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Columnas

Los caminos del racismo

HERMOSILLO, Son.- Le llamaban El Tío Juan. Era un indio yaqui de edad incalculable y dentadura completa. Prieto y correoso, caminaba al paso de los demás, encorvado a lo largo de los surcos con el morralito de tirante cruzado al pecho, cargado de semillas que en silencio tomaba con la punta de los dedos y las hundía en la laderita del surco.

Me llamaba la atención porque siempre musitaba algo, como un rezo, una oración o una plegaria en palabras que yo no entendía, aunque caminara en el surco a su lado repitiendo los movimientos para tomar las semillas del morralito y hundirlas en la tierra seca del valle, a donde mi padre me llevaba a sembrar sandías.

Del Tío Juan aprendí a clavar las semillas en el surco, cubrir el agujero y hacer un movimiento de abanico con los dedos, como quien limpia el polvo sobre el pequeño espacio donde quedaba la simiente y, cuando estaba muy liso, pintar con el dedo índice una cruz.

Era como un acto de fe. Un ritual religioso para encomendar a Dios la cosecha y a mis doce años eso me parecía al menos, enigmático, pero lo repetía con cierto divertimiento porque me parecía que de alguna manera en algo teníamos que depositar las esperanzas de que el verano produjera muchas y muy sanas y sabrosas sandías.

Lo que más me llamaba la atención del Tío Juan, además de su sombrero sucio y ajado era su silenciosa presencia y su vitalidad. No recuerdo si eran cuatro o seis hectáreas las que sembramos ese día con ese rudimentario método, pero nunca perdió el paso.

En las ‘cabeceras’ de los surcos había un garrafón de vidrio lleno de agua, forrado con ixtle mojado, colocado a la sombra de cualquier rama para que no se calentara y eran como las estaciones para descansar y platicar un poco, refrescar los labios antes de emprender el camino de regreso, sobre el surco, sembrando.

Si la memoria no me falla, en aquellos años la sandía se sembraba en marzo, para cosecharla en junio. Y en ese lapso había que fertilizar y fumigar (también manualmente); desahijar, desyerbar a punta de azadón y pala. Y desde luego, regar. Eso era un encanto de chinga porque había que levantarse a las tres de la mañana y una vez en el verano andar a corre y corre ‘pegando’ los surcos que se rompían, inundando donde no deberían. Ahí no se rajaba nadie.

Pocos, muy pocos lectores sabrán la magia de extraer agua del canal de riego mediante el milimétricamente sincronizado movimiento de empujar y jalar con una mano un sinuoso tubo, mientras con la palma de la otra mano tapas y destapas el otro extremo generando un vacío que termina por expulsar un generoso chorro de agua que se va llenando el surco.

Mi padre tuvo sangre india. Mayo, supongo, porque nació en El Mezquital de los Ochoa, en Choix, Sinaloa. El Tío Juan era yaqui. Los dos se pegaron una chinga trabajando en el campo. A mí me tocó poquito de eso, pero les aprendí mucho.

Por eso ahora que escucho tantas voces diciendo que los yaquis son unos alcohólicos, delincuentes, huevones, mantenidos, drogadictos, me da un chingo de tristeza. No tanta como la que me da cuando leo a otros tuiteros validando esas palabras y haciendo abstracción de la cruenta historia de la tribu.

Mutatis mutandis, son los mismos argumentos que alimentaron en el porfiriato la guerra de exterminio contra los yaquis, siempre en rebeldía con el gobierno, por cierto.

Me dan tristeza también los argumentos que después de ese negro, vergonzante capítulo de la historia, generalizan de tal forma que todo nos llevaría a pensar que lo mejor sería rociar con napalm o algo peor a los ocho pueblos yaquis y eliminar ese estorbo del progreso.

Debo decir que cuando se levantó la cosecha, mi padre contrató a algunos yaquis que se la pasaron fumando mota y prefirieron dejar el trabajo tirado antes que pegarse la chinga de cargar los ‘tortons’ de sandías. Pero lo mismo hicieron unos yoris de esos a los que les da más miedo una pala que una víbora de cascabel.

Creo que las generalizaciones, a la hora de interpretar lo que sucede con la tribu yaqui en estos días, son bastante sesgadas y por lo tanto, dañinas.

