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Guaymas, campo de batalla del PRI y PAN

GUAYMAS.- El desayuno de los diputados priístas de Sonora para defender con uñas y dientes a Susana Corella me pareció un acto caballeroso, de cortesía política además, sin descartar que finca una posición combativa por lo que viene en 2012.

Me quedan claras dos cosas de ese desayuno que encabezó el colmilludo político y empresario Roberto Ruibal Astiazarán: Susana tiene amigos, aparte de su comadre y presidenta estatal del PRI Claudia Pavlovich, y ojo, en ningún momento se habló de Antonio Astiazarán, el ex alcalde, contra quien realmente son enfocadas las baterías. Su sucesora y ahora dirigente del priísmo guaymense, insiste en ponerse en medio de los obuses antiastiazaranistas.

Pueden tener razón los legisladores cuando se quejan que el panismo los agrede. Bueno, ya saben que la política dista de ser un juego de “barbies” donde gana quien peine mejor a la bella muñequita, pero fingen que no.

El sentir general es que cualquiera puede demandar o denunciar a cualquiera, pero es ocioso y merece castigo, hacerlo como español, no más por `jorobar´.

Susana Corella no debe temer ir al Ministerio Público y aclarar las cosas. Tampoco Antonio Astiazarán, si como afirman, tienen las manos limpias en tanta cosa que les achacan, como ocurrirá en su momento con César Lizárraga si son ciertas las lindezas que alguien (¿Será el PRI acaso?) insiste en endilgarle.

Misoginia, dicen, es lo que tiene César Lizárraga, por eso agrede a Susana. Bueno, a decir verdad, el alcalde no ha denunciado a nadie; hacerlo implica la obligada carga de la prueba y puede no tenerla, por eso la reserva.

Así que si son chismes todos estos asuntos, sepamos con conciencia plena, que Guaymas está pagando los platos rotos, pues no dejan trabajar a la autoridad que también tiene sus agresiones, sus duras críticas, merecidas o no. Y por supuesto que lo del 2012 está en medio, si no, para qué pelear.

Denuncias las hay, una en Contraloría, ahora llamada Organo de Control y Evaluación donde manda Iveth Guerrero, y otra en el Ministerio Público, donde debe ser, a cargo del abogado Héctor Dancil Porchas. Las interpusieron Mónica Marín, sindico actual del Ayuntamiento (sí, quiere ser diputada local o suplir a Lizárraga si él es candidato), y el regidor solitario Roberto Maciel.

Han notificado a Susana y a la ex Síndico, Hortensia Díaz, pero es táctica legal no recibir el primer citatorio. Lo importante es aclarar lo necesario y en su momento, la dirigente priísta pondrá los puntos sobre las íes respecto al expediente 1135/11 abierto en la Agencia Primera del Ministerio Público del Fuero Común desde el 7 de julio pasado, ratificado 4 días después.

Por cierto, en ese desayuno de legisladores, no estivo José Luis León Perea, el federal guaymense, pues debió permanecer en la ciudad de México por asuntos que gestiona ante el IMSS, Hacienda y SCT, para aquello de lograr más recursos para su gente.

Estuvo Otto Claussen, enseñando toda su madurez y carisma y confirmando que será un buen candidato si el PRI deja de cometer errores.

Pero sin ser invitado se coló y sin venir al caso, se autodestapó el Pato de Lucas, uno de los emisarios del pasado que hundió al PRI, y ni más ni menos que para senador. Imagínese. El venía a anunciar lucha por reducir tarifas eléctricas, pero tuvo poca convocatoria y lo salvó tanta gente reunida en la defensa tricolor contra el panismo local, no la desfasada bandera que nada significa para los guaymenses, pues quiere firmas, y éstas han ido y venido desde hace años, sin resultados. Lorenita Garibay ya debería deslindarse de él para seguir sin lastre su carrerea política.

Quejas

Este martes, la Policía ponía orden en el centro histórico, donde los franeleros dominan y lavan autos atorando a otros que estacionan en orden, así que hubo muchas boletas de infracción.

Lo malo es que los mismos lavacarros aceptan ese orden, pero se quejan de que los uniformados les piden 50 pesos por día para dejarlos trabajar, pidiendo el anonimato por razones obvias, pues son un sector muy vulnerable a una respuesta represiva, lo cual debe meditar a fondo el jefe de la corporación Ramón Aguirre Vizcarra.

Por otra parte, recibo una denuncia que si me la confirman personalmente, darán herramienta para que Contraloría estatal confirme si es real la actitud de funcionarios y actúe en consecuencia en la oficina guaymense de Regulación Sanitaria, de lo cual informaremos como debe ser. (Tomado de EXPRESO)