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Columa 1

¡Adiós, Mario Rivas!

HERMOSILLO, Son.- Ha sido general, y con razón, el sentimiento de pesadumbre por el fallecimiento del periodista Mario Rivas Hernández, veterano columnista de “Tribuna”, de Ciudad Obregón. Practicó celosamente los atributos que hacen al periodista auténtico: trabajar un día tras otro sin descanso y abstenerse de utilizar el poder de su pluma para satisfacer mezquinos intereses.

Me parece que con él muere el género de la columna política extensa, de toda una plana, al estilo de la de Enguerrando Tapia Quijada.

La ilusión de todo periodista joven era, hasta casi terminar el Siglo pasado, escribir una columna diaria. Lograrlo constituía la culminación de una carrera. Pero que el director o el dueño de la empresa permitieran que cubriera toda una plana no era fácil. Por un lado corrían el riesgo de que la columna resultara, a fuerza de ser tan larga, falta de sabor y de miga; por otro, el riesgo de crear, paralelamente al prestigio del director y los intereses del propietario, un poder personal paralelo que no fuera utilizado con rectitud.

El autor de una columna de plana entera tenía que trabajar el doble o el triple de cualquier reportero porque debía llenarla con noticias y argumentar con seriedad, señalar responsables sin herirlos ni calumniarlos, escribir con claridad y corrección, y dar noticias, insisto, que es la esencia del periodismo. No estoy seguro de que estos columnistas ejercieran real influencia en la gente del poder, quizás sólo molestaban o preocupaban. Pero de alguna manera daban, con su voz, voz al pueblo que leía.

Esta fue, sin duda, la aportación más valiosa de Mario Rivas.

¿BUSCAN NOMBRES PARA BULEVARES?

Hubo una época bastante larga en que cada vez que se buscaba un nombre para ponérselo a una obra de riego, un bulevar, una escuela o cualquier edificio público, se elaboraba una lista de revolucionarios, muertos o vivos, para escoger. Luego siguieron los nombres de políticos, no de la oposición, sino de los que habían triunfado, es decir, del PRI.

Creo que ha llegado el momento de cambiar de disco y de actuar como miembros de una sociedad moderna y civilizada. Vamos a homenajear a los sonorenses que han destacado en la Ciencia y la Tecnología, en el Arte, la Educación, el Deporte o la Filantropía. Sin necesidad de hacer una lista, solamente mencionaré, a manera de ejemplo, algunos que me saltan espontáneamente a la memoria.

El doctor Ranulfo Romo Trujillo, nacido en Guadalupe de Ures a mitad del Siglo pasado, uno de los pocos científicos en el mundo dedicados a estudiar el cerebro humano; fue miembro de la Junta Universitaria. El escritor Edmundo Valadés, gloria de las letras nacionales, guaymense y doctor honoris causa por nuestra Unison. El también guaymense doctor José Maximiliano Medina Ramírez, graduado en el ITSON, que desde hace años investiga en la Universidad de Amsterdam, y quizá logró ya su objetivo, una vacuna contra el SIDA. El ingeniero Manuel Puebla Peralta, cuyos esfuerzos para industrializar los recursos naturales son bien conocidos. O si de plano quieren un político, el licenciado Alejandro Carrillo Marcor, nacido en Hermosillo, el único gobernador que recuerdo que haya manejado con rectitud, al mismo tiempo, el presupuesto y el respeto a la democracia en las elecciones.

Sería un honor para Sonora y un estímulo para los ciudadanos, ver cualquiera de estos nombres en una placa conmemorativa en la vía pública..

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Mario Rivas y su circunstancia; in memoriam

CD. OBREGON, Son.- Nació en 1946 y cumplió apenas 75 años el pasado 26 de febrero.

Lo celebró con los amigos que más lo trataron en vida; también con familiares cercanos.

Platicó mucho, comió muy poco y bebió solo agua mineral.

