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Agustin Rodriguez

Estas líneas...

+ Mexcobre podría no superar la prueba del ácido; pero a la bahía le hace falta limpieza general; el hospital en la mira de Contraloría… a ver; Gines Valentín, rostro del pretendido nuevo PRI; Villegas va de nuevo por el PAN


GUAYMAS, Son.- Si fueron 3 mil litros o no, de ácido sulfúrico vertido a la bahía, para efectos prácticos no es relevante.

Lo que destaca en el incidente de los depósitos de Mexicana de Cobre frente a la bahía, es el rechazo hacia la firma propiedad de Grupo México, de Germán Larrea. Se le fueron a la yugular al segundo hombre más rico del país y Guaymas mostró dos casos distintos del vertido, producto de un descuido momentáneo, o a la hora del mantenimiento a instalaciones.

Imposible saber si la minera mintió en la cifra del vertido en la bahía desde la terminal donde es común albergar cerca de 20 mil metros cúbicos del químico.

Alguna vez un funcionario portuario me habló de lo importante que era la llegada de Mexcobre, a mitad de los 90. Pero le advertí: “si hay un derrame, desaparecerá Guaymas”.

“No”, atajó. Y con mirada expresiva, me aclaró: “si se tira todo ese ácido, la bahía quedará tan limpia como nunca”.

Extremo, pero cierto. Hay mucha basura y los intentos de limpiarla han sido insuficientes, pues la industria sardinera se llevó al parque pesquero, pero sus arrojos minimizados en la cifra oficial, persisten; retiraron descargas de drenaje sanitario, pero el problema volvió; astilleros “rasquetean” y pintan barcos, dejando óxido metálico, plomo, solventes, etc.

No se puede centrar toda la preocupación en 3 mil litros de ácido, suponiendo que no hayan sido 30 mil, o más.

Y no es ejemplar la respuesta social de Mexcobre hacia los guaymenses. Nos “tira con algo”, pero no como debiera ser; nada raro, tomando en cuenta que en el resto de Sonora, Larrea tiene una devastación inocultable y no refleja arrepentimiento.

Pero ya vienen quienes podrían pararlo. Y el problema no es una multa. Grupo México sufre donde más le duele: sus finanzas. Perdió unos 17 mil millones de pesos en valor de mercado, tras el derrame de ácido sulfúrico en el mar, según indica esta nota:

“La empresa de Germán Larrea perdió 4.41% en su valor de mercado desde que reportó el derrame de ácido sulfúrico en su terminal marítima de Guaymas (el martes 9).

El 10 de julio, cuando la empresa dio a conocer el incidente, su valor de mercado era de 383 mil 333 millones de pesos, mientras que al cierre de este lunes (15) fue de 366 mil 439”.

Si no se hubiera grabado el incidente, no habría pasado nada. Pero se grabó, sobrevino el enojo y hasta se exigió retirar la concesión minera a Larrea. Lo de la bahía no es causal para eso, pero los incidentes acumulados, sí (22 en dos décadas, calificados como desastres ecológicos).

El presidente López Obrador fue claro al afirmar que se aplicará la ley, lo cual hace ver un fondo que ya vio Larrea: el primer mandatario sigue viéndolo como uno de los miembros de la “mafia del poder” que le hicieron ver su suerte en sus campañas; y Napoleón Gómez Urrutia, a quien le arrebató el negocio minero y exiliaron a Canadá, volvió por la puerta grande con sed de venganza.

En la bahía al parecer ya no hay rastros de ácido, pero las instancias debidas hacen su tarea, la Secretaría de Marina, la Profepa y la Semarnat, tardas en reaccionar, pero fueron empujados por una sociedad ya hastiada del desorden y la falta de respeto a la ley.

Larrea podría estar viendo su ocaso en el firmamento empresarial, donde es un gigante, pero no por hacer empresa ejemplar. El rumor dice que lo es por su cercanía con gobiernos y sus prácticas muy remunerativas, pero lesivas a la sociedad.

En cuanto al resto de la basura que daña a la bahía –drenaje sanitario, arrojos de la industria pesquera, etc.--, es asignatura pendiente de las autoridades ambientales.

