.

Nos olvidamos de nuestros orígenes cuando abandonamos la acción política de base. Privilegiamos el pragmatismo sobre nuestros principios, nos dejamos seducir por el poder.

Cerramos en las cúpulas las decisiones que le pertenecen a la militancia, y al hacerlo la marginamos y nos desdibujamos.

Nos acercamos demasiado a las élites y nos distanciamos de las causas ciudadanas. Pasamos más tiempo en los despachos que en las calles.

Se nos olvidó que un partido promueve causas, gestiona para dar respuestas a las necesidades sociales, y es el gobierno quien da solución, mediante políticas públicas.

Nos alejamos de la realidad social. Nos faltó sensibilidad.

Permitimos que otros se apropiaran de nuestras banderas, perdimos identidad y legitimidad, como el partido popular de México.

No alzamos la voz a tiempo para denunciar y castigar la corrupción que se generó en nuestras propias filas.

Dejamos que los cínicos y abusivos, mancharan la imagen y lastimaran la reputación de los millones de mujeres y hombres honrados, patriotas y trabajadores del PRI: los militantes que tocan las puertas y piden el voto por nosotros; los servidores públicos que trabajan incansablemente por México; los liderazgos sociales que son la cara del partido en cada rincón del país.

Si la alterativa política que triunfó el 1 de julio no tenía ni la mitad de nuestras estructuras, ni de nuestros gobiernos, ni de nuestra militancia, ¿por qué ganaron?

Nos ganaron con nuestras propias armas: supieron escuchar mejor a las bases y a los ciudadanos, ofrecieron cosas concretas para demandas específicas.

Tuvieron mayor capacidad para entender que toda actividad política tiene una dimensión ética, que la gente no sólo vota por intereses, sino por esperanza y por principios.

Hay muchos militantes que hoy sentimos frustración, incertidumbre y también agravio. Esto no se debe únicamente al resultado electoral. Su raíz es más profunda.

Se debe a que no supimos valorar las aportaciones de nuestros militantes, reconocer su mérito o abrir espacios de inclusión.

Contratamos consultores externos, para que nos ayudaran a interpretar la realidad y tomar decisiones, apagando la voz de nuestros verdaderos expertos: los militantes que conocen de primera mano, y mejor que nadie, la realidad de cada rincón del país.

Como a todos ustedes, tampoco me gusta la situación interna que vivimos. No es lo que los priistas merecemos.

En este momento decisivo, no podemos permitir que nuestro dolor o el enojo sean más grandes que la determinación para salir adelante. La angustia y la frustración no son un plan de acción.

Encausemos nuestra energía para reformarnos. Que el miedo y el enojo no nos paralicen ni destruyan. No confundamos cambio con ruptura.

Hagamos de la adversidad una oportunidad para dejar vicios y ataduras. Hay que atrevernos a imaginar cosas nuevas para la nueva realidad.

Concluyamos el periodo de reflexión y diagnóstico en el que estamos. Que sus resultados sean el punto de partida del proceso deliberativo, incluyente, abierto, donde participen todas las voces, las expresiones y opiniones de nuestro partido.

Necesitamos una reforma de fondo y forma, donde estemos dispuestos a poner todo sobre la mesa: tanto lo que queremos conservar, como lo que necesitamos cambiar.

Una reforma que atienda los temas fundamentales del partido, que hemos aplazado por demasiado tiempo.

Entender de qué se trata el PRI en el siglo XXI: ¿cuál es nuestra definición ideológica, cuáles son las causas puntuales que debemos abanderar?

Establecer cómo debe ser la relación del PRI con el gobierno, con la ciudadanía y con su propia militancia.

Prevenir de forma realista, y castigar de manera contundente, los casos de corrupción en los que incurran nuestros integrantes.

Comprender cuáles son las expectativas de los sectores sociales que nos rechazan, cómo fue que les fallamos, y qué respuesta le vamos a ofrecer.

Saber, ante todo, para qué queremos recuperar el poder, y cómo debemos ejercerlo para conservarlo.

Este ejercicio colectivo va a durar meses. No es el trabajo de una sola persona o un grupo, es de todos. Debemos hacerlo en casa, en los espacios institucionales.

Juntos iremos definiendo tiempos, método y acciones. Mi responsabilidad es conducir, durante un año, este esfuerzo que nos llevará a definir la reforma que queremos.

La tarea de ejecutar esa reforma será responsabilidad de la dirigencia que elijamos dentro de un año.

Compañeros y compañeras:

A punto de cumplir 90 años, el PRI se encuentra ante un cruce de caminos: estamos en una transición entre el partido presidencialista y vertical del Siglo XX, cuyas inercias aún no terminan de agotarse, y el partido democrático y horizontal del Siglo XXI.

Tengo la convicción de que, frente a este escenario, los priistas solamente tenemos una alternativa: tomar acciones concretas.

En lo interno, asumir una cultura democrática que ponga a la militancia en el centro del Partido. Dejemos de obsesionarnos con la unanimidad y aceptemos las diferencias como algo natural.

Seamos un partido que no privilegie la capacidad técnica sobre la sensibilidad social; que recupere la gestión como vocación permanente no solo como un instrumento electoral de coyuntura.

Volvamos a ser un partido de causas, no de cuotas, donde los militantes avancen por su mérito y su esfuerzo.

Que el partido sea el primero en defender y respaldar a sus gobiernos, pero también el primero en vigilarlos y exigirles cuentas.

En este siglo ninguna organización política puede excluir, limitar o discriminar a las mujeres y a los jóvenes.

Compañeras y compañeros:

Nos urge que las mujeres priistas ocupen más espacios de liderazgo a todos los niveles: en las dirigencias, en los municipios, estados y en el plano nacional.