¿Cuántos años de felicidad, Mario?, le pregunté. Y, sin dudarlo, contestó:

“Creo que de los 75, 70. Por fortuna he tenido la suerte de una vida intensa y emocionante, salpicada de sorpresas y cosas inéditas”, dijo, pensando quizá que los años que no fue feliz fueron los que lidió con la enfermedad. Y en eso tenía razón.

Se confesaba creyente, pero no religioso. Consagró su vida, dijo, a aprender a res-petar a los demás y a quienes pensaban diferente.

“Me gusta hacer autocrítica cada rato, pero también registro a quien me critica, sobre todo cuando doy mal un dato o me equivoco”.

Se dijo siempre enemigo radical del egoísmo y la soberbia: “Y sobre todo de las actitudes miserables de aquellos que siempre quieren aplastar a los más vulnera-bles, que es algo común en nuestro medio”. Contra eso he luchado la mayor parte de mi vida, sentenciaba, y  lo hizo muy bien.

¿Amigos reales? “Pocos, pero muy buenos los que tengo”, decía.

Mario, fue hijo de Cesáreo Rivas González, de Nayarit, y Crescencia Hernández Sánchez, de Canelas, Durango, ambos analfabetas, sus padres se conocieron en Ciudad Obregón.

Desde los 9 años de edad creció en el ambiente de carniceros expertos en la com-pra y el sacrificio de puercos para la venta al mercado local.

Como miembro de una familia de 6 miembros, nació y creció en condiciones de pobreza extrema, dice. Eso no lo arredró a que desde chico trabajara en oficios varios: hacer mandados, limpiando vidrios, pintor del brocha gorda, comercio al menudeo, venta de periódicos.

Esa necesidad de trabajar desde niño le dificultó completar el ciclo de la primaria, a la cual pudo llegar solo hasta el cuarto año.

Creció en un medio limitado económicamente, pero lleno de inquietudes sociales con el trato con dirigentes sociales de la época y con idas y venidas frecuentes a la tierra de su madre en el Estado de Durango.

Decía que su afición por los libros inició cuando tenía 18 años, con libros que le regalaba Carlos Ramón Espinoza, del Club Cultural Cajeme.

Empezó por escribir poesía en 1968, en el Diario del Yaqui, de  Don Jesús Corral Ruiz.

En los domingos literarios, que dirigía Moisés Ortiz: “Escribía sobre una lata de petróleo con un lápiz sobre cartones, después aprendería a escribir con dos dedos sobre una vetusta máquina de escribir Olympia de las antiguas, “pero muy buenas” decía.

Combinó la práctica de escribir con la educación básica, en la escuela ubicada en La Ladrillera, con la maestra Carmen Sánchez Corral, en el turno nocturno como se acostumbraba entonces, platicaba.

Al quebrar el negocio familiar de los cerdos, pasó a trabajar el carbón por los rumbos de Tórim. Ahí conoció a diversos personajes de la etnia Yaqui, a quienes les dedicó algunos escritos en el “Diario del Yaqui”.

“La poesía no te dará de comer, Mario”, le dijo un día su amigo Abraham Montijo Monge (Director de El Heraldo del Yaqui) y escritor por más de 50 años de las columnas Completando el Cuadro (Tribuna) y Estampilla Regional (El Diario); y lo pensó.

Colaboraría por algunos años con Tacho Aragón, que editaba la Carta Abierta, y él le presentó a don Jesús Corral Ruiz, quien con frecuencia lo invitaba a platicar ahí o en reuniones donde era muy común la ingesta del Whisky Old Parr.

Chabelo Mexía, de los gastronómicos de la CTM, lo presenta con el doctor Óscar Russo Voguel, quien le comentaría “la necesidad de contar en Ciudad Obregón con un periódico que denunciara los abusos de poder de algunos personajes de la región”, dice. El mismo Doctor le ayudó a comprar la primera máquina de impre-sión en Agua Prieta, que trasladó en un carro que le prestó Román Meza, de la CNC.