PD: La madrugada de sábado llegó personal de la Profepa y colocó sellos de clausura en la planta de ácido sulfúrico de MexCobre. No les preocupa, pues el ácido se moverá de nuevo hasta mitad de agosto y, para entonces, esperan haber pasado la prueba “del ácido”.

TIROS RÁPIDOS

1.- Contraloría estatal observa al Hospital General de Guaymas y dispondría acciones para que la atención a la gente se cumpla al margen del interés personal, como sucede hoy que sus directivos lo usan como negocio privado y para colocar amigos y parientes, burlándose del somnoliento titular de la Jurisdicción 4, el añejo operador priísta Antonio Alvídrez, quien nunca reaccionó ante tanta denuncia de lo que ocurre dentro de esa institución.

Si la Contraloría del “El ronco” Miguel Ángel Murillo quiere realmente limpiar ese ambiente, debe fijarse muy bien a quien “heredan” esas posiciones, pues una facción de los “dueños” de Guaymas que radican en Hermosillo quiere seguir haciendo de las suyas.

2.- El PRI, irreconocible: le dije a Ernesto “El pato” de Lucas, presidente estatal, que la “Corriente crítica” del partido le tundió por entregarse a empresarios y volverlo negocio de unos cuantos.

Preparé una secuencia de preguntas al pedirle su opinión: “Tiene toda la razón”, me contestó.

¡Bolas! Debí volver a comenzar.

Luego, el PRI que destrozaron los Claussen en el puerto cuando gobernaron con el saqueo que nos vendió en canal a la usura bancaria, hoy acéfalo, trabaja y plantea nueva imagen, como la descrita por el “Pato”, donde el buen papel lo hace Gines Valentín Rodríguez.

Del muchacho se dicen cosas buenas, una de ellas, que su figura no concuerda con lo que hizo el PRI hasta ahora, pero la respuesta del joven ingeniero y constructor, secretario general y en breve presidente por prelación, es que “no son las siglas, es el hombre el que obra mal, así que siempre habrá oportunidad de limpiar al partido y demostrar lo que podemos hacer con él”, y llama a confiar en los priístas de veras y a hacer a un lado a los que hicieron el daño.

3.- El PAN también da señales de vida, pero no por actividad de su presidente, Santiago Samaniego Rebollo, sino por el expriísta, expanista y ahora expetista, Manuel Villegas, quien busca colocar una dirigencia que dinamice las sigla para trabajar hacia el 2021.

Ya se lo quitó una vez a Santiago, así que ya sabe el camino.

Estas líneas...

+ Navarro, no García, Víctor; se llenó la nómina con gente del “Peñasco Group”; que los notarios están involucrados: que absurdo; 12 huerteros de San José quiere frenar el desarrollo de Guaymas; el Dr. Benítez hunde al Hospital General; Sara hará el Festival del Mar Bermejo

 

GUAYMAS, Son.- Interesante llamada telefónica recibió días atrás el comentarista de radio Joel Mendoza, cuando exponía su opinión sobre la corrupción que varios sujetos implantan en la operación con los bienes municipales y las transacciones de ciudadanos, sobre todo en Tesorería y oficina del Catastro.

Hay más del tema en la Policía Municipal, pero eso es otra historia y aún se espera resultado de denuncias penales pendientes.

La llamada era del activista Víctor Parra, regidor panista en el pasado, perredista luego, crítico hoy de la podredumbre en la esfera oficial municipal. Planteó, Víctor, la suciedad administrativa que carcome paredes en Catastro, no percibida por Jorge Villa Flores, el director, porque está en su ambiente.

Al principio no supo este columnista quien era Jorge Villa, pues lo vi cuando joven y con bigote, como aparece en la ficha policíaca divulgada cuando era buscado por pecados de juventud ya pagados, o no estuviera en esa oficina, dicen mis amigos, “como el ratón cuidando el queso”.

Víctor hablaba, certero, del lado oscuro de la comuna, pero tuvo un error: la suma de todos los males no debe atribuirla --al menos ya no--, al experto fiscalista y asesor brillante cuando se trata de cuidar el patrimonio, Jesús García.

