+ El Mirador de El centinela promoverá desarrollo en zonas populares; pero que lo anuncie un diputado, hace enojar a la alcaldesa; despidos, por futura competencia electoral; el Ayuntamiento, entre deserciones y renuncias; Aguilar: habrá buen presupuesto federal y llegará a la gente; a la riña por el agua, se suma otro ejido; “El Borrego” también triunfa en Cajeme
GUAYMAS, Son.- Rara vez un diputado anuncia obras y menos con un fondo visionario como la iniciada tras exitosa gestión, por Rodolfo Lizárraga.
El Mirador de la colonia El Centinela inició en los linderos del popular asentamiento, desde donde se capta impresionante vista del Mar de Cortez.
Por qué no aprovechar esos espacios como hace todo mundo, por qué no aquí, en su barrio, para su gente, pensó el diputado local. Así lo expuso al confirmar la primera etapa de 7.2 millones de pesos que fiscaliza el Estado.
Rechaza la crítica natural de ser una obra que sucumbirá ante el vandalismo, pues “tengo 35 años viviendo aquí y hemos demostrado, todos nosotros, que podemos convivir y cuidarnos”.
Cierto, no se ha ido de su barrio a buscar una colonia de más nivel. Quiere traer mejor nivel a El Centinela; y este mirador, promesa de campaña, es su primer paso.
Eso sí, el diputado hizo enojar –otra vez-- a la alcaldesa Sara Valle por dos cosas: logró el mirador y, en el inicio de obra, tuvo a Yadira Cota en primera fila.
Es que Sara no tiene obra resaltante, reprobada como está en eso y, por otra parte, recién corrió a Yadira de la Dirección de Economía y turismo “por pérdida de confianza”. Imagínese si el pueblo hiciera valer ese razonamiento en sus representantes impuestos por la manipulación electoral.
Lo de Yadira no tiene desperdicio: contra viento y marea promovió la economía y el turismo, pero pronto la “consejería” de doña Sara le advirtió que la mujer buscaba reflectores y en 2021 sería su rival (no les digo, pues, esa enfermedad electoral tan dañina), marcando el destino de la ahora despedida dama.
Ya los había molestado cuando Yadira dio “like” en un portal “enemigo” y opinó que no debieron dejar ir a un hombre valioso como el médico Luis Gaxiola, quien renunció a la Oficialía Mayor cuando rechazó olvidar la prédica de la 4T de no robar, no mentir, no traicionar. Quiso convencer a la intermediaria del poder real, la tesorera Célida Botello --todo un caso para la Contraloría y el ISAF—de que ahora todo debe ser diferente, pero topó con pared.
Yadira fortaleció el argumento de su despido al salir del país para pelear por su hijo. Los del hablar dulce al oído de la alcaldesa, la acusaron de irresponsable. Ni por ser mujer, ni por el acto de humanidad que representaba su ausencia, tuvo apoyo, en total incongruencia de doña Sara entre lo que dice y lo que hace.
Así que, la riña con Rodolfo y su golpe a Yadira por creerla competencia para su reelección, son otra gota al vaso de agua. Miren:
Por lo que usted quiera, el Cabildo está dividido y hay kilos de demandas contra funcionarios por violar la ley. La alcaldesa voltea para otro lado.
Esos funcionarios sienten pasos en la azotea por el cínico actuar de la tesorera Célida y socios que fugan dinero a través de sus prestanombres, pero deben dinerales a los demás proveedores.
Los “buenos” prefieren irse, muchos renunciaron ya desde que el jefe de la Policía fue rescatado y lo hicieron contralor, más tarde ultimado a balazos en el centro de la ciudad.
Se han ido el contralor inicial, el segundo jefe de la Policía, la directora de Pesca, el Indigenista, el oficial mayor, el tesorero --y presunto “aviador”--, el de Asuntos de Gobierno, la subtesorera, el de Informática, Control Urbano –dos veces--, el jurídico –sigue en nómina--, Economía, Salud y hasta la examiguísima Marisela Zataráin, quien dejó sin barrer y a oscuras la ciudad –así la encontró--, pero no quiso enlodarse más con el “proyecto” de presupuesto de 2020. Irse, dicen, fue lo mejor que pudo hacer como funcionaria.
Hay más, pues en mandos menores se sacudió toda la nómina para colocar a amigos y parientes, pero no procede ninguna demanda ante instancias como Contraloría local, que es juez y parte; ante la estatal de Miguel “El Ronco” Murillo, o el ISAF. Por algo ¿No?
Así las cosas en la 4T “Made in China” de Guaymas.
Pero el mirador de Rodolfo ya arrancó, dará dinamismo al sur de la ciudad y eventualmente se sumará al corredor playero en proyecto hasta San Carlos. Malo que seguirán las bajas, como seguirá el trabajo sobre la marcha en la comuna, ausente de proyecto, en perjuicio de la ciudad, que ya lo refleja.
TIROS RÁPIDOS:
1.- Habló el diputado federal Heriberto Aguilar Castillo, de modificaciones constitucionales y del próximo presupuesto federal, que traería cosas buenas y con un diseño tal que llegará a quienes va dirigido, alejando cualquier viso de corrupción, principal reto de la 4T.
Este fin de semana, el legislador presenció el desfile revolucionario y se dio tiempo para visitar varios de los muchos –41-- municipios del extendido Distrito que representa.
2.- Llueve y llovizna en San José de Guaymas.
A la demanda de amparo que detuvo obras de la Comisión Estatal del Agua destinadas a apoyar el turismo en San Carlos, se sumará otra, la del ejido vecino, Adolfo de la Huerta, por uso de suelos y afectación del acuífero. Tampoco les cumplieron, pues.
Tanto respaldo había. Ahora medio acueducto comenzará a romperse bajo tierra y un acuífero perforado “fuga” agua hacia profundidades mayores.
3.- TIROS EN RÁFAGA:
A) En Cajeme, repitió éxito el “Borrego” Ernesto Gándara, como en Guaymas. Confirmó que sería un magnífico candidato, si tuviese buen partido.
B) Lola del Río, exalcaldesa de Hermosillo, pica piedra en el sur de Sonora. En Guaymas y Empalme perdió a su bujía, Marcos Ulloa, por eso no se nota tanto cuando viene.
C) El presupuesto federal sigue en chino para Sonora y están en riesgo obras como esa del nuevo hospital en Hermosillo, que tanto esfuerzo costó conseguir. O el fomento a la pesca y el turismo en esta zona, donde urgen obras camineras como los 20 kilómetros de Ortiz a la ruta a Chihuahua.
Para 2021 viene prometedor, a partir del nuevo Hospital General de Zona del IMSS, que sustituirá al vetusto edificio de la avenida 6. La duda es 2020.