Chabelo Mexía le había presentado también a  Juan Rurico López, quien le prestó dos locales para que surgiera el periódico “Tiempo Nuevo” como semanario. El mismo Doctor Russo inauguraría el periódico en septiembre de 1979. Al mismo tiempo, Rivas sería columnista de la “Extra de la Tarde”, de Heriberto León Peña, donde colaboraría hasta 1980.

Conocería posteriormente a Adalberto Rosas — a quien apoyó para ganar la presidencia municipal de Cajeme en 1979— y Adalberto lo animó para crear otro periódico que saliera con mayor frecuencia.

Localizó maquinaria en San Diego, California, e invirtió en ella 23,500 dólares en la compra. Le ayudaron el mismo Adalberto y José Antonio Gándara Terrazas, su otro amigo, quien le regaló el mobiliario necesario para que en breve tiempo instalara el periódico.

En 1981—tiempos de sucesión presidencial y selección de candidatos locales—, era junio y aparece el primer ejemplar de “El Observador”, como un periódico de denuncia que en muy poco tiempo se ubicó en el gusto de la gente.

“Muchos esperaban su edición y reparto, y preguntaban a qué hora empezaría a circular”, decía Mario, con un dejo de nostalgia.

Combativo, agresivo, crítico, veraz, oportuno, el periódico no tardó en incomodar al gobierno de Samuel Ocaña, que a juicio de Rivas, no supo manejar la crisis política generada tras la cuestionada elección municipal de 1982. Las relaciones se tensaron entre Cajeme y el gobierno estatal.

El Gobierno del Estado buscó culpables y el experimento periodístico solo duró de 1981 a 1984.

“Una madrugada, le echaron ácido a las partes sensibles —que ya no podían repo-nerse— de la prensa”, dice Mario.

El ataque se dio después de un reportaje donde se acusaba al gobierno estatal como custodio de sembradores de 30 Hectáreas de mariguana… y fueron ellos, los del gobierno estatal y sus operadores de Cajeme, los que atentaron contra el periódico”, afirmaba todavía con coraje.

Estuvo sin trabajo por poco tiempo, y fue en el OK Café, donde un día se encontró con Faustino Félix Escalante, y le dijo: “Cuando dejes el oficio de periodista independiente, en Tribuna del Yaqui te esperamos”.

Con una botella de coñac de por medio y en casa de Félix Escalante, allá por la uno y la cuatro, Rivas decidió incorporarse como colaborador a Tribuna y ahí se inició un 14 de octubre de 1987. Fue de los amigos leales y   cercanos de Faustino Félix durante toda su vida.

Fue cuando el director del periódico, Salomón Ahmed le advirtió de: “Dejar de ser perfeccionista y utilizar un lenguaje para que lo entienda y lo capte la gente”. Lo emplazó a que escribiera él solo, una plana completa. “Sí la puedo hacer”, le dijo, y así inició desde el año 1988 hasta el final.

Con los años y con su carácter bonachón y abierto, Mario enfrentó crisis, intrigas, golpes bajos, y todo lo que se pudiera decir de un columnista exitoso e influyente, que siempre vivió en la medianía y las limitaciones del bajo sueldo devengado en los periódicos.

Una de las infamias: el procurador general de la República Jorge Carpizo, lo in-cluyó en 1993 en una lista de periodistas vinculados al narco.

Una lista a la que se le dio amplia difusión y que circuló a nivel nacional. Mario se cimbró, se enojó, se preocupó y vivió una de sus peores crisis personales que solo con la ayuda de amigos cercanos y familiares pudo sobrellevar—no fácilmente—.

Aunque su empresa periodística y algunos amigos lo ayudaron, de todos modos él se preguntaba: ¿De parte de quién o por qué?, ¿De dónde vendrá el ataque?

Decía que con ese golpe se había sentido acabado y muy desanimado moralmente.