Ni todos los yoris son buenos, ni todos los yoremes son malos, y viceversa. Interpretar correctamente la realidad de los pueblos indígenas en México, y en Sonora en particular es extremadamente complejo. Detrás hay siglos de colonialismo y transculturización, de imposición de la cultura hegemónica. De explotación y despojos, de políticas paternalistas y clientelares que en buena medida han contribuido al abandono de las labores productivas y al fomento del ocio, madre, dicen, de todos los vicios.

El bloqueo carretero que mantienen los yaquis en la rúa federal 15 tiene sus antecedentes en una añeja y muy nutrida lista de demandas irresueltas relacionadas con sus condiciones de vida en pueblos sin servicios básicos (energía eléctrica, agua potable, drenaje, infraestructura urbana, salud pública, educación); tenencia de la tierra, conflictos internos auspiciados desde la esfera gubernamental y política…

No justifico el bloqueo y el cobro de cuota en la carretera, pero trato de entenderlo a la luz de todo lo que ha sucedido con la etnia a lo largo de la historia. No los señalo, porque entiendo que cada vez que señalas a alguien con el dedo, hay tres dedos de tu propia mano señalándote a ti, preguntando que se ha hecho por incorporar a los pueblos indígenas al progreso, respetando su cultura, sus usos y costumbres, sus derechos humanos.

El tema que detonó las protestas en el sur del estado fue la construcción del acuaférico en Hermosillo, pero eso ya ha quedado superado al sacarlo de la agenda legislativa, al menos temporalmente. Pero eso prendió la mecha y reavivó temas mucho más complejos que son los que mantienen la movilización indígena.

En los próximos días estará el presidente de la República en territorio yaqui. Seguramente vendrá con las alforjas llenas de promesas y atisbos de solución para desactivar el bloqueo, como han hecho otros presidentes, aunque también dicen que éste es diferente.

Dicen que vendrá acompañado de su precandidato al gobierno del estado, Alfonso Durazo, lo cual es una práctica más bien ortodoxa de arrancar campañas electorales.

Por cierto, ya nunca supe del Tío Juan, pero estoy seguro de que si viviera estos días, se daría tiempo después de la jornada de sol a sol, para ir a levantar la piola en la carretera. De ese tipo se me hace que era.

Estas líneas...

+ Constructoras en conflicto: Marín, acusador de ayer, hoy acusado; Saldaña pierde por no cobrar caro; Munro trabaja duro por el PAN y lamenta la violencia criminal; en el ISSSTE, trabajadores se quejan: quieren hacerlos trabajar; Paco Bueno, otra vez

GUAYMAS, Son.- VISA es una constructora de Hermosillo muy activa en Guaymas, pero es difícil saber quién responde por ella y por eso surge la desconfianza al otorgarle la comuna una obra de casi 9 millones de pesos.

Constructora y Supervisora Visa existe desde 2012; su representante sería Pedro Villegas, quien egresó de la Unison en 2015, pero en 2014 ya había cobrado dos contratos al Ayuntamiento cuando era alcalde el hermosillense nacido en Guaymas, Otto Claussen Iberri.

Acumula 15 contratos de obra pública, 13 con el Ayuntamiento (87% de su actividad total), por 102 millones de pesos, la mitad con Otto y la otra mitad cuando (des)gobernó el frívolo fifí Lorenzo de Cima. El resto –dos contratos— son con Comisión de Electricidad. Sus oficinas estarían en una casa de fraccionamiento clasemediero.

Tras la licitación para pavimentar otras 3 cuadras de la avenida 6, se inconformó Edificadora Cabo Haro, de Jesús Saldaña, ingeniero civil y contratista de experiencia y capacidad. Fácil haría ese trabajo, pero cometió un error: cobró barato.

VISA ganó con un presupuesto de 8 millones 876 mil pesos por el trozo de calle cuya última mejora se hizo en 1987, cuando era alcalde el de Santa Cruz, Sonora, Marco Antonio “El papito” Córdova, quien dio el contrato al ingeniero químico José Ordaz, de oscura memoria por ser uno de los artífices del desorden con suelo urbano porque, dice él, lo protege “alguien” muy cercano a un ex gobernador de esta gran entidad.