Al capaz profesional a quien llaman –por algo— el “Chuy” Pesado, le queda bien eso de “crea fama y échate a dormir”, pues le siguen endilgando etiquetas hoy ajenas.

Miren: el nuevo autor de esas “asesorías” rediseñadas hoy como estrategia del saqueo, es un ex funcionario de Catastro en la época de Cesar Lizárraga, Alberto Navarro, parte del clan que manda por un tubo a la gente de Palacio.

Navarro “solo” es asesor de Célida Botello, la tesorera. Colocó gente en puestos clave, caso de “El armandito”, Armando Escalante, director de Egresos, para que pague rápido y sin preguntas, cuanta factura le envíe el “Rocky Point Group”.

Hizo igual con el director de Cobranza y de Ingresos, y eso fue para dar gusto a Santiago Luna, el grillo de la vieja ola ceuista y parte de quienes hundieron a Sara Valle con el tobogán de 1999.

En Catastro también apareció para rondar cual fantasma, pero con oído –y bolsillo—muy abierto, Jesús Zaratustra Mora –si, así se llama--, cuñado de doña Célida, asesor externo porque no lo pudieron meter a la nómina, pues ya reventaba aquello del nepotismo, característica del trienio actual. Su muy bien pagada –con dinero público-- función es de “lleva y trae”.

El director de ingresos, Rigoberto García Coronado, viene de Hermosillo, invitado por Jorge Villa, quien le puso oficina en Catastro y lo invitó a vivir juntos, sabe por qué.

Y así ha ido quedando el grupo que fácilmente provocaría abrir varias carpetas de investigación por cosas como hacer licitaciones para que las ganen sus propias empresas, o asociadas.

Es el caso de una convocatoria publicada en el diario Expreso, para interesados en crear el software de criterios para cobrar impuestos y traslados por bienes inmuebles. Llegaron varias empresas y nadie tenía información. Obvio, debía ganar la de Navarro –la que dijo Santiago Luna—y cobrar algo así como 10 millones de pesos.

El trabajo era crear el nuevo programa, pero al no saber cómo, solo vaciarán lo que ya hay en los sistemas de la oficina de Ingresos y de Catastro y listo. El “Armandito” no preguntará nada cuando haga el cheque.

Olvidó, o le vale, Navarro, decir que la Ley Municipal exige formar un Consejo Catastral que incluya a la autoridad municipal, representantes de notarios, personas y empresas del sector inmobiliario y, por supuesto, regidores. Sin el consejo, todo es ilegal.

Para el titular de Catastro, eso no es problema, pues a su juicio, los notarios “por aquí tienen que pasar”, según su expresión. Guaymas debe preocuparse, pues la alusión es que respetables fedatarios nuestros que en la honestidad tienen la credibilidad y la confianza ciudadana, estarían mezclándose en estas leperadas, según la óptica del “señor de la ficha”.

Es decir, que hacen cosas chuecas en papeles oficiales, vía el “dame tanto o no pasan”, personas de tanto aprecio, tanto prestigio ganado por décadas, como doña Susana Gazcón, Ramón de León García, Alfredo Ortega Jiménez o Arnulfo Salas Castro, por citar algunos de estos personajes que protegen el patrimonio de la sociedad. Y ellos que “se arreglen” con los dueños de predios y edificios.

Increíble ¿no?

Al menos yo, no los concibo, ni por mucho, junto a los “dueños” de Tesorería y Catastro, ni en esas oficinas carcomidas por ese gran efecto de la polución mezclada de eminencias grises, cada vez más refinada, para llevarse el recurso público.

La historia no termina, pero el espacio es corto.

TIROS RÁPIDOS

1.- El ejido San José de Guaymas con el arribo de la mancha urbana, es una mina de oro. Todos quieren vender suelo y repartirse el dinero.

Pero ahora, una docena de dueños de huertas citrícolas, conocidos ciudadanos, quieren evitar que el Estado traiga agua para cubrir la necesidad elemental de la gente y un derecho humano para desarrollo de un pueblo. Exigen que el agua siga regando sus arbolitos. Huele a chantaje.

Está a prueba Sergio Avila Ceceña, director de Comisión Estatal del Agua, pero perderá. Su actuar como funcionario no es una lección de moral y no puede exigir al ejido ceder por el interés común.

