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Columa 1

Condenan crimen y exigen justicia

CD. OBREGÓN, Son.- Este es el texto de la condena por el crimen del funcionario de la Comisión nacional de Vivienda, cometido por desconocidos hasta el momento en suelos de la comunidad yaqui:

CAJEME, Sonora, 22 de noviembre de 2020.- El Gobierno de México, a través de la Comisión Presidencial de Justicia para el Pueblo Yaqui, en conjunto con las autoridades tradicionales de los pueblos Vícam, Pótam, Cócorit-Loma de Guamúchil, Loma de Bácum, Tórim, Ráhum, Huírivis y Belem, expresamos nuestra más enérgica condena por el homicidio de José Luis Toral Lucas, acaecida la mañana del 20 de noviembre en el camino El Conti-Tajimaroa, jurisdicción de Cócorit-Loma de Guamúchil de este municipio.

Durante lo sucedido, el asistente técnico de la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi), José Luis Toral Lucas, oriundo de la Sierra Norte de Puebla, se encontraba realizando un recorrido de supervisión del Programa Emergente de Vivienda 2020 que implementa el gobierno federal en las ocho comunidades que integran el pueblo yaqui, en el marco del Plan de Justicia del Pueblo Yaqui. Fue en este contexto que presuntamente recibió la agresión que injustamente lo privó de la vida.

La denuncia de este lamentable acontecimiento ha sido presentada ante la Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora (FGJE), instancia que dará seguimiento al caso y realizará las investigaciones pertinentes para esclarecer los hechos.

El Gobierno de México y las autoridades tradicionales del pueblo yaqui externamos nuestras sentidas condolencias a familiares y amigos de José Luis, así como al equipo de la Conavi que actualmente construye viviendas en territorio yaqui. Igualmente, expresamos nuestro apoyo y solidaridad en estos difíciles momentos, pues sabemos de su compromiso y de la noble labor que realizan cotidianamente para materializar los anhelos de bienestar de nuestros pueblos.

Manifestamos a las instancias competentes nuestra exigencia de investigar y esclarecer el crimen y castigar a los responsables, ofreciendo nuestra colaboración en las indagatorias correspondientes. Expresamos con firmeza que no vamos a permitir que el flagelo de la violencia y la inseguridad siga atemorizando a familias y comunidades que integran el pueblo yaqui y a la población en general.

El Gobierno de México reitera el compromiso de trabajar de manera coordinada, a través de las instancias correspondientes, con las guardias tradicionales del pueblo yaqui, a fin de garantizar la seguridad y la justicia su territorio. Juntos debemos afrontar las graves circunstancias de inseguridad que afectan a nuestros pueblos.

Finalmente, expresamos que nada ni nadie detendrá los anhelos de justicia del pueblo yaqui. En memoria de hombres y mujeres que han dado su vida por el pueblo yaqui, seguiremos trabajando con mayor fuerza, responsabilidad y compromiso para heredar un horizonte de dignidad y bienestar a las futuras generaciones. En un espíritu de unidad lograremos la justicia y el bienestar para el pueblo yaqui.

Cienfuegos: se dañó la relación con EU

CD. DE MÉXICO.- Estados Unidos decidió retirar los cargos contra el general Salvador Cienfuegos Zepeda, pese a lo cual se restringirá el marco de operación en México de la Administración de Control de Drogas (DEA).

Salió “raspada” también la relación que permitía operar al Buró Federal de Investigaciones (FBI), la Agencia Central de Inteligencia (CIA), el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) y otras agencias estadunidenses, como confirman funcionarios mexicanos vinculados a la seguridad interior.

En distintos espacios periodísticos se fijó la idea del deterioro en la relación entre México y EU.

El motivo principal es que el Departamento de Justicia estadunidense no informó al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador que el ex secretario de la Defensa Nacional estaba bajo una investigación donde hasta el nombre impacta: Operación Padrino.

Cienfuegos fue detenido en California el 15 de octubre por acusaciones de narcotráfico y lavado de dinero. Al otro día estaba en manos del procurador de Justicia del vecino país y camino a un juicio en Nueva York, cuyo desenlace sería comparado con aquel “gran” juicio al narcotraficante Joaquín Guzmán, “El Chapo”.

Una de las publicaciones mexicanas más influyentes señala que “se perdió la confianza” y “ya nada será igual”. La queja mexicana: que no debe haber secretos de este tipo.

Detenido el general que fue condecorado en el mismo Estados Unidos hace unos años, el presidente López Obrador ordenó revisar la cooperación con la DEA y otras agencias estadunidenses. Por eso, es impresión general, la decisión de procesar en Nueva York al general Cienfuegos fue de inmediato desechada. Pero ya no es igual.