Pero eso es otra historia. El punto es, VISA le ganó a JEMA, de Jesús Fajardo, que pidió 8 millones 957 mil; Edificadora Cabo Haro, de Saldaña, cobraba 7 millones 313 mil, pero le hicieron lo mismo que en 2019, con las primeras tres cuadras. Cobró menos y aún así, ganó una constructora de Hermosillo con la opacidad típica en la obra pública.

Ya fue a Contraloría Municipal y el titular, juez y parte, no ve irregularidades; en Contraloría Estatal le salen con eso de la autonomía municipal. La Fiscalía Anticorrupción le dijo que el hecho todavía no se ha consumado.

Víctor Marín Martínez, director de Infraestructura Urbana habla de apego a la ley; y que Saldaña perdió porque aplicó una especie de “dumping”: no cobraría renta de sus máquinas y eso abarata costos, en perjuicio de terceros constructores.

Increíble. Puede abaratar obra a favor de la hacienda pública, lo hace y por eso lo descalifican.

Saldaña reclamó a Marín que incrementar costo del presupuesto base elaborado por (la Dirección de) Obras Públicas, “es posible contubernio con algunos contratistas” y le advierte,  eso sería daño al erario público “que habremos de exigir sea resarcido por quienes resulten responsables de un acto irregular”.

La diferencia entre el ganador y la propuesta de Saldaña ronda el 20%, porcentaje que en medios oficiales es muy manejado por los malpensados que todavía creen en la existencia de los famosos “moches” del pasado, cuando el propio Marín, que del panismo había saltado al PRD y luego volvió --Morena no estaba en su radar--, acusaba de esa corrupción a Claussen, luego a De Cima, con manifestaciones que terminaban a tomatazos en Palacio.

Hoy, esta administración enfrenta la misma sospecha, salvo que Marín es el acusado, junto con su director de Obras Públicas, Andrés Valenzuela, colmilludo panista de siempre quien se vuelve de humo cuando le piden explicar ese tan sugestivo 20% del que emana un tufillo a corrupción.

TIROS RÁPIDOS

1.- Ernesto Munró se reportó. Siempre agradable su forma de expresión, toca temas varios y el político electoral menos que otros.

En columna previa lo mencioné y aprovechó para refrendar afectos con este servidor. Menciona puntos del gran trabajo por delante y nutrida agenda para poner en orden los números del PAN en Sonora.

Centró el tema de su paso como secretario de Seguridad Pública estatal y no festeja que las cifras se hayan disparado en el nuevo sexenio. Recordó que, en el rubro de homicidios dolosos, su promedio fue de 540 anuales y el primer año de este sexenio “no estuvo mal”. Lo atribuye a que se mantuvo Alonso Méndez como director de la Policía Estatal de Seguridad Pública, pero se fue al primer año y los números subieron. En 2019, subraya, los homicidios dolosos fueron mil 356 y –agrega preocupado-- si la tendencia no mejora, este año subirá a mil 900.

“Nunca estuvimos contentos con los números que nos tocó tener, pero ahora se han incrementado mucho”, lamenta. Terminaré de leer tales datos y los comentaremos ampliamente si Dios lo permite, cuando la pandemia esté controlada, allá en Puerto Peñasco, donde hace un buen trabajo como alcalde “El kiko” Munro, su hijo.

2.- En la clínica hospital Guaymas del ISSSTE se alborotó la bitachera y varios trabajadores denuncian “acoso laboral”.

Acusan a un alma de Dios, como es el médico Rafael Álvarez Ruiz, quien exige que el chofer en nómina, sea chofer; que la ambulancia dé servicio a sus enfermos, que la gasolina no supere en 600% el kilometraje recorrido, que intendencia limpie el edificio. Cosas así.

Ya aprenderá que, si dirige una oficina burocrática, lo peor que puede hacer es exigir trabajo sin antes indagar cómo llegó la gente a esos puestos.