Urge la mano izquierda y la enorme capacidad negociadora de doña Claudia Pavlovich.

2.- No paran las quejas contra el Hospital General de Guaymas. Ahora exhiben el mal estado de ambulancias, ausencia de recursos que se supone, son etiquetados para sus tareas; falta de medicinas, falta de personal y el que hay tiene dos, tres chambas. Se les está cayendo encima.

El director-comerciante que explota el nosocomio, Jesús Benítez, no hace por mejorar –no le conviene—y ya comenzó a echar culpas hacia arriba. Quizá se refiera al secretario, “el doctor” Enrique Claussen, cuya huella en el servicio público tiene esos visos.

Ah, a propósito del sector Salud, en agosto cerraría el modulo del Isssteson de Empalme. El derechohabiente deberá ir hasta Guaymas hasta para ponerse una inyección. Este es un trabajo para el “Pantico” Genestas, el alcalde ¿quién más verá por esa castigada plaza?

3.- El desorden en el mando municipal y la violencia que nos tiene como rehenes, no evitó que la alcaldía organizara las Fiestas del Mar Bermejo, donde el arte y la cultura ayudan a sostener la identidad guaymense, al recordar cómo nuestros antepasados defendieron el suelo que nos legaron, cuando el filibustero francés intentó apropiarse de nuestros recursos para llevarlo a otras tierras.

Eso alienta a seguir adelante.

Estas líneas...

+ Las casetas de Sara, un sueño que terminó a balazos; se va un buen jefe policíaco, llega uno “duro”; el tufo de la corrupción en Tesorería y Catastro; aviadores y ¿negligencia criminal? en hospital; antes se cuestionaba la hombría con 4 letras, hoy en extendidos videos

 

GUAYMAS, Son.- El principal logro de Sara Valle en su media administración 21 años atrás, dijo entonces y lo repitió en su campaña de 2018, fue la seguridad pública.

Lo atribuyó a casetas policíacas en barrios, desde donde los agentes ponían en paz a rijosos o maleantes que afectaban la moral y las buenas costumbres, como reza el Bando de Policía y Buen Gobierno, suponiendo que esta figura legal persista.

Muchos no creímos ni entonces ni hoy, ese pregón de que éramos municipio más seguro de Sonora. Varios alcaldes presumían lo mismo.

El fin de semana fue pulverizado el sueño de doña Sara, de que esas casetas en los barrios eran la panacea contra el delito: metralla pesada --cerca de 50 impactos—llovió sobre la comandancia Oriente. El instintivo “pecho a tierra” del solitario vigilante, impidió que lo convirtieran en una especie de queso gruyere.

Luego, la muerte de policías hasta sumar 9 en el trienio actual, confirma el desfase de quien planteó cosas para devolver al ciudadano la tranquilidad perdida.

Es otro mundo y no se daban cuenta. El país todo tiene el problema y hoy es mayor ante el arribo de improvisados que no combaten el nefasto ejemplo dejado por partidos dedicados al saqueo ambicioso de los recursos públicos y al fomento de la impunidad, al contrario, se sumaron a ello.

Guaymas cobra celebridad global por su violencia sin muros que la atajen. Hasta a quien fuera mano derecha de la alcaldesa le pasaron fatal factura, pese a que lo refugió en la Contraloría del Municipio cuando tuvo que dejar la jefatura policíaca al perder cinco agentes en un espantoso mensaje de las fuerzas oscuras, que hoy se dice “fue para Juan, para que lo sepas Pancho”.

Y seguirán, dicen ominosos anónimos aparecidos, así que 14 agentes han renunciado y por hacerlo están una veintena más.

Silvestre Armenta, titular policíaco interino desde hace meses, tramita su jubilación tras 30 años de servicio. Es un buen hombre, un policía a la Sérpico, y quiere terminar así su carrera, antes de que lo tiente el diablo… o peor.

Falta ver qué armas porta el nuevo jefe policíaco, policía que forma parte del GP (Grupo Peñasco), como se identifica a los sujetos enviados para apoderarse de Guaymas y sus recursos, mientras conservan el poder tomado bajo el ¿inocente? manto de Andrés Manuel López obrador.

