Banner

El debate sobre el PRI estatal

Para no perdernos en argumentos falaces , y estimular también el debate y la autocrítica , el análisis sobre la situación actual del PRI estatal a casi 16 meses de haber perdido por primera ocasión en la historia una elección de gobernador, debe hacerse sobre bases firmes y datos contundentes, en donde se valore la complejidad de los elementos que llevaron al partido a la derrota en Sonora.


Todas las opiniones son importantes, sean de cualquier militante del PRI o crítico externo, en uso de su derecho a opinar, porque nos ayudan a comprender un fenómeno complejo que no puede simplificarse en sí mismo y mucho menos reducirse a un sólo elemento de juicio, o caer en el llamado “pensamiento único”, ese que tanta pereza mental origina y tanto limita la circulación de las ideas. Hay muchas ideas sueltas en torno a la explicación de la derrota del PRI en la elección del 2009, pero falta concretarlas, analizarlas de fondo, compararlas con la realidad y hurgar en los datos, las opiniones plurales y argumentos que realmente sustenten con solidez las ideas para no confundir ni prejuiciar nada.


Todo en función de oxigenar un debate muy necesario para los desafíos que el PRI debe enfrentar, en la inteligencia de que ya nada es igual, ni lo será en el futuro.


En ese tenor van algunas hipótesis, sin el ánimo de presumir verdades absolutas -que ya no existen, y menos en la ciencia política-, puesto que la aproximación es a lo máximo que se puede aspirar cuando de ideas políticas se trata.

Primera: En elecciones para gobernador, en 1991 el PRI obtuvo 349,913 votos (el 70.6%). Seis años después obtuvo 304,657 votos (el 41.33%). Es decir, en sólo seis años, el PRI retrocedió 45 mil votos y 29 puntos porcentuales.

En el 2003, el PRI obtuvo 372,467 votos (el 46.4%) contra 364,544 (el 45.4%) del PAN. En el 2009 el PRI, en alianza, obtuvo 424,266 votos que representó el 44.95 por ciento de la votación.


De 1991 al 2009, en 18 años, el PRI, en franca tendencia a la baja, pasó del 70 al 45% en porcentajes de votación. Es decir perdió en ese lapso de su historia reciente,25 puntos.

¿Cómo explicar una baja tan sensible en la votación para gobernador en 18 años?, ¿El PRI Iba ya en caída libre, o fue uno sólo de los factores que se señalan lo que lo llevó a la derrota del 2009?¿que errores se cometieron para llegar hasta allí?.


Segunda: El PAN pasó de 121 mil votos en 1991 a 464 mil en el 2009. Ganó sin retroceder -con tendencia a la alza- 343 mil votos y pasó del 24.4 al 49.1%; es decir, ganó 25 puntos porcentuales más en 18 años.


¿Cuáles fueron las causas? Entre otras, la alternancia en el gobierno federal, la derrota del PRI en las municipales,la calidad de los gobiernos y los problemas internos sin resolverse que el PRI experimentó a partir de su derrota en el 2000. también la crisis del PRD que le pasó casi la totalidad de sus votantes al PAN.


También el paso de un número considerable de militantes del PRI a las filas panistas y un mejor trabajo de organización con otro tipo de perfiles de candidatos. ¿Subió en el PAN su voto duro?


Tercera: El PRD tuvo un inicio débil en 1991, cuando en su primera elección para gobernador obtuvo sólo 14 mil votos. En 1997 se voló -o le volaron- la barda y se fue a 172 mil. Bajó a 51.4 mil votos en el 2003 y en pleno e imparable retroceso bajó a 37.6 mil votos en el 2009. En puntos porcentuales, el PRD pasó del 2.7 en 1991, al 23.2 en 1997, bajó al 6.4 en 2003, y en extrema caída, bajó a solo el 3.9% de la votación en el 2009. Una verdadera tragedia.

¿Qué le pasó a las izquierdas?, ¿malos candidatos?, ¿ofertas que no emocionaron a los ciudadanos?, ¿falta de apoyos oficiales al partido del Sol Azteca?, ¿División en sus filas o tendencias a la cooptación oficial?¿reflejos de las divisiones nacionales en lo estatal?. Capítulo aparte merece la alta votación en Sonora, por Andrés Manuel López Obrador en el 2006



Ante la sucesión presidencial y las campañas del 2012, el PRD se encuentra perdido y desubicado en Sonora. ¿Lo sabrán entender?