3.- Dura la denuncia del coordinador de Proyecto de Partido de Redes Sociales Progresistas, Frank Rivera, contra Francisco Bueno Ayup, ante la autoridad electoral:

En un intento golpista deshizo el trabajo logrado para integrar en Sonora ese partido. Riñó con todos y el día de la asamblea de integración en Cajeme, el polémico guaymense recibió 4 millones de pesos para pagar 150 camiones y otros “servicios”. Fiel a las viejas prácticas, los esfumó.

Por eso es que la gente ya no se traga esos inventos de partidos nuevos con la misma gente. Ahora hasta se llega a pensar que no estaba tan mal el PRI.

Más si, como en Guaymas, el tricolor impulsa chamacada y mira hacia el regidor Manuel Olmedo; o al dirigente local Gines Valentín, figuras limpias y mentalidades frescas que hablan de trabajo, de ver por la gente, no de vislumbrar “estafas maestras” con el dinero público, como las que hundieron a la comuna para engordar fortunas personales.

Estas líneas...

+ Instancias médicas a prueba: a ver de qué estamos hechos; con Lozoya se arreglarán las cosas… o empeorarán; junto al caso Chihuahua, salpican a las cúpulas políticas; el PAN carece de figuras, las busca por fuera; entregan a militares operaciones de la SSP

GUAYMAS, Son.- La Secretaría de Salud, arrinconada por la pandemia y la irresponsabilidad de muchos que no aceptan indicaciones de la autoridad, lanzó el mensaje:

“¿Tienes sospecha de COVID-19? busca tu servicio médico IMSS, ISSSTE e ISSSTESON para que recibas atención médica”.

Es decir, ahora solo atenderá a la población más vulnerable, la “que no cuenta con servicio médico” y “cada institución debe responder y brindar la atención a sus pacientes” que puedan portar Covid-19, hacer sus pruebas y dar “la atención requerida a sus usuarios en sus unidades hospitalarias”. Es lo correcto, pero no siempre su pudo. Imagínese ahora.

Y a quienes no han enfermado, se les sigue pidiendo el distanciamiento social, seguir con la estrategia #QuédateEnCasa.

Tiene qué exigir eso, pues la instancia estatal se volvió el perro flaco del problema y no se vale. Cada institución recibe dinero público y de la derechohabiencia, aunque sus liderzuelos y funcionarios “lo olvidan”.

Cierto, se ve que han sido rebasados, pero no es hora de reclamos, aun aceptando que años de corrupción e ineptitud (terminan siendo lo mismo), fueron minando la capacidad de respuesta en hospitales y clínicas de atención, olvidando funcionarios  y hasta los mismos trabajadores, el tamaño de la responsabilidad que tienen.

Hoy, el COVID-19 se los reprocha con cruel saldo.


TIROS RÁPIDOS:

1.- Qué expectación por la repatriación de Emilio Lozoya Austin, ex director de Pemex, quien se ocultaba en España al ser señalado por operaciones fraudulentas por unos 700 millones de dólares, repartidos entre muchos que usan la política para engaño y saqueo.

Es como la esperada repatriación también, del ex gobernador de Chihuahua, César Duarte –No, el de Veracruz es Javier, más uña larga, todavía--, quien debe empezar explicando dónde pararon 700 millones de pesos, a partir de 275 que la Secretaría de Hacienda envió para “fortalecimiento financiero” a la Tesorería chihuahuense, pero los desviaron a la campaña tricolor de 2016.

Aquí el lodo llega a los líderes priístas nacionales de la época y hasta el hombre fuerte del peñanietismo, Luis Videgaray, pero a diferencia del Caso Chihuahua, cuyos señalados están al alcance de la Fiscalía federal, el ayudante de Videgaray en Hacienda y conducto para enviar el recurso, Alonso Isaac Gamboa Lozano, jefe de la Unidad de Política y Control Presupuestario de la SHCP, ya no existe.

Un ataque de hombres armados “al parecer miembros del crimen organizado”, citaron las crónicas de mayo pasado, mató a 5 personas dentro de una vivienda en Cuernavaca. Uno de los muertos fue él. Las investigaciones topan con pared. Dicen que recibirá carpetazo, porque el silencio de Alonso costaba 700 millones de pesos… solo en este caso.

Lo otro es ver sí el gobierno de López Obrador quiere enjuiciarlos para hacerles pagar sus presuntas corruptelas, que incluyen regresar lo robado, o solo busca venganza política y golpes afines al tema electoral próximo. Si es lo segundo, México seguirá siendo el mismo.

