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Pesimismo en la economía mundial

CD. DE MEXICO.- La Cumbre de París del “G-20” sesionó la semana pasada con las veinte principales economías del mundo, con el objeto de resolver la más reciente de las crisis del “Euro”, pero no logró apaciguar los temores que siguen amenazando a las economías europeas por los desequilibrios económicos que ponen en entredicho la viabilidad de su moneda.

Sin embargo lo que sí lograron fue pasarle la “papa caliente” a México de la presidencia rotatoria del G-20; y el Presidente Calderón, raudo y veloz, citó para la siguiente reunión, en Los Cabos, Baja California Sur, en junio 2012, unos días antes de las elecciones federales.

La agenda de esa sesión aún no se define; y por el momento parecería ser que el “problema griego” está resuelto, pero ha surgido un nuevo temor: “el problema italiano”, país que ha elevado en forma importante su deuda pública, a niveles que empieza a generar importantes especulaciones de una futura crisis italiana, mucho más seria que la griega por el tamaño de esa economía.

Comentábamos hace dos semanas, que el “Euro” adolece del mismo problema que en su momento sufrió el patrón oro, y que lo llevó a su extinción y la necesaria creación de bancos centrales, emisores de su propia moneda, para no depender de una moneda internacional para resolver desequilibrios en sus cuentas externas,  recurriendo a un instrumento nuevo  --la devaluación--  para curar déficits, o a la revaluación, para resolver superávits.

Ese instrumento nuevo era la “política de ingresos” como única forma para resolver el desequilibrio en sus cuentas externas. Y en el caso del “Euro”, como en el del patrón oro, la política de ingresos implicaba REDUCIR ingresos, o capacidad adquisitiva a la comunidad, para de esa manera bajar las excesivas importaciones. Lo malo es que también bajaban TODO el gasto.

De ahí la respuesta tan dura de los griegos, con sus manifestaciones;  la política de ingreso que han tenido que aplicar hizo MÁS POBRES a los griegos, bajándoles los ingresos, vía desempleo o menores sueldos.

Y ahora le podrá tocar a Italia tomar de esa medicina. ¿Lo podrán hacer? ¿Lo querrán hacer? Y luego podrán seguir España, Portugal y algunos otros de los “enfermos” de Europa. De ahí la especulación que rodea la crisis de Europa.

Luego tenemos que voltear los ojos a México: La decisión gubernamental y legislativa de no elevar en demasía la deuda pública ha sido buena. Pero  no ha sido bueno el no hacer nada para promover crecimiento en la economía y generar empleos. El Estado mexicano dispone de instrumentos efectivos para esos fines, pero el “religioso” neoliberalismo de la administración le ha impedido siquiera pensar en alternativas de acción; al fin  --piensan--  para eso tenemos nuestro mercado que se encarga de esas cosas.

Lo que nos hace volver a caucionar sobre el peligro para nosotros de la crisis económica europea, y el relativo estancamiento de las economías de Estados Unidos, Japón y demás socios comerciales de ahora lento crecimiento.

¡Debemos ejercer la imaginación para aplicar políticas económicas que propicien crecimiento y generación de empleos.  Nuestra historia y experiencia económica es una buena guía!

(*) Presidente Nacional de El Colegio Nacional de Economistas