Cuarta: Las desbandadas del PRI al PAN, y en menor grado al PRD, se incrementaron fundamentalmente por los problemas internos que el PRI vivió por los conflictos en la selección de candidatos municipales y por las ofertas y cortejos de participación recibidas por sus militantes por dirigentes de otros partidos.


Entre 1997 y el 2009 se registró el mayor número de renuncias de priístas para pasarse al PAN, principalmente en el nivel municipal, donde la promoción del voto cuenta con estructuras y clientelas reales. Eso explica en mucho que la alternancia en los gobiernos municipales haya pasado de 17 casos de 72, perdidos en 1997 por el PRI, a 69 de 72 en el 2009, cuando sólo 3 de los 72 municipios sonorenses -Huásabas, Rosario y Oquitoa- no han experimentado aún la alternancia.


Quinta: Las llamadas traiciones. La traición en parte -y como se entiende en política: trabajar para otro partido estando dentro- no significa necesariamente desbandada en lo externo, pero hace igual o mayor daño porque se trabaja con intensidad aparentando apoyo al PRI cuando por debajo de cuerda y con información privilegiada se trabaja para favorecer a las oposiciones. Así sucedió en 1997 con los apoyos abiertos al PRD para que creciera exponencialmente bajándole votos al PRI y al PAN, y en el 2009 a favor de los candidatos del PAN, básicamente en municipios y distritos locales del sur de la entidad donde se observó un crecimiento inusitado del voto a favor del blanquiazul y las campañas más intensas, sucias,dolosas y costosas en contra de los candidatos del PRI.Para el logro de la alternancia, hubo una real colaboración de priístas inconformes. De eso no hay duda.

Sexta: La selección de candidatos. En los últimos años se privilegió la utilización de las encuestas para sondear la popularidad de los aspirantes y así abrirles la puerta de las candidaturas. En la práctica se demostró que las encuestas no bastan y que las realidades que captan en un momento dado, poco se mantienen con el tiempo, por la complejidad de los fenómenos políticos en municipios y distritos, si no se planchan adecuadamente con la estructura política de cada realidad.


La selección de candidatos ha sido el talón de Aquiles del PRI en el período estudiado y una de las principales causas del declive en los porcentajes electorales experimentados en los últimos 18 años. Sin embargo, en los análisis casi no se repara en este aspecto por la falta de autocrítica sobre uno de los más importantes y decisivos ingredientes para las derrotas del PRI.


Séptima: La alternancia local. El gobierno estatal panista que tomó posesión del Ejecutivo en septiembre del 2009 ha observado una actitud radical de desplazamiento de todo lo que huela a PRI. Lo mismo le entra a tratar de desaparecer priistas de las estructuras de gobierno que a perseguirlos por supuestas irregularidades administrativas del pasado. Uno de los más conspicuos talacheros del PAN local acaba de declarar que van por tres sexenios. ¿Será?.


El mismo gobernador Guillermo Padrés sorprendió a tirios y troyanos cuando reveló abiertamente nombres de priistas que lo apoyaron operando a favor del PAN en algunos municipios. Por todo ello no todo el priísmo ha estado a la altura de la responsabilidad solidaria y digna que demandan los militantes del PRI en la entidad. Un caso: “En los desencuentros políticos todos perdemos (?) por eso ‘nuestra organización campesina’ le apuesta a la organización para la producción, tarea que la aceptamos como nuestra y al ‘compromiso y sensibilidad’ (sic) de su mandato, para apoyar decididamente las actividades productivas y lograr juntos el desarrollo y bienestar de los campesinos sonorenses. Gracias, Sr. Gobernador (sic)”. Salvador Sánchez Peñuelas en un desplegado de prensa dirigido al gobernador Padrés: “Nuestra organización campesina lo felicita por su primer informe de gobierno”.

Octava: Los saldos políticos del proceso Elías-Gándara. En Sonora todavía existen esos saldos que costaron miles de votos en contra del PRI y sus candidatos, y las fracturas del proceso interno de marzo del 2009 aún se mantienen y dividen. El problema es que una parte de ese conflicto se advierte ya en el proceso de elección interna de la dirigencia del PRI estatal de finales de noviembre.Ojalá que no se reedite el conflicto.