LOS PRESUNTOS ACUERDOS

Estados Unidos retiró los cargos de narcotráfico y lavado de dinero contra el General Cienfuegos, pero ahora brota la versión de que México aceptó capturar a “un líder de la droga del más alto nivel” que está ligado al “trafico de grandes cantidades del opioide sintético fentanilo”.

Un tuit de Reuters, la agencia inglesa de información, disparó la especulación aún sin confirmar fuente, a la que solo identificó como “una importante fuente mexicana”. Cita el compromiso del presidente López Obrador de “colaborar con Estados Unidos en la captación de un objetivo primordial”.

Reuters tampoco dice qué líder del narcotráfico es el objetivo de canje, presuntamente porque “su fuente” no quiso poner en riesgo la investigación en curso.

Estaría entre la lista de la DEA y sus los ocho fugitivos más buscados, de los cuales la mitad son mexicanos:

Rafael Caro Quintero, quien encabezó el desaparecido Cártel de Guadalajara; Ismael Zambada García, “El Mayo”, cabeza actual del cártel de Sinaloa; Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”, líder del cártel Jalisco Nueva Generación, y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, hijo de “El Chapo Guzmán”, quien disputa liderazgo en el cártel de Sinaloa.

El general llegó ya tarde el miércoles desde Nueva York, en un avión Gulfstream 4, matrícula N40VC, del Gobierno de los Estados Unidos, al Aeropuerto de Toluca. Le informaron que la Fiscalía investigaría su presunto involucramiento en ilícitos y se marchó a casa.

En Estados Unidos, la prensa divulga que ese país desechó el caso contra el general retirado debido a “consideraciones de política exterior” a las cuales califican como “sensibles e importantes”.

La cancillería mexicana solo ha dicho que “lo que acordamos fue mantener un frente unido contra el crimen y la cooperación que respete la soberanía de cada país” y rechazó tener información de un acuerdo sobre “una captura de alto nivel”.

La vocería estadounidense dijo que el caso Cienfuegos fue desestimado para dar una señal de confianza en la justicia mexicana, aunque acepta también que fue “debido a consideraciones diplomáticas”.

Otras tres fuentes gubernamentales mexicanas dijeron que México solicitó que Cienfuegos fuera devuelto para enfrentar la justicia en su país. No especificaron cuándo se hizo la solicitud.

Por otro lado, la decisión de liberar al funcionario mexicano de mayor rango jamás acusado en Estados Unidos de colusión con un cártel, provocó conmoción en la comunidad policial estadounidense y la ira de los exagentes de la Administración de Control de Drogas (DEA).

El arresto de Cienfuegos habría sido el resultado de una investigación de varios años que utilizó escuchas telefónicas para rastrear a una figura militar apodada “El Padrino” por traficantes de una facción del cártel de los hermanos Beltrán-Leyva.

Los investigadores concluyeron que “El Padrino” era Cienfuegos y que había ayudado al cártel a mover toneladas de narcóticos. El militar se ha declarado inocente de los cargos.

El gobierno mexicano, enojado por no haber sido advertido sobre la investigación, elogió el regreso de Cienfuegos como un logro diplomático y una victoria para la soberanía de la nación.

Marcelo Ebrard y López Obrador negaron especulaciones de que la decisión de regresarlo estuviera vinculada a la negativa del mandatario de reconocer hasta ahora a Joe Biden como ganador de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, medida que López Obrador ha dicho era “políticamente prudente”.

Un funcionario mexicano dijo que no se podía considerar que la captura de un capo fuera un requisito vinculante dado que tales capturas dependen más de la buena voluntad del Gobierno, incluida la suerte y el trabajo de inteligencia a largo plazo.

Sin embargo, la DEA ha dicho durante mucho tiempo que México podría hacer más para atrapar a los capos del narcotráfico.

La administración del presidente saliente Donald Trump prometió debilitar a los cárteles mexicanos, pero hubo pocos arrestos de alto perfil en los últimos cuatro años antes de la captura de Cienfuegos.

La reconocida carrera del almirante

GUAYMAS, Son.- La Cuarta Región Naval y Sonora entero, recibieron con beneplácito la noticia sobre el ascenso al grado de almirante, el máximo que otorga la carrera de las armas en la fuerza naval mexicana, del comandante de esta representación, José Tomás Jorge Tress Zilly.

La influencia de la representación armada en la región es grande, por la vocación marítima del puerto. También es parte importante de la economía regional y acciones sociales en todas las áreas.