2.- Ernesto Munro aceptó ante medios hermosillenses que el PAN en Sonora que preside, no tiene los mejores augurios.

Aún los afecta la imagen negativa del padresismo, pero culpa a las acusaciones de fraude y corrupción surgidas en la guerra política del proceso electoral 2015, “una campaña terrible”, dice, pero puntualiza: “lo cierto es que en este momento nadie está en la cárcel por esas acusaciones”.

Remata: “de haberse probado (las acusaciones), la mitad de ese gabinete debería estar preso”, cosa que nos abre los ojos así de grandotes para decir: es cierto. Nadie viste a rayas.

O sea ¿No es cierto que faltó dinero, que varios funcionarios se volvieron ricos en el sexenio y sus bienes eran la envidia de los ricos tradicionales?

Ahora resulta que mintió el contralor Murillo, el ex fiscal Anticorrupción, Montes de Oca; los investigadores a cargo de indagar dónde quedó la bolita. Bueno, la expresión de Munro suma esta explicación: “fueron más calumnias que realidades”.

Al menos no descarta “realidades”. Porque los sonorenses aún resienten efectos de la ruina reflejada en la respuesta de ese sexenio a las necesidades de la gente, y eso es real.

Y sí, el partido no tiene la culpa, sino quienes se lo apropian, siempre es así. Pero los dejan, pues.

Pidió oportunidad de “demostrar que sí hay de otra; y el añadido: “hablo con la autoridad moral que me da mi carrera política”. Ah, qué papel. Munro mismo fue parte de ese cuestionado equipo, como secretario de Seguridad Pública.

Finalmente asiente, no hay panistas atractivos para el 2021 y van por externos, con nombres como el de Ernesto Gándara, en el remoto caso de que “el Borrego” acepte vestirse de azul; Antonio Astiazarán, el más apuntado hoy; Ernesto “Kiko” Munro, su “junior” y alcalde de Puerto Peñasco; el comerciante Servando Carvajal; y hasta la senadora Lily Téllez, ya decantada del morenismo.

3.- Un militar es Coordinador de Operaciones de la Secretaría de Seguridad Pública en Sonora.

El secretario, David Anaya Cooley dice que Erwin Martín Romero Salcedo llegó a “reforzar las acciones operativas en la construcción y fortalecimiento de la seguridad en la entidad”.

Es un teniente coronel, quien trajo consigo a un capitán, Víctor Hugo Pérez Castro, nombrado director General Operativo de la SSP y con quien, dijo Anaya, conjuntará su experiencia en el ámbito militar (28 años en las fuerzas armadas) en el combate al delito.

Militares convertidos en policías dejan hasta hoy mal sabor de boca en nuestras comunidades, pero el mando nacional insiste en que eso pacificará al país en el futuro, aunque el presente sea más que inquietante.

Me pregunto si pronto veremos militares también como ministerios públicos y jueces para redondear la militarización de la justicia, pues hoy se acusa a quienes la buscan e imparten, de ser la ventana abierta de los delincuentes que atrapa la Policía. Porque el policía jura que sí los atrapa, pero…

Estas líneas...

+ Beltrones mueve el agua, aunque no sea el de ayer; menú ligero de Raúl Navarro en el congreso; Heriberto Aguilar anuncia electrificación de comunidades en Sonora, La Manga incluida; Guaymas distribuye la gasolina, pero aquí es más cara; pese a la escasez regional, nadie reclama 25MM3 de agua


GUAYMAS, Son.- Hacer como que Manlio Fabio Beltrones ya está al margen de las cosas importantes de la política del país, está bien, pero no es cierto.

El nativo de la antigua colonia Irrigación, luego Villa Juárez y municipio Benito Juárez desde que fue gobernador, es figura de talento y experiencia, cuya marca se fijó en muchas decisiones importantes del país en las últimas décadas.