Luis Manuel Lugo Durón fue elegido Comisario de Seguridad Pública previa renuncia de don Silvestre. La alcaldesa presentó una terna con Durón y dos “juanitos”, así que no hubo problemas.

Procede de la famosa “Rocky Point” de Kiko Munro –el alcalde peñasquense que tiene posibilidades estatales--, donde maneja bienes raíces, hoteles y restaurantes. Como policía entiende el idioma de “los malos” y por eso fue jefe estatal en el padresismo.

Podríamos pensar que así no se vale, que mejor se dedique a lo suyo, pero la reflexión lleva a considerar si no es la mejor arma contra la violencia que padecemos. Ya ve, un policía bueno, forjado en el ambiente, no fue solución. Un “duro”, quizá sí.

Si reduce la violencia y detiene la matanza de nuestros policías, creo que no se valdría exigirle más. Al revés, le vamos a deber.

TIROS RÁPIDOS

1.- Célida Botello le juega contras a la alcaldesa Sara Valle, quien agrega esa insurrección a sus mil problemas.

Pero el síndico municipal, Martín Ruelas, la hace fuerte y como responsable jurídico de la comuna, detendrá cosas que sugieren corrupción en las instancias administrativas.

No solo definirá para quién trabaja doña Célida (ya se sabe, para el Grupo Peñasco, con asiento en Hermosillo), sino qué hace con el dinero público. Lo hará con revisiones y auditorías analíticas, no esas “patito” que solo ayudan a tapar leperadas.

También verán cuantos familiares tiene la tesorera en nómina, trabajen o no, y por qué dejan “suelto” al director de Catastro, Jorge Villa Flores, a quien no revisaron su negativo antecedente en comprometedores archivos.

Villa sería algo así como el ratón cuidando el queso. Todavía no le entiende al papeleo que pone orden en las operaciones de suelos y edificaciones guaymenses, pero ya tiene tarifas para que “no se retarden” trámites demandados por la gente, al más puro y cínico estilo de “el que no tranza no avanza”.

¿Ven pues, por qué se dice que la prédica de la 4T, que en la honestidad basa su existencia, es mentira?

Es decir, Tesorería y Catastro, serían los principales focos de corrupción, ajenos a la señora alcalde, quien ocupada como está en tanto problema heredado o propio, apenas comienza a detectar la traición de quienes se supone, venían a ayudarle.

De pilón, la intriga palaciega cita que los jefes de esas oficinas tienen a los mismos asesores de hace dos trienios, para hacer operaciones como pagar comisión por “cobranza externa”, arrendamientos puros, luminarias, “limpieza” contable, facturación no fiscalizable, etc. Suerte don Martín.

2.- Alguien debería confirmar si uno de los muchos baleados llevados al Hospital General de Guaymas, dejó de existir por falta de atención médica.

Hay bases para considerar negligencia del director, Jesús Benítez, más preocupado el señor en hacer negocios con cargo al Hospital –dicen que hasta cirugía estética ofrece “por las tardes”, aunque no esté en la lista del Seguro Popular--, que por resolver pleitos con sus colegas hermosillenses derivados de su robusto ego, que ya resultaría criminal por acaparar chambas que no puede atender en ese hospital, en el IMSS e ISSSTESON al mismo tiempo.

¿Y cuándo duerme? pregunta todo mundo. Cuando le da la gana. Solo pone sus aviones en piloto automático.

3.- El diputado local por Guaymas, Rodolfo Lizárraga, ocupa titulares nacionales al subir a redes un video donde reconoce sus preferencias sexuales diferentes e invita a un comunicador a reconocerse como él.

Es que, afirma, ese comunicador lo critica porque no es feliz, y no es feliz porque “no se decide”. Qué distinto se riñe ahora en política ¿no?

Estas líneas...

+ Nuevo mensaje de Bours y Astiazarán, con el mismo contenido; alcaldes equivocados sobre el origen de la violencia; San Carlos en proyección nacional; en el proceso del PRI nacional, hasta Beltrones sale raspado


GUAYMAS.- El encuentro del jueves de Ricardo Bours con Antonio Astiazarán ratifica el aprecio mutuo, pero también el mensaje de labor conjunta “para construir algo”.