La visión, entrega, capacidad para trabajar en equipo que tenemos las mujeres, son imprescindibles para construir un partido fuerte e igualitario que refleje a nuestra sociedad.

Otra tarea fundamental es acercarnos a las nuevas generaciones. Necesitamos ser una alternativa para los jóvenes, para avanzar sus causas y convertirnos en un vehículo en el que se desarrollen.

Que con su energía, creatividad y talento nos vigoricen. Que encuentren en el partido una plataforma de participación real, para incidir en el futuro de México.

No podemos olvidar que México es un actor muy relevante en el ámbito internacional. Esa posición responde a un legado que construyó nuestro partido.

Debemos retomar ese liderazgo entre los partidos afines del mundo, voltear a ver lo que pasa fuera de nuestras fronteras y ser parte de los grandes debates globales.

Sin embargo, debemos de estar conscientes de otra realidad: la ciudadanía no va a premiar la reforma del partido. Esta es una necesidad urgente, pero interna: darle estabilidad, certidumbre y rumbo al PRI.

Lo que la ciudadanía evaluará en las próximas elecciones, no es lo que hagamos adentro, sino lo que hagamos afuera: nuestros resultados y honestidad donde seamos gobierno; nuestra congruencia y valentía donde seamos oposición; nuestras conductas y actitudes personales como priistas.

Hasta el 30 de noviembre, el partido contará con un liderazgo natural en torno al cual aglutinarnos. Nuestro reconocimiento y, por supuesto, lealtad institucional, al Presidente de México, Enrique Peña Nieto.

Una vez que entre en funciones el nuevo gobierno, debemos articular un gran frente opositor, a todos los niveles, entre el partido y cada uno de nuestros espacios de representación.

Este gran bloque priista debe operar igual que un banco de peces. Como un solo cuerpo compuesto de muchos integrantes, que trabaja en perfecta sincronía: en el mismo sentido, con el mismo ritmo y hacia el mismo objetivo.

En el Poder Legislativo, seremos la oposición firme, crítica, valiente y vigilante que los mexicanos necesitamos.

Seremos un verdadero contrapeso, que le hable de frente al Gobierno Federal: con argumentos, con ideas y con principios.

Estaremos atentos a que el Gobierno use el poder que se le acaba de otorgar para servir, para beneficiar al pueblo, no a sus incondicionales.

Para tomar decisiones con visión de Estado, no con intención electoral.

Seremos una oposición constructiva, pero no permisiva.

No bloquearemos los proyectos que le convengan al país, porque para el PRI primero está México.

Pero con igual determinación, rechazaremos aquello que comprometa la estabilidad del país; el patrimonio de las personas, el bienestar de nuestras familias y los derechos de los trabajadores.

Defenderemos, como causas irrenunciables: el régimen democrático de división de poderes; el pluralismo político; la libertad de expresión y la sociedad de derechos para todos.

Seremos los principales defensores del Pacto Federal, de la soberanía de los Estados y la libertad de los municipios.

A todos los mexicanos que nos dieron su confianza les decimos: vamos a representarlos con pasión, con inteligencia y con dignidad. Sus causas son nuestras causas: las vamos a defender y promover desde los congresos, los ayuntamientos y los gobiernos de los estados.

Estamos en campaña permanente.

Tenemos frente a nosotros meses de mucho trabajo, esfuerzo y sacrificios.

No puedo prometerles que el recorrido será fácil, ni cómodo. Al contrario: les aseguro que será la batalla más ardua que hemos librado en muchas décadas.

Lo que sí puedo asegurarles, es que el PRI conserva la fuerza, la energía, el espíritu y la voluntad de renovarse.

Lo que pase con nuestro partido está enteramente en nuestras manos, y de nadie más: ni de nuestros adversarios, ni de las circunstancias.

Caminaremos este trayecto juntos. Estaré en la primera línea, no adelante sino al lado de ustedes. Dirigiré con la fuerza del ejemplo, antes que con el peso del cargo. No les pediré nada que no esté yo dispuesta a hacer.

Que no quede duda: estamos en pie de lucha. Porque tuvimos una derrota dolorosa, pero no definitiva. Porque en la democracia las victorias pueden ser contundentes, pero nunca permanentes.

Si nuestros adversarios pudieron conquistar el poder partiendo de menos, por supuesto que nosotros podremos recuperarlo contando con mucho más.

Consejeras y consejeros:

Me comprometo a ser una Presidenta receptiva, que trabaje desde el diálogo abierto, no desde los despachos cerrados, con todos los sectores, organizaciones y expresiones del partido.

Encabezaré una dirigencia que esté afuera, con ustedes: en las calles, en el territorio, buscando el contacto directo con los ciudadanos.

Una dirigencia en la que todos los priistas se vean reflejados: porque abandera sus causas, representa sus intereses y cumple su palabra. Una dirigencia de la que puedan sentirse orgullosos.

En un plazo no mayor a 60 días, convocaré a la elección de un Secretario General que surja de nuestras filas, que complemente y fortalezca al Comité Ejecutivo Nacional.

Amigas y amigos compañeros de partido:

Les ofrezco lo más valioso que tengo: mi palabra, mi trayectoria y el prestigio, que he construido a lo largo de toda una vida de servicio público y de militancia priista.

Compañeros, los invito a cerrar filas, para reformarnos y para fortalecernos.

Cerremos filas para defender a nuestro partido, para defender a nuestra casa.

Cerremos filas para servirle a la gente y para encarar el futuro.

Juntos y en unidad, lo vamos a lograr.

¡Qué viva el PRI!