Él “fue invitado” a una conferencia virtual con un grupo llamado Movimiento Líder al interior del PRI y, vaya que movió el agua y se escuchó a un Beltrones típico, conciliador. Hasta llamó a bajar “dos rayitas” a promotores de ideas golpistas, como para reducir los obuses mil que la ultraderecha y demás hierbas lanzan contra el gobierno de López Obrador. También lo hizo hacia Morena, aunque por separado, como debe ser cuando hay tribus en pugna.

Cierto, ya no es el Beltrones del ayer, cuando era secretario de gobierno y cayó –hacia arriba—para ir a la subsecretaría de Gobernación con su padrino Fernando Gutiérrez Barrios, de donde regresó como candidato a senador, catapulta para volverse gobernador. Ganó así de fácil.

En lo nacional fue de todo, hasta que dirigió al PRI y, tratando de salvar a un partido en declive, pudo cometer errores. Los principales, dicen sus allegados, cuidar demasiado de sus amigos y por eso el nuevo régimen lo mantiene a raya con demandas que penden cual espada de Damocles.

Recordé la continua labor de zapa de sus enemigos, al leer un mensaje de Adolfo Salazar, próximo secretario de Morena en la entidad, donde acusa al encumbrado político así: “Que nadie se confunda: para Morena en Sonora él mismo representa todo contra lo que luchamos y que ya no queremos para Sonora”.

Esa es pues, la respuesta a lo que otros consideraron una conciliadora expresión de un Beltrones pidiendo calma, porque el presidente López Obrador llegó con votos y la vía para desplazarlo del poder, si fuese al caso, son los votos.

Es decir, llamó a lo que viene en 2021 para ver si es cierto que los votantes no quieren un proyecto como el que plantea Andrés Manuel. Si lo quieren, deberán callar los agraviados del proceso en marcha para cambiar las cosas y construir un régimen menos injusto.

También es un “aquí estoy” de Beltrones –como si alguien pudiera decir que no ha estado—rumbo al 21, pero sabe que muchos de sus amigos ya no están, otros ya no lo son y algunos están del otro lado, con opiniones parecidas a la pronunciada por el Salazar antes mencionado, que puede ser la misma de Alfonso Durazo, a quien hoy el péndulo del poder lo tiene en la cima.

El multipartidismo de Beltrones hace pensar que el sonorense hoy en la banca –es un decir—mantendrá influencia en cuanto ocurra antes y después de la elección. No pelea, pero hace jaras, decían los viejos jefes apaches, y eso hará no para meterse en la grilla, sino para que no lo saquen.

De entrada, ya modifica el plan inicial de Dante Delgado en Sonora, donde busca una estrategia tipo Jalisco –Enrique Alfaro ganó la alcaldía de Guadalajara, luego la gubernatura para el MC--, haciendo candidato a Ricardo Bours, quien así ahorraría el esfuerzo que implica volverse candidato independiente.

Es que cobró fuerza la integración de aquel frente amplio ya invocado en este espacio, para unir al PRI con el PAN, PRD, los obvios buscacolumpios PVEM y PT, más los que queden huérfanos, pero invitaron a Movimiento Ciudadano. Eso sacudiría al cajemense que lleva mucha delantera en su campaña rumbo a la silla estatal.

Pero es absurdo pensar que así detienen a Ricardo Bours y su plan independiente. Si algo le incomodara de ese incomodo proceso fuera de siglas, aplicaría su plan B --¿O sería el A?--, de aliarse al preferido de las mayorías sonorenses, el “Borrego” Gándara, y al panista externo Antonio Astiazarán, que también atrae votos, buscando un reparto del pastel que acomodaría cosas y perfilaría el siguiente futuro.

TIROS RÁPIDOS:

1.- Raúl Navarro Gallegos tuvo menú ligero al comparecer ante diputados sonorenses, a quienes debía explicar qué pasó con 520 millones de pesos solicitados por el Gobierno del estado para enfrentar la pandemia de Covid-19.

En ese día de campo aclaró el secretario de Hacienda que las finanzas en el Gobierno de Claudia Pavlovich se cuidan con riguroso celo, lo cual se reconoce en todo el país. Luego, que la cifra era parte de un crédito mayor etiquetada para infraestructura hospitalaria, pero al no haber obras, el dinero no se ha dispuesto, así que no se puede perder. Y se acabaron suspicacias.

