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Manlio ya no quiere estar detrás del poder

CD. DE MEXICO.- Como es prácticamente su última oportunidad para ser presidente de México, el senador del PRI Manlio Fabio Beltrones ha dado muestras de que no dejará el paso libre a Enrique Peña en la carrera presidencial, no obstante que el mexiquense es el más popular dentro y fuera del tricolor.

Así, el legislador sonorense ya comenzó a operar a plena luz del día, contra a su costumbre de operar por debajo del agua. De principio hizo público su pensamiento de que él, Manlio Fabio Beltrones, sería mejor presidente que ningún otro; precisamente por su experiencia en la política mexicana, aunque esa experiencia no es garantía de buen gobierno, pues no significa compromiso social, como trata de hacer parecer.

En ese contexto, la pregunta sin respuesta desde hace 17 años de ¿qué papel jugó Manlio Fabio Beltrones, entonces gobernador de Sonora en marzo de 1994, en que se registró el asesinato del candidato del PRI a la presidencia de la República, Luis Donaldo Colosio? Sigue en el aire.

Mucha experiencia sí la tiene el senador… ha sido protagonista de hechos que marcaron la historia contemporánea de México, pero eso no le da los bonos para creerse la mejor opción, pues la sociedad mexicana que votará el próximo 3 de julio, no sólo esperará experiencia del candidato,  sino un compromiso de éste para con la gente y el país; a fin de que se logre elevar el nivel de vida de los mexicanos, una sociedad más justa y una mejor distribución de la riqueza.

La primera estrategia, los gobiernos de coalición

Como una manera de repartir el poder que ya no se podrá tener por completo como en los mejores tiempos del PRI, cuando fue partido único, el senador Manlio Fabio ya se sacó de la manga una reforma constitucional para incluir la figura de los gobiernos de coalición, que en la práctica se han dado en los últimos años, como en el gobierno de Vicente Fox, que incluyó en su gabinete panistas y priistas; porque de plano carecía de la experiencia y de la capacidad misma para gobernar, luego de que el PRI ostentó el poder por siete décadas consecutivas. 

El sexenio del presidente Felipe Calderón se hizo lo propio. En el primer círculo operan priistas y personajes del partido Nueva Alianza; además del PAN.

No se necesita una reforma constitucional para que un gobierno acuerde con el resto de las fuerzas políticas una coalición para gobernar y que permita tomar en cuenta la pluralidad política y la representación social que cada partido tiene.

Más bien, lo que busca Beltrones es debilitar al mexiquense, que tiene amplias posibilidades de arrasar en las elecciones, ante la mala organización y pugna interna en el PRD y PAN.

Peña Nieto podría arrasar en las elecciones sólo y solamente si no se le ocurre al senador Beltrones meter la mano y organizar al resto de las fuerzas políticas –por debajo del agua—para que operen en conjunto frente al candidato tricolor oficial; con la garantía de que al final de las elecciones, gane quien gane, gobernarán todos.

Caso Sonora y Sinaloa

El gobierno de coalición ya lo puso en práctica Beltrones en los estados de Sonora primero y luego Sinaloa; donde su operación política permitió que una parte del PRI, la que él representa, siga gobernando, a pesar de que el tricolor perdió la elección en esas dos entidades que ahora gobiernan en conjunto PAN y PRD.

El estado de Sinaloa es gobernado por el PAN y el PRD, consecuencia de una alianza electoral expresa; y por el PRI, a través del gobernador electo, el ex priista Mario López Valdés (Malova), que pertenece al grupo de Manlio Fabio.

En el caso de Sonora; donde por primera vez en la historia del estado ganó la elección el PAN; el gobierno de coalición –encubierto-- lo llevan el PAN, en la figura del  gobernador, Guillermo Padrés, senador con licencia; el PRI que encabeza Beltrones y el PRD que floreció en esa entidad gracias al apoyo del entonces gobernador Manlio Fabio.

Esta forma de operar –gobiernos de coalición--, que ahora Beltrones busca elevar a rango constitucional. en aras de la gobernabilidad; es la estrategia más afinada del senador para negociar con el PRI de Enrique Peña, la candidatura presidencial hacia el 2012.

En el entendido de que la organización del resto de las fuerzas políticas a cargo del senador con gran experiencia en política mexicana; y la fragmentación del poder a través de los gobiernos de coalición, mermarán inevitablemente la potencia de la que ahora goza Enrique Peña Nieto.