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Masacrar familias enteras, práctica del 'narco'

CD. DE MEXICO, 2 de Agosto de 2016.- La nueva práctica de los grupos criminales ligados al narcotráfico es masacrar a familias enteras y la “estrategia” crece, en la lucha por controlar zonas dónde operar.

De acuerdo a fuentes policiacas, la práctica intenta amedrentar a grupos rivales, pero también controlar comunidades en los territorios donde operan, donde se implanta el terror como estrategia que les ha resultado “muy útil”, según divulga BBC Mundo en un documental donde resalta ilustraciones del analista de seguridad Alejandro Hope.

"Los actos de brutalidad extrema, entre ellos eliminar familias enteras tienen una lógica", dice Hope al señalar que "infunden terror en los rivales, se intimida a la población civil, se genera pánico en las autoridades" y se ha terminado con la regla respetadas hasta hace unas décadas entre narcotraficantes: no involucrar a familias en las disputas.

Al hablar del problema en México, menciona que después de que en 2006 el expresidente Felipe Calderón empezó la guerra contra los carteles, la situación cambió y se modificaron escenarios. Agrega el prestigioso medio que la situación cambió y en voz de otros especialistas dice que en los últimos años se crearon otros escenarios pero no hay en México estudios para determinarlos y proceder a combatirlos.

LAS MASACRES

Cuatro de las masacres de julio anterior ocurrieron en Tamaulipas, especialmente en la capital, Ciudad Victoria; dos fueron en Oaxaca, en el sur del país, en el balneario de Puerto Escondido y en Juchitán. Fueron 29 víctimas, entre ellas un bebé, un niño de 11 años y otra pequeña discapacitada.

El atroz hecho describe cuerpos desmembrados o decapitados. Según medios locales, los agresores dejaron mensajes con amenazas a policías y grupos rivales. Son masacres que muestran otra faceta en la disputa por territorios y zonas de tráfico.

"Hay una lógica y crucialmente es que no existe costo adicional de cometer un acto de esa naturaleza", explica el analista Hope, es decir, desde la perspectiva de un delincuente, es igual matar a uno que a veinte, adultos o niños.

"Las escaladas son más brutales que antes, hay una suerte de carrera armamentista" entre delincuentes añade el especialista, y explica una especie de "tú me matas a uno, yo te mato a tres. Me matas a un primo yo mato a tu hijo. Lo que en un momento dado es extremo se vuelve modal, se quiere un acto todavía más brutal que el anterior".

Tamaulipas es un macabro ejemplo. Allí existe desde hace tiempo una cruenta batalla entre fracciones de los carteles del Golfo y Los Zetas, a lo cual se suma la llegada de otros participantes, como el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), que también tiene su propio sello: una acción cruel para intimidar a los rivales, como un “mensaje de posicionamiento".

En Oaxaca no es tan claro precisar quiénes son los responsables de agresiones. La Fiscalía General del estado investiga móviles. Uno de ellos podría ser la participación en actividad ilícita de uno o más miembros de familias masacradas.

Pero la práctica confirmada y que tiene atada a la autoridad en todos los niveles –repetidamente amenazada y víctima también—es la violencia que escala y la terrible consecuencia de los enfrentamientos.