Quienes conocían su estilo de vida, su modestia, el lugar donde vivía, el carro que manejaba y las penurias económicas que siempre lo acompañaron, nunca creyeron en la veracidad del ataque y para fortuna de Mario en un México cruel y despiadado, las cosas se aclararon, pero el daño quedó. Al tiempo y para iniciar la campaña presidencial de 1994 Gilberto Félix Escalante—por quien siempre guardó un enorme afecto— habla con Luis Donaldo Colosio y le solicita incorporar a Rivas como cronista del periódico para la campaña presidencial.

“Me sentí como que ingresaba a una nueva dimensión en el periodismo y en la política”, señala: “era como entrar a las grandes ligas y el mejor aval de que los tiempos de amargura y depresión habían pasado ya”, decía convencido.

Con tristeza recordaba que le tocó observar el mitin de Lomas Taurinas, el 23 de marzo de 1994. En medio de la confusión por la agresión a Colosio, desesperado, se va a redactar al hotel, utiliza su celular, su máquina Olympia, ayudado por “El Cacho” Angulo. ¡Nada que hacer, más que lamentarse y buscar explicaciones! decía con tristeza.

El día 25 regresa a Ciudad Obregón confundido y decepcionado.

Otra vez las preguntas: ¿Quién fue, para qué, y de parte de quién?

Pasaron los años, creció en influencia, en amigos y en buenas relaciones. Nunca perdió piso y siguió viviendo con humildad, muchos escritos, muchas consultas, muchas lecturas, interminables discusiones.

Reuniones cálidas con amigos y colegas donde predominaba el buen ánimo y la camaradería, la amistad y los afectos compartidos.

Vinieron las malas noticias en relación a su salud.

Con valentía y estoicismo aceptó y enfrentó el diagnóstico médico cuando le co-municaron que padecía Cáncer en la garganta.

A partir de ahí, su vida ya no fue la misma. Perdió la alegría y el enorme sentido del humor que siempre lo caracterizó. En los últimos tres años, la dinámica de su vida estuvo inmersa entre citas, estudios, consultas, radiografías, cirugías y trata-mientos dolorosos contra el cáncer.

Su vida se fue apagando, pero no su espíritu. A cada rato recibíamos mensajes optimistas de sus ganas de vivir, a través de sus familiares.

Perdió la batalla contra el cáncer la mañana del 2 de noviembre en su siempre amada y admirada Ciudad Obregón.

Descanse en Paz Mario Rivas Hernández. Ya lo extrañamos.

Así describe Padrés la amenaza de Osorio

GUAYMAS, Son., 25 de octubre de 2021.- Guillermo Padrés Elías narró con detalle cómo fue la amenaza de Enrique Peña Nieto para que cerrara el acueducto Independencia, promesa que en campaña, el mandatario hizo a los agricultores de Cajeme.

Fue a través del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, después de no alcanzar acuerdos “con los agrotitanes”, porque “todo era cierra el acueducto”.

El presidente Peña nunca recibió a Padrés, producto del resentimiento político porque le arrebató Sonora.

LA AMENAZA

Osorio Chong llamó al gobernador de Sonora para darle “un recado del presidente de la República”.

Padrés voló a Ciudad de México, llegó a la Segob y Osorio lo recibe “con una cara muy dura” y trato muy frío. El mensaje, tajante, fue:

“El presidente te pide que cierres el Acueducto Independencia”.

El entrevistado revive el momento al describir lo que sintió:

“Me cayó como bomba, sentí hasta que se me iba la respiración, me entró un escalofrío, no lo podía creer, me quedé en silencio, no lo podía dimensionar”.

Pudo articular una interrogante: “¿Cómo, señor secretario?

“Que cierres el Acueducto Independencia”.

Cómo cerrar una obra de 4 mil millones de pesos que ya está funcionando, legal. Pidió buscar otras soluciones.

“Que no”, la fría respuesta.

¿Cómo?