En medio de la infusión de la semilla del cafeto, confirmaron caminar juntos, hacer diagnósticos y esperar el tiempo de definir acciones sobre el futuro de Sonora a partir del 2021.

Ricardo, el cajemense, se fue del PRI al negársele cargos para servir al Estado y hace poco le pregunté cómo era posible que alguien como él, “de los dueños del PRI”, se dijera frenado. “Pues ya ves…”, su breve respuesta.

Si, ya veo, pensé, queriendo imaginar qué o quién le puso muros. Pronto será candidato independiente por el Gobierno de Sonora.

Astiazarán siempre ha sido cercano a Bours. Se ayudan. El guaymense tuvo ese soporte para ser dos veces diputado federal y en el intermedio, alcalde. Cuando quiso ser senador entendió ese “ya ves…” de Ricardo, por eso también dejó el PRI.

Hace un mes escribí que el proyecto de Ricardo es la gubernatura. Si no se le hace, ayudará a Toño para serlo, pero ese segundo punto sería primera meta.

La charla del jueves los confirma cercanos. En privado charlan con frecuencia, pero hacerlo en público es para dejar mensajes, que serán la historia de lo hecho para llegar a la elección de quien suplirá a la señora Claudia Pavlovich para mantener ese papel que sostiene a Sonora en ruta muy competitiva.

Por otro lado, también mencioné otros aspirantes, que siguen en su intento de probar si pueden con el paquetote, pero empiezan a ver que no.

Miren a Ana Gabriela Guevara, quien ya enfrenta daño en su --hasta entrar en la política-- limpia imagen de deportista de talla mundial, hoy perseguida por la Función Pública al malgastar dinero de la Comisión Nacional del Deporte que ella dirige.

También dije que la exalcaldesa hermosillense y dirigente estatal de Movimiento Ciudadano Dolores del Río es otra promesa al cargo. Pero que me encuentro al exdirigente priísta, luego también de las siglas de Dante Delgado, Marcos Ulloa, y me dice que la hoy diputada se quedó con el partido y lo usa en forma patrimonialista y solo comparte con Carlos León, su antecesor en el Congreso.

Marcos ya se fue del MC y negando el regreso, espeta: “que haga lo que quiera –María Dolores-- con lo que queda del partido”, pero desliza que trabajará “en lo operativo para ayudar a Dante, porque con él es el compromiso”, sin acercarse a doña Lola.

Y así.

TIROS RÁPIDOS

1.- Lamentable la ejecución del abogado y contralor municipal Daniel Morales Pardini.

La forma en que murió discorda con su limpio antecedente. También su ayudante pagó no sé qué, a muy alto precio por lo que haya sido.

Pero las autoridades municipales –lo dicen, y fue torpe, los alcaldes de Cajeme y Guaymas—se equivocan cuando en su impotencia, acusan a medios de comunicación de provocar la violencia.

Debieran precisar cuáles. Generalizar no ayuda y les acarrea más enemigos de los que su falta de capacidad acumula. El problema de la violencia supera por mucho a todos los Ayuntamientos y si tampoco saben eso, el tema es más grave.

Y Sara Valle acusa que medios de comunicación le piden dinero que jamás podrá pagar el más que endeudado Ayuntamiento de Guaymas. Tampoco dice cuáles, pero no importa, ya se sabe. Pero el problema lo creó ella al dejar fluir la versión de que esos medios la hicieron ganar la alcaldía.

No entendía el tamaño del compromiso y hoy lanza el grito desesperado, pues ve que tampoco podría cumplir su promesa ante la sociedad.

2.- San Carlos y el resto de Guaymas es proyectado en el país por Televisa y su programa “Hoy”, que inició grabaciones en el Hotel Marina Terra con un reconocido equipo de presentadores encabezados por Andrea Legarreta.

La dama se ganó el cariño de muchos guaymenses en pocas horas. Desplegó simpatía y, dicho sea de paso, es más bella que la imagen en cámara. Buena noticia confirmar más promoción de este destino turístico.

3.- Elegir dirigente del PRI nacional se complicó y hasta Manlio Fabio Beltrones sale raspado con la renuncia de José Narro, su “gallo”, personaje de prestigio en la intelectualidad, que habría sido expuesto como un “juanito”.

