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El honor de los Chuchos

La solicitud de licencia de Andrés Manuel López Obrador para retirarse del PRD hasta que finalice el reinado de Jesús Ortega, es una declaratoria más en contra de la política de alianzas electorales con el PAN de la dirigencia nacional que encabeza Jesús Ortega.

Y como en el Consejo Nacional, órgano de máxima decisión del partido, aprobó la consulta ciudadana para que la gente diga si o no a la alianza del PRD con el PAN en el Estado de México,  AMLO ya no sabe ni cómo deslindarse temporalmente del partido, pues no le cuadra ni siquiera la idea de una consulta para determinar una alianza que él rechaza de antemano.

A pesar de la licencia que cree tener ya en el bolsillo, Andrés Manuel asegura que seguirá fortaleciendo al sol azteca, través de las corrientes afines a él y su movimiento, que se distingue entre otras cosas, por el rechazo a las alianzas con partidos contrapuestos en principios, ideología y práctica como es el PAN.

Pero esta solicitud de licencia enviada al CEN del PRD es sólo una forma de llamar la atención, pues el tabasqueño sabe, como ya lo expusieron puntualmente el presidente nacional del PRD, Jesús Ortega; el del Estado de México, Luis Sánchez y el vicepresidente de la Cámara de Diputados, Jesús Zambrano, la figura de la licencia no existe en los estatutos del partido.

Así, el perredista más afamado y con más capital político que otras tantas figuras de la clase política, Andrés Manuel López Obrador, está enfurecido porque al interior del partido su poder no ha sido lo suficientemente grande como para determinar el rumbo del partido, que ahora reclama, dirige de facto  el ejecutivo federal desde Los Pinos.

Todavía no está decidida la alianza electoral con el PAN en el estado de México; la respuesta la dará la consulta abierta a la ciudadanía mexiquense, programada para el 27 de marzo próximo en aquella entidad, mediante la instalación de una mesa receptora de votos en cada cabecera municipal.

Aunque de antemano se anticipa que esa consulta será un nuevo cochinero, ya que no es secreto para nadie que el Partido de la Revolución Democrática ha seguido un patrón alejado a la limpieza electoral, organización y claridad en el conteo de votos. La elección pasada para la dirigencia nacional  del partido es ejemplo de ello.

Los chuchos defienden su honor

A la defensa de la decisión que tomó este fin de semana el Consejo nacional del PRD para que se realice  la consulta mexiquense, ya salió en el primer plano el presidente Nacional del partido, el chucho mayor, Jesús Ortega, que con timidez se enfrentó al “peje”.

No hay licencia en el PRD, le dijo mediáticamente al ex regente; si quiere irse del partido que se vaya, sugirió.

En el mismo sentido respondió Jesús Zambrano. Quien además se defendió como gato boca arriba ante las acusaciones de AMLO, en el sentido de que el PRD que dirige Ortega Martínez está coludido con Felipe Calderón y la derecha, para debilitar al partido amarillo. Las que calificó de blasfemia.  Sin embargo esa versión es una casi verdad que se cuenta en los pasillos.

Y como dice el popular dicho, si el río suena es porque agua lleva. Así, las acusaciones de López Obrador en contra de la actual dirigencia del partido y de Nueva Izquierda en particular, de que trabaja para la derecha, deben tener algo de verdad. Y aunque los chuchos lo nieguen rotundamente para salvar su honor, es una versión que se ventila en la vox populi, desde que asumió la presidencia del partido Jesús Ortega.