“Que no hay otra opción, lo vas a cerrar”.

Señor secretario déjeme hablar con el presidente…

“No, no quiere hablar contigo”.

“Ahí supe que estaba marcado mi destino”, reflexiona Padrés Elías.

Osorio le dejó clara la posición presidencial: “pues si no vas hacer caso, ya sabes lo que implica no hacerle caso al presidente de la República”.

“Ah carajo, dije, espérame, déjame defender mi punto, déjame defender…”.

El muro infranqueable: “no, el no hacer caso tiene sus consecuencias, gobernador”.

A la pregunta de “¿Estás dispuesto a enfrentarlas? del secretario de Gobernación, el ex mandatario sonorense contestó negativamente: “no sé de qué me hablas, pero no me quiero ni imaginar qué me vas hacer… pero, pues, no lo voy a cerrar”.

La negativa le hizo sugerir el “ustedes ciérrenlo, ustedes tienen poder como Federación, les doy las llaves del acueducto… ustedes ciérrenlo, yo no lo voy a cerrar”.

Otra vez la respuesta intransigente: “no, el costo político lo vas a pagar tú, no el presidente”.

Padrés dijo no haber pensado en costo político, sino en la gente.

Y allí vino la amenaza de “graves consecuencias” si no cerraba el ducto. No pudo explicar más, pues el frío y entonces encumbrado hidalguense se levantó y alejó.

Confiesa Guillermo Padrés que esa amenaza “cambió mi vida personal” y la política de su gobierno.

Osorio Chong lo había amenazado a nombre del presidente.

Buscó al presidente. Se peleó con él “y se me vino encima todo el poder del Estado, con todos los medios de comunicación, con todas las dependencias en contra, cerraron la puerta a Sonora de una forma increíble”.

Define eso como abuso de poder, “corretear” a tus adversarios políticos y judicializar la política.

No le dijeron lo que le harían, pero “fue muy claro con el tiempo, cómo se fue armando todo”.

Y la acusación abierta contra Peña Nieto:

“El presidente se fue con todo contra sus adversarios, tanto internos de su partido como externos, se nos vino encima; a todos los que creyó él que le podíamos estorbar en su carrera política se nos vino encima y más cuando a él se le vino lo de la Casa Blanca y todo eso, pues más necesitaba gente con qué emparejar cartones. Y más cuando estaba persiguiendo gobernadores de su partido”.

Tenía que emparejar cartones y meter un gobernador de la oposición también.

“¿Quién era su enemigo político en ese momento? Pues Guillermo Padrés, porque no quise cerrar el acueducto independencia. Fue muy clara su actitud al no ceder yo a ese capricho de él”.

Así fue, dice Padrés, su aventura que lo privó de su libertad y lo arrojó al descredito social y político.

(Tomado de la entrevista de Luis Alberto Medina, en Proyecto Puente)

El informe de la conmemoración en Guaymas

CD. DE MÉXICO, 5 DE OCTUBRE DE 2021.- La Secretaría de Marina-Armada de México informa que esta mañana (ayer lunes) en la explanada de los Tres Presidentes con sede en Guaymas, Sonora, se llevó a cabo la ceremonia conmemorativa a los “200 Años de la Creación de la Armada de México”, con el fin de refrendar el compromiso de esta Institución con el pueblo mexicano y fortalecer en su personal los valores navales y el sentido de pertenencia.

Este acto fue presidido por el Dr. Alfonso Durazo Montaño, Gobernador del Estado de Sonora y por el Vicealmirante CG. DEM. Roberto Alarcón Santana, Jefe de Estado Mayor de la Cuarta Región Naval, acompañados por autoridades navales, civiles y militares.

Durante esta ceremonia, el Vicealmirante Alarcón Santana dirigió unas palabras alusivas a este acontecimiento, afirmando que las Fuerzas Armadas han estado presentes en los momentos más coyunturales de nuestro México, de tal manera que constituyen parte de su esencia y espíritu de lucha.