EL NUEVO ALMIRANTE

El nuevo miembro del almirantazgo mexicano suma reconocimientos en décadas de servicio al país.

José Tomas Jorge Tress Zilly ingresó a las Fuerzas Armadas el 6 de agosto de 1974 como Cadete en la Heroica Escuela Naval Militar, egresando como Guardiamarina el 1 de septiembre de 1979.

Prestó servicios en diferentes unidades de superficie de la Armada de México como Oficial de Cargo, Jefe de Departamento, Jefe de Máquinas, Segundo Comandante y Comandante.

Comandó la Patrulla Mastún y el Cañonero “Manuel González”; fue Presidente de la Comisión de Leyes y Reglamentos, en el Estado Mayor Presidencial fue Coordinador de Giras Nacionales e Internacionales y Coordinador de Visitas Protocolarias de Jefes de Estado.

Ayudante Naval del Oficial Mayor, Jefe de Ayudantes del Jefe de Estado Mayor General de La Armada, Inspector del Mando en RN-3, Jefe del Estado Mayor de RN-3 y Subinspector General de Marina.

Se formó como administrador de Calidad Total, diplomado en Formación de Tutor a distancia, administrador de Recursos Humanos, Observador de Radar y en el Centro de Estudios Superiores Navales cursó su preparación como Mando Naval, Idioma Alemán, Maestría en Administración Naval y maestría en Seguridad Nacional. Realizó estudios en el extranjero en la especialidad de Artillería y Tiro Naval y fue profesor militar en la Heroica Escuela Naval y como tutor a distancia en la maestría en Seguridad Nacional.

Tiene condecoraciones por servicios ininterrumpidos en la Secretaría de Marina, por perseverancia de Sexta, Quinta, Cuarta, Tercera, Segunda y Primera clase; perseverancia excepcional de tercera clase por 40 años en servicio activo; como responsable de seguridad logística; por su desempeño en el Sistema de Búsqueda y Rescate de la Armada de México y en el de Auxilio a la población civil.

Sus ascensos los obtuvo desde el 1 de Septiembre de 1979, como Guardiamarina, al 20 de noviembre de 2014, como Vicealmirante.

Agrega reconocimientos como la “Condecoración de Perseverancia” de Sexta a Primera Clase; Medalla de la Defensa Nacional de Francia; Medalla Especial de la Junta Interamericana de Defensa y Condecoración por Méritos Especiales de la Asociación de Agregados Militares, Navales y Aéreos Acreditados en México.

Este 20 de noviembre de 2020, recibió el ascenso a almirante de la Marina de México, máximo cargo al que puede aspirar un servidor de la fuerza armada naval; sobre éste solo existe el de Almirante Secretario.

El almirante José Tomas Jorge Tress Zilly formó una familia y su labor atrajo a sus dos hijos, quienes también sirven a la fuerza naval como oficiales.

El Gobierno de Sonora y el Ayuntamiento de Guaymas, se han sumado a las felicitaciones que el alto mando de la Armada de México ha recibido desde su ascenso.

La izquerda "rábano" gobierna al país

CD. DE MÉXICO.- Aun que Andrés Manuel López Obrador tiene una trayectoria que lo ubica como el gran líder social de izquierda que transformará a México y ya toma las decisiones para lograrlo, pareciera que sus colaboradores principales podrían no ayudarle mucho a cimentar esa imagen.

No solo se habla de ex funcionarios de un ayer que el propio presidente ubica como una etapa donde la corrupción rampante daño al país y el neoliberalismo hizo desaparecer valores familiares y hasta el propio nacionalismo.

No solo es Manuel Bartlett, acusado de sabotear el sistema para robar la elección presidencial de 1988 al también izquierdista Cuauhtémoc Cárdenas, ni Rosario Robles, destacada participante en la llamada “Estafa maestra” cuyo daño patrimonial contra las finanzas del país no terminan de cuantificarse; ni siquiera Emilio Lozoya, quien representa al neoliberalismo que entregaba el país al mejor postor.

Ahora se habla del consejero presidencial Julio Scherer, miembro de una familia de comunicadores reconocida por ser críticos y dejar una imagen pulcra en cuanto al desempeño en esa área.

Esta es la nueva denuncia de un hacer que no se parece al decir y que genera un comentario típico de los años 70, cuando se criticaba a funcionarios o liderazgos de izquierda su forma de vivir, definiéndolos como “rabanitos”, ya que eran rojos por fuera y blancos por dentro:

CD. DE NUEVA YORK, E.U., 19 de noviembre de 2020.- En el corazón de Nueva York está el departamento de Julio Scherer, consejero de Andrés Manuel López obrador, en una de las principales avenidas, y es un condominio que cuenta con interiores de diseñador y se ubica a 5 minutos de Central Park.