2.- Heriberto Aguilar Castillo coordinó reunión virtual con funcionarios nacionales de Comisión Federal de Electricidad y diputados federales de Morena Sonora.

El legislador por el 04 Distrito dice que uno de los temas tratados fue la solicitud para electrificar y promover su desarrollo, de comunidades rurales como La Manga, en Guaymas; Moctezuma, Nacozari; y Mesa de Tres ríos (Nácori Chico); y que “en los siguientes días, CFE presentará y haremos públicos los proyectos aprobados. Nos adelantan buenas noticias”.

Lo aplaudo. El representante guaymense hace honor a su oferta de “luchar por un desarrollo con justicia por la prosperidad, en principio por los que menos tienen”, y eso es noble.

3.- La pasada semana otra vez Guaymas estaba en el plano nacional, para mal.

Profeco dijo que la gasolina más cara se vende aquí. Usted decide entonces, si sigue comprando a la empresa que eran gasolineras Delicias, de la familia Iberri Márquez, luego de los Iberri Sandoval, antes de arrendárselas a un consorcio tijuanense que las rebautizó como ARCO.

Recordé cuando José Ramón Uribe, quien emprendió el viaje eterno hace unas semanas, me decía que la gasolina la encarece el costo de almacenaje en las instalaciones portuarias de Pemex, y sigue vigente su pregunta: ¿Por qué si de aquí se envía a todo Sonora, aquí es más cara? Algunos no quieren que se develen esos misterios.

De salida: Los agrotitanes de Obregón aceptan que Guaymas tiene derecho a 25 millones de metros cúbicos de agua de la Cuenca de San Marcial-Mátape, pero –increíble ¿no?—nadie la reclama, por eso la Comisión Nacional del Agua no se la da pese a tanta escasez.

Estas líneas...

+ Sal a trabajar, si no, resguárdate; menos movilidad reduce riesgo; desgracias en Guaymas, como plaga bíblica; mujeres violentadas, ahora amenazadas; el “quiebre” de Guaymas se refleja en los resultados electorales; en la “Guerra del agua”, a Guaymas le escamotean 25MM3


GUAYMAS, Son.- Raúl, el sobrino que todos quieren en la familia, enfermó.

Pronto se supo, era de coronavirus y la familia se alarmó, tanto como se alegró cuando una semana después de su estado crítico, el médico confirmó que había superado la crisis. Con los cuidados debidos, ya está de regreso.

Igual ocurrió con Jesús, a quien admiramos por su bonhomía, capacidad de trabajo y conocimiento profesional. Y primero Dios, su fuerza y juventud sacó adelante a mi hija mayor y su familia luego de sintomática leve.

Por desgracia no fue así con el primo Javier; o con Ramón, hijo de mi estimado amigo homónimo a quien le envío un abrazo solidario; o con la agente de la Policía Municipal, el médico legista. Y la lista crece. El COVID-19, lo he repetido, llegó y golpea tan duro, que hizo enfermar hasta al encargado de cuidar que no enfermemos.

Por eso, es hora de poner atención a lo que dice la autoridad. Si el ciudadano cree que la alcaldesa, el secretario de Salud o la gobernadora se equivocan al advertir la letalidad del virus, debe cambiar su mente. El virus mata o hace pasar grandes tormentos al contagiado.

Todos los países enfrentan lo mismo. Su gente también ha sido escéptica y protesta medidas que a la larga, confirman ser buenas y deben aplicarse para reducir contagios. Es como una balacera: mientras dure, todos pecho a tierra, sin esperar que la autoridad lo ordene. O es peor, pues exige mucho más tiempo para levantarnos.

Estados Unidos nos cerró la frontera. Ahora nosotros se la cerramos si el viajero no viene por actividad esencial. No es pleito, es una medida sanitaria obligada.

Y en este suelo, Sonora aplica el “filtrado” para frenar a quienes van de paseo. Creo que apelar a la ley para demostrar agravio porque violan nuestros derechos de libre tránsito, es ocioso. Hace tiempo nos quejamos de eso y miren ahora las disparadas cifras. Ojalá haya criterio suficiente para diferenciar la movilidad ociosa de aquella que, necesarísima, apoya a la tarea económica.