Novena: La compra de votos: Uno de los ingredientes de mayor deformación para la democracia incipiente es ahora la compra de votos. Los que tienen dinero y le apuestan sólo a eso en la política, hacen cálculos durante las campañas y preparan toda la estrategia para el día de la elección. ¿Por qué la mayoría de los análisis no reparan en esa deformación? En la elección del 2009, conservadoramente -contabilizados por municipio- se calcula una compra cuando menos de 60 mil votos a favor de los candidatos del PAN. ¿Quien en la estructura electoral del PRI responde por eso?.


Algunos ejemplos y estilos: La compra de credenciales para que no se vote en determinada circunscripción en elecciones cerradas y muy competidas, el registro de credenciales mediante pago por adelantado, los regalos en especie (despensas) para los liderazgos naturales, dinero en efectivo para lo que se ofrezca a militantes de otros partidos, compra de personajes influyentes de barrio o de colonia, cooptación de los funcionarios de casilla, etc. La compra de voluntades ha sido un factor que ha alterado notablemente los resultados electorales y en no pocas ocasiones provocan vuelcos sorpresivos en los procesos políticos. En el PAN todo lo anterior lo han aplicado hasta en sus propios procesos internos, como para demostrar que en la política vale aquello: “de que la perra es brava, hasta a los de casa muerde”.


Novena: La influencia del gobierno federal y el factor dinero en política. En el gobierno de Felipe Calderón se ha intensificado como nunca la politización de la administración pública federal en beneficio de la estructura territorial del PAN. En la mayoría de las delegaciones federales se ha colocado a panistas de carrera que han privilegiado la orientación de la inversión federal a objetivos político partidistas claramente definidos.


Para que Barack Obama se haya quejado públicamente de la influencia de las grandes empresas norteamericanas en el financiamiento de candidatos para las elecciones del próximo 2 de noviembre, quiere decir que el problema ya agarró dimensión internacional y afecta también a las democracias presumiblemente -con sus bemoles-más antiguas del mundo.


El asunto del dinero en la política es uno de los problemas de mayor envergadura que se tendrá que atender legalmente en el futuro inmediato, sobre todo por los orígenes poco claros del mismo y las condiciones para su aplicación.

Si las cosas siguen como van, al rato las campañas políticas sólo podrán costearlas personas con mucho dinero, lo que significará un severo golpe a la movilidad social y política.


Otros factores en el caso de la derrota del PRI en Sonora en el 2009 fueron, por ejemplo: la utilización política sin rubor del accidente de la guardería ABC en Hermosillo; la correlación de fuerzas entre las dirigencias nacionales y locales del PRI; campañas modernas y costosas de los candidatos del PAN; excesos en los tiempos no contabilizados en medios electrónicos; inequidad en los gastos de campaña; entre otros.


Conclusiones. A manera de lograr objetividad y frialdad en el análisis: ¿Cómo explicar la caída en votos del PRI en los últimos 18 años?, ¿Cómo valorar y explicar la carrera ascendente en votos del PAN en 18 años?, ¿Cómo entender los altibajos del PRD en 18 años y su virtual desaparición del escenario político sonorense?, ¿Qué modelo de PRI le conviene al gobierno de la alternancia?, ¿Cuál es el modelo de partido que quieren los priístas?, ¿Cómo calificar las presuntas opciones de libertad que algunos califican como desbandadas y traiciones?, ¿Cuál es la agenda del PRI estatal de aquí al 2012?, ¿Qué hacer para recuperar el gobierno estatal en el 2015?, ¿Cómo fomentar un ambiente de unidad política en Sonora para que al PRI no le suceda lo de Baja California?, ¿Cómo construir una alternativa de contrapeso político ante el desencanto creado por el PAN en el gobierno estatal?

Además,también es de destacarse que cuatro de los seis ex gobernadores de Sonora estén involucrados en el proceso de renovación de la dirigencia estatal. Inédito,pero saludable.


Muchas cuestiones e interrogantes seguramente quedan pendientes. Lo importante es empezar el abordaje de los temas con un sentido real de autocrítica y el deseo sincero de que los problemas se superen en beneficio de la sociedad sonorense y de la democracia misma, y para ello son necesarias importantes dosis de madurez política, sentido común, sentido del humor y, lo más importante, sentido del tiempo. No hay de otra.