Está en el edificio de 19 pisos construido en 1941, en el 530 Park Avenue. Y sí, en cinco minutos se llega a la famosa Quinta Avenida y al Central Park. El condominio donde el consejero jurídico del presidente López Obrador tiene un departamento no declarado, está en el corazón de Nueva York.

Alrededor hay tiendas de lujo como Bulgari, Gucci, Tiffany, Louis Vuitton restaurantes con estrellas Michelin como el Masa o Perse, e instituciones culturales de renombre como Macklowe Gallery o el Museo de Arte Moderno.

El condominio cuenta con interiores clásicos diseñados por William T. Georgis, una de las firmas de diseño “Top 100” de Architectural Digest.

Las residencias dice la página oficial del edificio, tienen pisos de madera con acabados personalizados, calefacción con control y sistemas de aire acondicionado de McQuay. Los baños de gran tamaño están revestidos con mármol de grano de madera italiano y baldosas de mármol de Thasos.

Tienen conserje 24 horas, gimnasio privado, biblioteca, salas de estar privadas con catering, patio con jardín y piscina. El  catering y servicio de habitaciones está a cargo del restaurante Sant Ambroeus, que “sirve auténtica cocina milanesa desde que abrió sus puertas en Milán en 1936”.

Se trata de un servicio tipo cinco estrellas en el que “los residentes disfrutan de una cocina refinada, así como del legendario Cappuccino y los sabrosos Paninis de Sant Ambroeus”.

Para los colaboradores del presidente, la noticia de esta propiedad y lo que representa su dueño, es solo un ataque más a la figura presidencial; sin embargo, en México la ley es clara y exige que los funcionarios declaren sus bienes, como una manera de inhibir ilegalidades y lo que se califica como enriquecimiento inexplicable.

Si el señor Scherer no declaró ese bien como lo exige la ley a un funcionario público, incurriría en ilegalidad y por ello tendría que ser investigado y sancionado por la Secretaría de la función Pública, instancia que no ha fijado una posición al respecto, y enseguida determinar a través del Sistema de Administración Tributaria –brazo fiscalizador de la Secretaría de Hacienda-- , si existen indicadores sobre lavado de dinero, lo cual conduciría a Unidad de Inteligencia Financiera a congelar las cuentas del consejero en tanto terminan las indagaciones exigidas por la ley.

Ahora la bronca es contra los militares

HERMOSILLO, Son.- Hace un mes, el 16 de octubre pasado y tras conocer la noticia de la detención del general Salvador Cienfuegos Zepeda, el presidente de la República lamentó los hechos, pero los expuso como otra prueba de la degradación y la decadencia del régimen neoliberal, que también tiene preso en Estados Unidos a Genaro García Luna.

Anunció además una limpia en el Ejército: “todos los que resulten involucrados en este otro asunto del general Cienfuegos van a ser suspendidos, retirados y si es el caso puestos a disposición de las autoridades competentes”, aseguró.

Esas declaraciones no cayeron nada bien en el ejército. Ni en el alto mando, cuyos integrantes fueron colaboradores, subordinados y amigos de Cienfuegos a lo largo de su larga y ascendente carrera, ni entre los generales retirados, que son una especie de consejo de veteranos muy respetados en las filas castrenses, ni en la tropa, que ha sido particularmente vejada en esta administración federal.

Valga una breve digresión antes de continuar.

Mucho se ha dicho que al ejército se le ha dado un trato preferencial en el gobierno de la 4T, al responsabilizarlo de tareas que antes no tenía: como policías civiles en la Guardia Nacional, como constructores de obra pública (aeropuerto de Santa Lucía, señaladamente); como administradores de aduanas, como constructores de los bancos de bienestar, como empleados de transporte de valores, entre otros.

Lo que en realidad ha sucedido es que a los militares se les ha quitado vehículos, personal, armamento, equipo logístico y de inteligencia para transferirlo todo a una Guardia Nacional de resultados aún no probados, o a trabajos que requieren otro grado de especialización, sin modificar sustancialmente sus condiciones salariales.

Eso sin contar las muchas y muy publicitadas veces en que sus elementos tienen que soportar humillaciones ya de grupos delictivos como los huachicoleros, ya de organizaciones sociales que los han apedreado, apaleado y literalmente, amarrado.

