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Estas líneas...

+ Terrorismo no, pero cerca; San Carlos resiente el choque de carteles; policías en conflicto; Sara, comenzar de nuevo

 

GUAYMAS, Son.- Pregunté a un colega conocedor de temas de criminalidad ligada al narco.

Me aclara que no es acto de terrorismo si pasan vehículos a lo largo de una cuadra y sus tripulantes abran fuego con armas automáticas sobre autos y viviendas, sin objetivo específico, sin víctima en la mira.

Una respuesta, me ilustra, puede ser esta: anuncian la presencia de un grupo que viene a reclamar territorio.

Pero, le agrego, hace un mes que matan, secuestran, desaparecen, descuartizan, disparan más que nunca. Se llega al caso de involucrar y comprometer a la Policía Municipal en la desaparición de tres jóvenes turistas del sur de Sonora, al parecer –existe un video que lo sugiere—entregados a civiles armados, que se los llevaron en dos autos encontrados horas después en una ranchería al norte de Guaymas.

“No. Si hay ´narcos´ involucrados, no entra en el esquema”, insiste mi amigo. Olvidemos pues, el terrorismo.

Nos quedamos con la versión de la narcoguerra exacerbada durante julio, que agregó divulgación de amenazas, duros mensajes sobre presuntas acciones contra delincuentes –ley por mano propia—y ataques ni más ni menos que contra la policía. La lista sigue y la ciudad entró en pánico.

Guaymas, como muchos puntos del país, es un frente de guerra. San Carlos es donde más resultados negativos puede haber para la economía por ser época de muchos visitantes, turistas que dejan una importante derrama y que ahora temen verse envueltos en casos como el de los tres jóvenes, pese a que desde el punto de vista policíaco, dicha desaparición merece tratarse aparte, con sospecha pues, pero ese es el riesgo.

Y como si algo faltara, el Departamento de Estado de los Estados Unidos recomendó en portales a la vista en todo el mundo, que sus empleados –no es general, para no agraviar—no viajen por la carretera 15 al sur de Hermosillo y se incluye San Carlos. Algo nunca visto.

Pero no sorprende. El estadounidense de por sí, por quítame estas pajas advierte riesgos mayores a lo que son –el arma es del tamaño del miedo--, pero tenga razón o no, nos golpea. Mea culpa, deberemos decir. Tiroteos y muertes en pleno centro, narcofosas, desapariciones y demás, no son la mejor recomendación para venir a este sitio.

Pero ya responde la Oficina de Convenciones y Visitantes y vale la pena que usted lea completa su exposición, en el documento que publica Muralsonorense.com aquí al lado.

Pero en cuanto a la situación general ¿Qué sigue?

Es terrible que ya el agente policíaco no pueda actuar contra la delincuencia. Que el alcalde mienta y de tanto mentir, ahora se esconda de los ciudadanos. Que el criminal se imponga, la convivencia social desaparezca. Se cansó el puerto de matanzas y desapariciones en cifras muy por encima de las divulgadas por la Secretaría de Seguridad y ocultadas por cuanta policía exista.

Nuestros jóvenes, nuestros hijos están en riesgo. Es hora de hacer algo y debe comenzar la autoridad. Ya. Y no solo rondar en patrullas y helicópteros ni desplazar personal armado, sabiendo que en unos días se irán y todo volverá a ser normal… incluso balaceras y las matanzas.

O ¿ya es muy tarde?

TIROS RÁPIDOS

1.- Sería absurdo entregar un bono como liquidación a los regidores guaymenses, generalmente personal de escasa productividad salvo dos, tres casos, y en medio de una ruina terrible que siempre ha llorado el alcalde Lorenzo De Cima, para justificar su falta de obra y casi nula prestación de servicios.

La sociedad estará alerta, pues son 21 regidores y una docena de funcionarios amigos del alcalde, los que recibirían esos tres meses de premio a ¿qué?

2.- Luis Alejandro “El gato” Bárcenas y Lorenzo De Cima Dworak deben definir su llegada al Cabildo guaymense durante 2018-2021, como lo han hecho Sergio García, de Movimiento Ciudadano; Daniel Cardoso, del Verde Ecologista, y está por confirmar Ernesto Uribe, quien inauguró con el pie derecho la participación independiente en la búsqueda de posiciones electorales.

Se trata de hacer un Cabildo serio, no un grupo chiquillada con talla de primaria, que a poco, se convierte en columna vertebral de lepóridos y no es raro verlos intercambiando su voto por favores materiales, en perjuicio de la comunidad.

Si los candidatos dijeron durante su campaña por la alcaldía que querían servir a Guaymas, allí está la mejor forma de hacerlo.

3.- Sara Valle encuentra reclamos camino a formar su equipo de trabajo. Primero de enemigos del ayer, negados a reconocer que merece otra oportunidad –el voto popular lo confirma--, lo cual en política es difícil. Segundo, por la importación de futuros funcionarios que tanto se le critica a PAN y PRI, por lo depredador que resultan.

Destaca la posibilidad de practicar el nepotismo cuya cúspide sería nombrar al hermosillense Santiago Luna, su cuñado, secretario del Ayuntamiento, como ocurrió en 1997 y terminó en riña a mitad del camino.

No hay información oficial por parte de Sara. Debería haberla, pues ya avanza la transición. A como han estado las cosas con los últimos alcaldes, es imposible pedir a Sara que ella cumpla con todos los pendientes dejados por sus antecesores, incluso el actual, pero las señales son muy importantes para suponer lo que viene.

Batallará, mucho, la señora Valle, pero tiene ante sí una gran oportunidad de demostrar que “el cambio verdadero” promovido por el lopezobradorismo, es la solución al río revuelto en el que políticos y comerciantes amafiados convirtieron a Guaymas, y por eso las ganancias fueron solo para sus pescadores.