Beltrones manifestó descontento y no acudirá a votar “con ese padrón irregular del que habla la convocatoria”. Deja perplejo a medio mundo.

Al PRI se le han ido grandes figuras y, aunque no renuncia, el golpe de Manlio lo semeja; más porque no le quitan el guante de la cara.

Baste recordar las elecciones de 2016 para saber que priístas emboscados le jugaron contras y eso le reportó malos números. Apenas ganó 5 de 12 estados donde se eligió gobernador. Cumplía 10 meses en el cargo cuando debió dejarlo.

Beltrones defendió su selección de candidatos y que el PRI era el partido que más votos ganaba; también el único que competía con posibilidades de éxito en cada elección y en todos lados, pero advirtió, debía cuidarse de no incurrir en errores de otros partidos con “alianzas oportunistas para alcanzar triunfos electorales a costa de pérdidas ideológicas”.

No le hicieron caso y, ya ve usted cómo les fue en 2018.

Hoy, “ese” PRI quiere imponer al campechano Alejandro Moreno y ya provocó renuncias de José Narro y Beatriz Pagés, dejando una expresión sombría en los priístas: “El PRI se desmorona”.

En Guaymas la gente diría “y a mí ¿qué…?”.

Tendrán razón. Cada día hay menos priísmo por culpa de quienes lo controlan para sus fines materiales desde Hermosillo y eso lo refleja la sede, allí donde nació su fundador Plutarco Elías Calles. Soledad, rejas y candados confirman su situación tras el imparable éxodo.

Estas líneas...

+ Regidores riñen a grito abierto; el manto de la corrupción los arropa, acusan; de lo mismo señalan a funcionario estatal; alcalde de Puerto Peñasco pone ejemplo de gestión; el “Dorado Derby”, un torneo de pesca que atrae turismo; poner orden en la pesca de aguamala, tema que impulsa el diputado federal

 

GUAYMAS.- Antonio Pintor se indignó cuando José Luis Portillo hizo suponer que recibe dinero sucio.

Ambos se beneficiaron del triunfo de López Obrador que canalizó el descontento nacional para ganar la elección de 2018, volviéndose regidores. En nueva sesión del Cabildo, replicaron sesiones previas: acusaciones mil entre quienes dicen defender al pueblo y quienes defienden a la alcaldesa Sara Valle por darles chamba.

Y cero acuerdos. Creo que solo han aprobado, mayoriteo de por medio, anuencias para vender cerveza y contratos con empresas fantasmales que facturan por hacer nada.

El caso es, de nuevo uno de los regidores buenos –de 21, que nos cuestan millones --, el profesor Portillo, les dijo que por favor respeten la ley. Ese es el problema. Les pide por favor en lugar de acudir al Ministerio Público con los pelos en la mano a denunciar cómo se saquea la comuna.

Por cierto, otro eterno gritón es Ernesto Uribe, quien acudió a la sesión con dos ratas de plástico, para dar énfasis a sus interminables acusaciones de corrupción.

Dice Uribe que él sí denuncia, pero quizá expone testimonios documentados o no, ante el Fiscal Anticorrupción, el señor del nombre al revés –como el camino que sigue para castigar corruptos--, Odracir Espinoza. Luego se queja de que no lo pelan o no quieren intervenir.

Uribe no entiende que la FAS difícilmente sabe qué ocurre fuera de Hermosillo, por no decir más.

Si no fuese así, habría castigado ya a funcionarios que, por ejemplo, inducen la proliferación de carros chuecos; o autobuses de pasaje sin placas; o funcionarios del sector salud que trabajan ¡24 horas diarias! como el director del Hospital General de Guaymas, donde sigue la mata dando en eso de hacer negocio particular con el recurso público.

Abundo, pues para el público, ya ven, nunca es suficiente:

El médico Jesús Benítez Núñez cobra –caro, por cierto, bonos y compensación incluida-- en la Secretaría de Salud como director de ese hospital que urge sanear, donde se supone que labora 12 horas diarias.

Pero se pone en duda su honestidad cuando cobra también en el IMSS un cheque federal por “trabajar” lunes, miércoles y viernes de 08:30 de la noche a las 07:20 de la mañana.