No. En ese conglomerado de 250 mil elementos de la milicia mexicana no todos están contentos con lo que ocurre. A pesar de su vocación de diletante de la historia mexicana, el presidente no conoce bien lo que son las fuerzas armadas. O si lo conoce, lo subestima en esa lógica muy suya en la que nada ni nadie puede estar, no por encima, sino ni siquiera a su lado en la toma de decisiones.

Pero el ejército ha tenido siempre un peso muy importante en la vida pública del país. De hecho, el Partido de la Revolución Mexicana, fundado por Lázaro Cárdenas para transformar al PNR que duró nueve años en el ejercicio del poder tras el triunfo de la revolución, integró al ejército como su cuarto sector, además del obrero, el campesino y el popular.

Natural, si se considera que esas organizaciones políticas tuvieron su germen en las luchas revolucionarias, donde los militares tuvieron un papel destacado.

De hecho sus fundadores y sus primeros presidentes fueron generales: Plutarco Elías Calles, Álvaro Obregón, Lázaro Cárdenas, como sus figuras más señeras.

En la década de los 40, cuando los civiles comenzaron a tomar el mando del país, el ejército siguió teniendo un gran peso en las decisiones políticas.

Prácticamente todos sus generales desde entonces, se formaron en la llamada Escuela de las Américas, un semillero de militares que durante todo el periodo de la Guerra Fría fueron formados y financiados por el gobierno estadunidense para combatir la insurgencia popular en Centro y Sudamérica.

La mayoría de los generales mexicanos fueron forjados en esa escuela. El general Cienfuegos y el actual secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval González entre ellos. Todos ellos saben mucho de lo que pasa en México y sobre todo, lo que pasa en Estados Unidos.

Con estos antecedentes, no puede interpretarse el desistimiento del gobierno gringo de los cargos que se le imputan al general Cienfuegos como un triunfo de la diplomacia (léase Marcelo Ebrard, a quien ni siquiera avisaron de las intenciones de aprehenderlo), sino como una negociación de alto nivel entre militares norteamericanos y mexicanos.

Un cabildeo que por cierto, tiene altas probabilidades de terminar en una exoneración del general Cienfuegos, primero, porque no puede ser juzgado por los mismos delitos; segundo, porque los delitos de que se le acusa en EEUU ya prescribieron; tercero, porque las pruebas para fundamentar esos delitos debieron ser obtenidas y desahogadas legalmente, lo que está en duda y por último, porque el monopolio de la acción penal la tiene la fiscalía, que como se sabe, se ha desistido y luego entonces no hay materia.

Todo lo demás es fuego de artificio, pero este episodio agrava la relación entre el ejército mexicano y su comandante en jefe, que se adelantó, prejuzgando al implicado haciendo a un lado la presunción de inocencia, para declarar que procedería contra todos aquellos involucrados en los delitos de que se acusó al general en Estados Unidos.

El asunto no es menor ni doméstico, porque involucra a los verdaderos halcones estadunidenses y su mirada al sur de su frontera, que pasa por los mandos militares mexicanos, puente con sus homólogos en Centro y Sudamérica.

Este episodio, considerando la frivolidad con que López Obrador se sumó a la narrativa del fraude electoral en Estados Unidos, validando la cada vez más débil defensa de Donald Trump puede significar uno de los más graves desbarres del presidente mexicano en su limitada (o condicionada) visión de la política internacional.

Tampoco es raro, considerando que su asesor de cabecera en estos temas es John Ackerman (a quien AMLO confundió con Leo Zuckerman) y quien se apresuró a calificar la detención del general Cienfuegos como un logro de la Cuarta Transformación. Ahora se tendrá que tragar sus palabras.

El tema es grave, porque acentúa las diferencias entre el presidente y los militares. En la perspectiva de la elección 2021 no se puede minimizar la fuerza de un ejército de 250 mil efectivos resintiendo agravios. Finalmente también votan junto a sus familias, y si bien habrá en ese contingente quienes asuman la lealtad a toda prueba, habrá otros que acumulan dudas.

II

Tal como adelantamos en la columna de ayer, causó baja en la oficina de la secretaría de Gobernación en Sonora Antonio Gallardo y la verdad no sé cuál de las dos versiones sobre su salida sea más grave.

Una habla de que lo sorprendieron en ciertas machincuepas no propias de la honestidad valiente. La otra, que decidió renunciar porque la paga era muy poca y en esa oficina no había nada que hacer, así que decidió sumarse a la campaña de Alfonso Durazo a la candidatura al gobierno del estado.

Si la primera versión es cierta, malo. Si lo es la segunda, pronto veremos a un pequeño ejército de efímeros funcionarios federales sumados a la talacha de campaña porque, nos dicen, en sus oficinas sólo van a acumular horas-nalga.