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El reconocimiento a Pérez Ascolani

+ Distinguidos priístas, amigos y familiares, vuelcan su cariño al reconocido líder

GUAYMAS, Son. – Víctor Manuel Pérez Ascolani fue un personaje en los llanos beisboleros, en los espacios laborales del sector eléctrico, en el sindicalismo y en la política.

Reunía las características del líder auténtico, por eso dirigió el Sindicato de Electricistas y desde allí se encausó a posiciones en el sector oficial. Estuvo cerca, en 1979 y 1982, de candidato del PRI a la alcaldía, pero se impusieron los intereses del capital al gran apoyo popular que tenía.

Dejó sus cargos cuando la vida le avisó que debía abandonar con orgullo y dignidad las cosas de la juventud, como lo hizo y ahora disfruta esa cosecha de lo sembrado.

Bulmaro Pacheco Moreno lo vio trabajar por los suyos y fue parte de luchas conjuntas, por eso encabezó la gestión que concluyó con ese reconocimiento organizado por la Fundación Colosio del PRI, que él dirige.

Julios César Márquez, dirigente municipal del PRI, inició el reconocimiento a su lejano antecesor y le agradeció haber sido un “líder excepcional” y su “invaluable contribución”.

Pacheco Moreno habló de la profunda auscultación para encontrar a los mejores priístas del ayer y allí estaba el nombre de Víctor.

El momento de emoción lo atrajo su hija Fernanda al dirigirse a su padre y llamarlo “mi´apa”, con el marcado acento sonorense que agregaba su amor y reconocimiento al dirigirse a la figura central del presídium, pues ser su descendiente no mermaba el reconocimiento a su historial.

Susana Corella, la exdiputada federal, agregó el gran aprecio que brotó de su trato en el camino representativo.

Sin embargo, el impacto mayor fueron las expresiones de Miguel Ángel Murillo Haispuro, quien llegó de su natal Cajeme a sumarse al homenaje. Y lo hizo con su gran capacidad oratoria que impide perder detalles resaltantes de la figura a reconocer.

Pidió “un esfuerzo de atención para reflexionar juntos sobre la auténtica grandeza, trayectoria y proverbial modestia de Víctor Pérez Ascolani”, un compañero de partido a quien, “por sus incuestionables méritos, rendimos hoy, un emocionado homenaje.

Consideró un acontecimiento reconfortante que el PRI, la Fundación Colosio y el Instituto Reyes Heroles, consideraran este acto “de plena y fundada justicia partidaria” para agregar la gratitud y reconocimiento que inspira una ejemplar trayectoria “esculpida con el cincel de las muchas cualidades, virtudes y valores”, características del homenajeado.

Sobrevino enseguida la descripción en lo general de 50 años de continuada lucha político-sindical que atrajeron a Víctor, la confianza y simpatía popular conquistada por la congruencia entre su desempeño y las aspiraciones de sus representados.

Fue “un acto de reconocimiento absolutamente necesario, justificado y, por tanto, políticamente correcto”, dijo el brillante orador, al subrayar que la personalidad de Perez Ascolani, “conformada por las cualidades y virtudes como la templanza, la seriedad, la modestia y, sobre todo, una reconocida honradez, siempre han estado presentes en sus actos, por encima de toda jerarquía política o administrativa”.

SU ANTECEDENTE

El pasado de Víctor Pérez Ascolani está presente y construye futuro por su ejemplar conducta en los muchos trabajos que, por sus positivos resultados y abierta aprobación de la exigente ciudadanía guaymense.

Murillo vio el acto como un homenaje al “enorme valor del ejemplo de quien, empujado por una auténtica vocación política, “todos los días de esos 50 años de lucha ha mostrado con su natural humildad, pero también, cuando se ha hecho necesario, con un firme carácter, sus sólidas convicciones y su estatura moral en el cumplimiento de sus compromisos”.

Víctor llegó de Santa Rosalía, Baja California Sur, a Guaymas, con sus padres y 6 hermanos –de 12 que procrearon Víctor Pérez Valdés y Beatriz Ascolani González—y se establecieron en Punta de Arena.

Tenía apenas 4 años y –“dice el filósofo alemán Nietzsche, que cuando los niños juegan, juegan con toda seriedad”, atrae Murillo—comenzaba a vivir.

Víctor Pérez Valdés fue lo que, en un futuro, su hijo también fue durante 14 años: Secretario General del Suterm, Sección 104 en Guaymas y, por méritos, lleva su nombre el edificio sindical.

Con Pérez Ascolani, el sindicato creció de 78 a 340 trabajadores; el seguro mutualista fue una realidad; fue parte de la unificación sindical; la red eléctrica en varias colonias fue por gestiones del allí homenajeado.

Dos veces dirigió el Comité Municipal del PRI en los gobiernos de Marco Antonio Córdova y Antonio Astiazaran Gutiérrez. También fue síndico con Florentino López Tapia, y regidor con Marco Antonio Llano Zaragoza.

Por sus sobrados méritos fue elevado al privilegiado sitial de los inmortales del deporte. Ingresó al Salón de la Fama del Deportista Guaymense en 2008.

Fue presidente de la Unión Deportiva Municipal durante el gobierno de Oscar Ulloa Nogales.

A Víctor le correspondió, como sindico, regularizar terrenos populares y por eso tiene la gratitud de los beneficiados en las colonias populares y, cuando más se necesitaba poner orden en el sector, ocupó la complicada Dirección Municipal del Transporte. También fue secretario de organización y secretario general de la CTM en Guaymas.

LA REFLEXIÓN

Murillo extendió su discurso. Dijo que como personas se debe tener presente que los hechos hablan por sí mismos, “pero resulta que los hechos no pueden elegirse a sí mismos y, por tanto, somos las personas, en nuestra individualidad, quienes actuamos para bien o para mal”.

Por eso atrajo que este reconocimiento es para un hombre que orientó sus pasos por el camino de la honradez, del respeto a las personas y a las instituciones, el de la representación prudente pero también, valiente y eficaz. El camino de la dignidad”.

Pérez Ascolani escuchó con emoción los conceptos al lado de su esposa, María de Los Ángeles Acuña, y su hija Fernanda, y la despedida del discurso oficial hizo sobresalir “una vida cumplida por el sentido que le encontró a la misma, que es y debe ser el reto de todos nosotros”.

El orador despidió así su mensaje: “Víctor Pérez Ascolani está aquí, como siempre. Anda y convive con sus conciudadanos a los que ha servido sin otro interés que el de cumplir con su vocación social; está aquí, con la frente en alto y reflejando como siempre en su semblante, la bandera de la libertad de conciencia”.

El auditorio aplaudió de pie, varios minutos y fue el comentario común, que en el PRI faltan, más en momentos como los actuales, líderes como ha sido el homenajeado.