Entendamos: si uno puede quedarse en casa, quédese. Quien deba salir obligado por la necesidad, salga. Sin nosotros, habrá menos movilidad y menos riesgo de contagio.

TIROS RÁPIDOS:

1.- No hay organismos que midan resultados de la calamidad, pero decenas de pequeños y micro negocios han cerrado.

La industria maquiladora perdió dos naves industriales donde capital estadounidense y europeo mantenían 800 empleos que hoy se deduce, se perdieron también. Tardaría un año volver a edificarlas, reinstalar equipo y gente.

Luego, la empresa Selecta de la familia Luebbert, perdió un barco que zozobró cuando terminaba su extracción de sardina; cinco días después, ardió un segundo buque también al finalizar captura, así que dos barcos y más de 400 toneladas de sardina rindieron tributo al mar.

El efecto alcanzó a las plantas de proceso que sin ese tonelaje, debieron reducir corte y empaque. Eso son cientos de empleos.

Algo estamos haciendo mal, que parecemos enfrentar las plagas bíblicas.

Jorge Vidal tiene mucho trabajo por hacer. El secretario de economía de Sonora choca con un gran freno a la inversión, el empleo y ocupa imponer su capacidad y experiencia.

P.D: En Baja California Sur, dentro del golfo, pescadores se quejaban de la intrusión de sardineros guaymenses y amenazaron con incendiar barcos. Y en Guaymas, no se sabe qué quemó las plantas maquiladoras en el parque Roca Fuerte, porque no hay peritos para dictaminar qué inició y propagó el fuego.

2.- La información es conocimiento. En política, dicen que quien la tiene, gana.

Pero también es peligrosa y lo demuestra el proyecto de mujeres víctimas de violencia que, al ver ausente a la justicia, crearon una página virtual de denuncia contra quienes las atacan.

No duró el proyecto. Al tercer día salió del cibermundo. Mensajes de sus autoras decían por qué: las amenazaron, incluso con matarlas, y prefirieron no arriesgar a quienes buscan explicar su dolor e impotencia.

Me dijeron que la Fiscalía estatal de Claudia Indira Contreras ya investiga el tema. Eso es bueno, porque en el nivel doméstico, el agente del Ministerio Público no puede. Está muy, digamos, restringido.

3.- A un año del proceso electoral para elegir representantes en Sonora, ya se alborota la gente.

Se atacan unos a otros que se dicen militantes de siglas y se agreden criticando al adversario.

El punto es que esos políticos, en su mayoría, es gente que salta de sigla en sigla y sobresalen como los más críticos.

Hace unos días en charla con el analista e historiador Bulmaro Pacheco, político consistente además, coincidimos en el daño que las diferencias políticas han hecho a este puerto de tantos potenciales desaprovechados. Hicimos un ejercicio y la conclusión es que la gente está desorientada porque carece de liderazgo.

Él mencionó “quiebre”. Sí, lo hay. Y el daño político y social se refleja en la alternancia de siglas gobernando. Así han resultado las elecciones desde 1991, cuando comenzó otra de las etapas difíciles que ha vivido “el puerto de puertos”, como le llamó don Francisco de Ulloa al navegar hace casi cinco siglos por su hermosa y bien protegida bahía:

1991: PAN; 1994, PRI; 1997, PRD; 2000, PAN; 2003, PRI; 2006, PRI; 2009, PAN; 2012, PRI; 2015, PAN; 2018, PT-Morena.

El reto es que, en 2021, tengamos ese líder que falta, no alguien sentado en una silla, sin proyecto, sin capacidad de gestión. El líder está en la calle, en el campo, en la fábrica, viendo por los demás. Los hay, dejémoslos brotar y desarrollarse.

Es que la ambición por el poder ya comenzó a reflejarse. Mire usted, ya hay encuestas sobre posibles candidatos y las primeras, inductoras, dieron risa. Y la risa ante tantos problemas, estimado lector, es algo serio.

De salida: viene otra “Guerra del agua” entre Hermosillo y Ciudad Obregón y los presuntos dueños volverán a darle uso político. Guaymas, solo mirará, ajeno a su reparto, pese a que anualmente le escamotean 25 millones de metros cúbicos o más, por eso tanta escasez en esta región.