Asimismo, reiteró que las y los marinos navales cumplen con valentía cada una de las misiones que les han sido encomendadas, desde la defensa de la soberanía nacional hasta la salvaguarda de la vida humana en el mar y el apoyo a la población civil en casos y zonas de desastre.

En este sentido, cabe mencionar que la Armada de México se creó cuando el gobierno de la Regencia se percató de la necesidad de organizar sus fuerzas para proteger al país, creando la Secretaría de Guerra y Marina en 1821, la cual fue dirigida en sus inicios por el Teniente de Navío Antonio de Medina Miranda.

Una de sus misiones más destacadas fue desalojar el último reducto español que se encontraba apostado en San Juan de Ulúa, el 23 de noviembre de 1825. Así mismo, se distinguió por participar en diversos combates navales, con el objetivo de salvaguardar la soberanía nacional.

Lo anterior, forma parte de la historia de una Institución cuya misión es proteger los intereses marítimos del país; mantener el Estado de Derecho en las Zonas Marinas Mexicanas como costas, ríos, zonas lacustres y recintos portuarios; así como aplicar la Autoridad Marítima Nacional, garantizando la soberanía y desarrollo del territorio mexicano.

En la actualidad, la Armada de México representa el componente operativo de la Secretaría de Marina, desempeñando dos roles fundamentales: como Marina de Guerra, enfocándose en la defensa marítima del territorio para garantizar su independencia, soberanía e integridad. Y como Guardia Costera, manteniendo el Estado de Derecho y salvaguardando la vida humana en la mar.

Este 2021, la Secretaría de Marina se congratula al celebrar los “200 Años de la Creación de la Armada de México”, una Armada que nació ¡Para Servir a México!

Estas metas se propone la Policía

+ Proximidad social, será la herramienta más útil contra el delito

GUAYMAS, Son., 22 de septiembre de 2021.- La Comisaría General de Policía y Tránsito precisó acciones en marcha y las que tendrán seguimiento, para mantener a la baja los indicadores de delito confirmados por la Secretaría de Seguridad Pública en el Estado.

El comisario, capitán de navío Andrés Humberto Cano Ahuir, habla de confianza del ciudadano en el resultado de la tarea del mando naval y la acción de sus elementos, para demandar cercanía social y participación para mejorar la convivencia de la sociedad.

Las metas de seguimiento a su tarea son las siguientes:

Darán mucha importancia al programa DARE, que es privado, pero hay empresarios dispuestos a apoyar; eso ayudará a reducir o evitar el consumo de drogas entre los jóvenes.

Hablar de seguridad pública no debe quedar solo en el papel; el consumo de drogas es elevado en la región y quien las usa, roba o asalta, por ello mantendrán inspección o revisiones con estricto respeto a la ley y a las garantías de la persona.

Se atenderá todo llamado de la gente; se fomenta ese llamado para hacer crecer la participación social.

Se cambiará el concepto de seguridad pública --que no define nada--, por el de seguridad ciudadana, que directamente convoca a esa participación. Con proximidad mantendrán a la baja el delito patrimonial.

Se preservará y mejorará el equipamiento; hace dos años había una patrulla y dos motocicletas y hoy se tienen 65, suficientes para la tarea.

De 371 elementos que encontraron en 2019, hay 100 menos y se distribuyen en tareas en Tránsito Municipal, preventivas y administrativas.

Se revisa el cuerpo de Policía. Hay entre los elementos gente “ya mayor”, dieron todo por el uniforme y ya no deben subirse a una patrulla.

Establecerán contacto con liderazgos sociales, empresariales y otros niveles de autoridad para trabajar conjuntamente en las prioridades de la seguridad ciudadana.

Impulsarán la objetividad, trabajar con información oficial y tener a la mano las vías de contacto, incluso el teléfono de la Comisaria y del Comisario mismo, para denuncias y sugerencias.