Y por si algo falta, el ISSSTESON lo refugia –aquí es donde debe indagarse lo peor de lo que le acusan, para encontrar la obligada carga de la prueba-- como médico general, con horario de 2 de la tarde a 09:30 de la noche. Nunca duerme, pues.

Parafraseando a Derbez: que alguien me explique. En este caso a Odracir; igual al “ronco” de la obregonense colonia Ladrillera de Cajeme, Miguel Ángel Murillo, contralor estatal, pues el sentido común lo dice y la regla operativa lo confirma, el chambeador señor Benítez incumple la compatibilidad de horarios que establece esa contraloría. Le roba al pueblo pues.

Y si usted cree que Sara Valle es dueña de la patente del nepotismo, don Benítez seguidor del juramento de Hipócrates, aprovecha el poder que le confiere su cargo y en el río revuelto dio nombramiento del nivel directivo a su pareja.

Cosas así explican por qué la mapachería priísta lanza tanto obús contra el “Peje” López Obrador. Si los descubren, se supone que se van, pero en este caso son cargos estatales y el dominio de los prociónidos persiste en perjuicio del pueblo, así que debieran comenzar por el IMSS.

Pero estábamos con los regidores que se hacen empleados del alcalde en lugar de servir al pueblo.

Portillo, el regidor bueno, acierta al señalar a varios compañeros como cómplices de lo que se hace con las cuentas municipales, donde persiste la influencia del despedido extesorero Santiago Luna García.

Sugirió que la Comisión de Salud, responsable de autorizar anuencias para vender alcohol, se habría coludido en corrupción. La versión es que los empresarios tenían listo un millón de pesos “para que nada se atore”. Hasta culparon a una funcionaria, audio de por medio, de confirmar ese tema.

Pintor a gritos exigió pruebas y si las hay, de que ha recibido “un solo peso” ilegal, renunciaría de inmediato.

Pronto le recordaron que ser regidor y no darse cuenta de lo que ocurre, sería corrupción, como eso de aprobar todo a cambio de viaticar, obtener empleo para familiares y amigos, etc. Igual le recordaron que él también acusa sin prueba, como hizo durante la protesta de vendedoras yaquis que trabajan por fuera del Mercado Municipal, a quienes intentan retirar del lugar para ayudar a vendedores “saristas”. Las acusó de recibir dinero para agredir a la señora Valle y no aportó las pruebas que ahora exige.

Obviando detalles, me centro en la nueva sesión del Cabildo para confirmar que no tienen remedio. Ese extremo debiera conducir a mejores cosas, pues no hay respeto a la regla y las leyes parecen no contar en las decisiones de la comuna, donde la duda sobre el destino del dinero público es tan grande que ya arropa a la vieja casa de piedra.

TIROS RÁPIDOS

1.- Ernesto Munro López viene el martes a Guaymas. Hablará del Municipio cuyo Ayuntamiento preside, Puerto Peñasco, a partir de sus ventajas para la inversión. “Vende”, el Kiko, su suelo para mantener el crecimiento que le hace sobresalir en el noroeste del país. Eso es bueno, mientras otros Ayuntamientos se envuelven en chismes y hunden más a la gente.

2.- El torneo de pesca “Dorado Derby” llegó exitoso a su edición siete y consolida una meta ideada para lo que ya resulta: atraer turismo y generar beneficios en medio de una convivencia ejemplar.

Por ello el evento tiene apoyo estatal y se hizo parte de la agenda nacional. Y confirma acierto en la planeación de un mejor futuro para San Carlos, por parte de Roberto Lemmenmeyer y aliados.

3.- La pesquería de aguamala es la única que no cuenta con certificación y el diputado federal Heriberto Aguilar Castillo gestiona ante la COFEPRIS un protocolo para alcanzarla.

El 80% de la aguamala que llega a China proviene de Sonora, pero la falta de certificación la abarata, pese a lo cual representa cada temporada unos 750 millones de pesos. Esta semana funcionarios de COFEPRIS visitaron la entidad y confirman que está listo el protocolo para alcanzar el logro “muy pronto”, aseguró Aguilar.